Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Cine
Etiquetas | Crítica de cine

'Jarhead', de Sam Mendes

Marcos Méndez
Marcos Méndez
miércoles, 1 de marzo de 2006, 00:33 h (CET)
El protagonista de Jarhead, Anthony Swofford, no es un Born to Kill como Matthew Modine en La chaqueta metálica -aunque la película de Mendes tenga más de un punto en común con la de Kubrick-, ni tampoco se parece a ninguno de los hombres que formaban el comando Uno rojo: división de choque en la sensacional película de Sam Fuller. A Swofford no le mueve la ansiedad vertiginosa que algunos experimentan tras escuchar la expresión “matar o morir” y todavía no sabe qué le empujó a alistarse en el ejército con veinte años cuando salía con una chica preciosa y se abrían ante él las puertas de la Universidad.

En un momento de su entrenamiento con el Segundo Pelotón de los marines se le puede ver leyendo El extranjero mientras está impedido por una diarrea. Meursault, el protagonista de la novela de Camus, es un hombre consumido por la cotidianeidad y el hastío de la rutina de su vida hasta el punto que reconoce no sentir nada por nadie. Esta rutina es la misma que sufren los marines en el desierto mientras permanecen seis meses sin entrar en batalla. Meursault se salió de ella disparando a un árabe por culpa del tórrido sol de una playa, y Swofford está a punto de hacer lo mismo con un compañero porque su novia “ha encontrado un amigo”, su rifle está empolvado y se pasa el día jugando al rugby bajo el insoportable sol del desierto. Uno y otro tienen distintas motivaciones, pero a los dos personajes les consume la monotonía sin darse cuenta.

Mendes implica a la Guerra del Golfo en una visión limitada de los acontecimientos, priorizando sobre las noticias que reciben los marines y sus reacciones ante las mismas: “no queremos saber nada de política. Estamos aquí y eso es lo que cuenta”, es sin duda el leitmotiv sobre el que gira la acción. Esto provoca que nuestra percepción desde el exterior sea diferente a la que podemos tener si vemos, por ejemplo, Platoon, en la que los soldados hacían gala del mismo salvajismo natural que los leones en el circo romano. Las intenciones de Jarhead son las opuestas a Platoon, del mismo modo que la significación de los marines para uno y otro cineasta carece de punto de convergencia alguno. Oliver Stone clamaba por el horror de la guerra y Sam Mendes clama por la grandeza de los marines. El responsable de Jarhead pretende que no juzguemos equívoca la conducta de unos hombres cuyas motivaciones son variables -desconocidas en la mayor parte de los casos- del mismo modo que Camus planteaba la imposibilidad para juzgar a Meursault con las mismas armas e idénticos principios que a cualquier otro.

Los excesos del entrenamiento, que incluyen la muerte accidental de un marine mientras se arrastraba bajo fuego real, recuerdan al primer tercio de La chaqueta metálica, que terminaba con un trágico suicidio. Sin embargo -y de nuevo- las intenciones de Kubrick y Mendes con respecto a la flagrante inhumanidad de las maniobras no podrían estar más alejadas. A los dos realizadores les preocupan la calidad de los encuadres y de las interpretaciones, pero mientras el director de Lolita mostraba con acentuado verismo el lado oscuro de la Guerra, el realizador de Camino a la perdición sucumbe ante la identificación con los personajes para conseguir una película más comercial a costa de perder interés y personalidad.

Jarhead se esfuerza constantemente en mantenernos despiertos y no vacila demasiado en recurrir a los tópicos del cine bélico (¿qué son sino esa fiesta de contrabando bajo la tienda de campaña o el accidente de Fergus con los cohetes?) sin pensar demasiado en su mejor baza, la del espacio, ese desierto infernal cuna de petróleo. Tanto es así que los mejores momentos se desarrollan precisamente en los pozos de oro negro, en el sucinto encuentro con un caballo recién duchado por la Lluvia negra (también el film de Imamura se me viene presto a la memoria), entre las columnas de fuego y humo que salen de las entrañas de esa tierra hostil.

Noticias relacionadas

'Amén' es una controvertida y polémica película del director Costa Gavras que nos da cuenta del verdadero papel del jefe máximo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, Pío XII, durante la Segunda Guerra Mundial, que a pesar del holocausto perpetrado por los nazis, guardó un sospechoso silencio ante los horrores de la guerra y los crímenes de lesa humanidad registrados en diversos campos de concentración.

El cine español despide a uno de sus pilares más emblemáticos. Mariano Ozores, director, guionista y figura clave en la historia del séptimo arte en España, ha fallecido este miércoles en Madrid a los 98 años. Con una carrera que abarca más de seis décadas y cerca de 100 películas, no solo fue testigo de la transformación cultural del país, sino que también la moldeó a través de un estilo único, marcado por el humor accesible y un profundo entendimiento del público.

El documental 'Entre mareas' de Oriol Cardús tendrá su estreno en cines el 12 de junio. La película retrata el viaje de Quirze Codina tras dejar su vida de empresario de éxito en Barcelona para emprender, junto a su pareja Ale, una aventura artística, física y emocional por algunas de las playas más espectaculares del mundo, transformando la arena en lienzo y dejando que el mar sea su último pincel.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto