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El regalo de Jesús en el Gólgota ha sido la victoria

​Para Jesús de Nazaret no fue necesario presentarse en opulencia y lujo ante los hombres, pues Él es el Corregente de Reino de Dios
Vida Universal
sábado, 31 de marzo de 2018, 10:50 h (CET)

La presencia sencilla y humilde de este gran hombre impidió, y todavía sucede en la actualidad, valorar qué elevadísimo ser estuvo entre los hombres en la Tierra qué elevada tarea llevó a cabo en beneficio de la creación.


El terrible e indigno camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Gólgota, no habría sido necesario si las personas lo hubieran reconocido y acogido, pues todo podría haber sido de otra forma. Pero como las personas cargaron su alma cada vez más por su manera contraria de pensar, sentir y actuar, tuvo que intervenir el reino divino y Su venida fue necesaria, más no Su muerte atroz. El Espíritu libre y eterno, Dios, no quita a sus hijos el libre albedrío, Él no nos obliga a cambiar, no castiga ni sanciona, tampoco ha dispuesto un lugar para la condenación eterna. Tales ideas nacen de las religiones externas que antepusieron el culto pagano a la palabra de Dios y permitieron el barbarismo.


Jesús de Nazaret es el camino del amor a Dios y al prójimo. No importa que sentimientos, emociones, pensamientos o actuaciones tenga el hombre, en lo más interno de su alma está protegido por el gran amor de Dios, por la luz redentora que nos donó Su hijo. La palabra de Jesús “Seguidme” es la llamada de Su amor y golpea incesantemente en nuestra alma y nos insta a que pongamos en orden todo lo que hacemos contra la vida, contra la ley del amor y cumplamos Sus maravillosas enseñanzas


Jesús dijo: “Nadie llega al Padre sino a través de Mí”, Cristo es el camino, la verdad y la vida, El es la fuerza redentora en nosotros y con ello la luz que ilumina el camino a la casa del Padre. Por lo tanto la festividad de Semana Santa, acaparada para sí por las religiones de culto, más bien parece que quisiera desacreditar el verdadero significado del acto redentor de Cristo. Las festividades eclesiales tradicionales reflejan no sólo el desconocimiento del modo de pensar institucional, sino que da la impresión que pretendieran ridiculizar el acontecimiento de la redención.


El cadáver maltratado y vejado en la cruz del Gólgota es expuesto en las Iglesias y año tras año procesionado en miles de ciudades de todo el mundo. El cadáver en la cruz es también mostrado en muchas aulas, oficinas públicas, sin embargo la imagen del crucificado es el símbolo de la derrota, y la cruz sin el cuerpo es el símbolo de la victoria. ¿Y quién sino el adversario de Dios tendría tanto interés en exponer el cadáver de Jesús colgado en la cruz durante 2000 años? Jesús no constituye el trofeo de las maquinaciones satánicas, todo lo contrario, El venció ante la intención de las tinieblas de disolver la creación de Dios. Con Sus palabras “Está consumado” regaló a cada alma y hombre una parte de Su herencia, la chispa redentora, que posibilita a cada uno regresar de vuelta al hogar eterno, y protegió así de la disolución a toda la creación, tanto a las almas cargadas de los seres humanos como a los ámbitos de la creación de la existencia divina, la cuna del Reino de Dios.

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