Social
Escribir sobre las cosas que pasan es triste
Hay días que escribir es llorar de pena, de rabia, de impotencia. Empiezo por el niño británico Alfie Evans a quien sus padres no pueden arrancar de las manos de unos doctores empeñados en dejarlo morir y de un juez que se cree por encima del bien y del mal y apoya que los doctores lo decidan, a pesar de que el niño ha seguido respirando sin ayuda mecánica.
Hieratismo parlanchín
Siempre nos acompañó esta actitud, la abundancia de palabrejas, incluso grandilocuentes; al tiempo de permanecer impasibles ante determinadas situaciones.
Responsables
Cuando éramos pequeños no cesábamos de escuchar la cantinela: ¡Niños, tenéis que ser responsables! Parece que no la asimilamos suficientemente.
Existencia falaz
La paradoja de nuestros tiempos es que son tan intrincados como ramplones. Pese a que secularmente se ha venido imponiendo la reacción y la burda mediocridad, todas las sociedades han alojado el germen del progreso para bien incluso de los más cerriles obturadores de este.
Un mundo para todos
Hay muchas culturas, pero únicamente una forma de culto de la voluntad, el de la confluencia de un universo habitable para todos, a pesar de los muchos rostros en camino y de la multitud de rastros generados. Con razón se dice, que cada persona es un mundo.
El camino de la certeza
Las incertidumbres y los despropósitos vienen dejándonos sin alma. Ante esta realidad, es menester concentrar esfuerzos y ver la manera de reactivar, de una vez por todas, la certeza del encuentro.
Hay que levantarse siempre
Tenemos que mejorar los cimientos éticos, luego es menester levantarse siempre, a pesar de las dificultades que muchas veces nosotros mismos generamos, con actitudes indecentes y salvajes.
Ante una generación deshumanizada
Las nuevas generaciones deberán tener una visión más universal y comprensiva, mediante el activo de un empuje más auténtico y solidario, si en verdad se quieren combatir las graves e injustas divisiones que puntean hoy el astro.
Urdimbre tribal
No sé si la botella está medio vacía o medio llena, acaso esté casi vacía; eso no lo sé, pero que hacemos grandes esfuerzos para que se vacie de actitudes sociables es una patente realidad infiltrada en amplios sectores comunitarios. Proliferan los comentarios sobre tan lamentables comportamientos
Un hombro donde llorar reduce el llanto
Deberíamos estimular otros caminos más liberadores y equitativos, donde no hubiese tanto sentimiento de superioridad, y en su lugar, renaciese un mayor esfuerzo por servir a ese bien colectivo del que todos hemos de formar parte.
Ausencia de sensibilidad
Si hoy en día es importante mantener el espacio como patrimonio de toda la humanidad, no menos significativo es que el ser humano deje de agredirse asimismo y de despreciar a los más débiles.
Ante las potencias del mal
Tenemos que desmontar las potencias del mal, como siempre aglutinadas en torno al ídolo del dinero, y hemos de hacerlo, antes de que éstas nos trituren el alma y nos impidan seguir caminando por la vida.
Empezando a ser viejos
Se me antoja que van a tener que pasar todavía algunos pocos años para que los coches puedan conducirse por sí mismos, es decir, sin la intervención directa del ser humano.
El pequeño Gabriel
El asesinato de Gabriel el niño de ocho años ha hecho que Cayetano González en su escrito El mal existe
se haya hecho estas preguntas que muchas personas se habrán hecho.
Han y lo distinto
Han muestra en las páginas de su obra una gran erudición y realiza precisos y profundos análisis de la sociedad desde una perspectiva filosófica.
Detengamos las amenazas
No podemos continuar haciéndonos más daño. Ya está bien de tantas violencias que no conducen a ninguna parte, de tantas desigualdades sembradas y no corregidas, de tanta precariedad en el empleo, de tanto comercio absurdo en definitiva.