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2023 ha comenzado con una nota positiva tras un duro 2022. La caída simultánea de la renta variable y de la renta fija en el mismo ejercicio, ha sido un hecho poco frecuente en los últimos cien años, y casi siempre ha ido seguido de un año positivo para ambas clases de activos. Las expectativas de rentabilidad a más largo plazo también han empezado a aumentar de nuevo para muchas clases de activos con la subida de los tipos de interés.
Es extraño observar una misma cosa desde los ojos distintos de los años, nunca se ve lo mismo, siempre se ve aquello que era de una forma más o menos profunda, dependiendo de lo que se vea y del momento en que se lo haga. Me levanté esta mañana con la intención de escribir esta columna, el tema lo ignoraba, se me ocurrió entrar a Google. No sé si has notado que cuando te pasa algo malo el mundo se asemeja peligrosamente a Google, es inmediato, las frases positivas “new age” abundan.
Como si no hubiera un mañana. Estamos aburridos de considerar las recomendaciones que a diario se nos transmiten por los expertos. Ya no sabemos a que carta quedarnos. Todas nos amenazan con problemas emanantes de la actual situación sanitaria, económica o política. Estamos en una situación evolutiva en la que el ser humano habrá llegado a la categoría de “homus a hacer puñetas”.
A nadie iremos a contar los sentimientos emergentes desde sus experiencias interiores, su carácter intransferible es manifiesto, con sus infinitas peculiaridades. El trasfondo psíquico está involucrado de mil maneras con esas percepciones. Siempre existe alguna relación con las influencias foráneas, sean constitutivas de base, evolutivas o impactos recibidos desde agentes concretos.
Hasta los personajes que se podían considerar como más sensatos, más preparados, menos falsarios y más equilibrados del actual gobierno de España, no han podido evitar el caer en la política, made in señor Sánchez, de intentar ocultar al pueblo español lo que verdaderamente está sucediendo en nuestro país.
La herida ya no mancha.
Tras el estado de alarma, en el que nos hemos alarmado por lo que nos decían y nos asustaba en este año también maldito de 2021, utilizando la prevención y los sustos, por aquello de que es gratis el miedo, parece que toca cambiar algo la sensibilidad, sea por la primavera, porque luce el sol de vez en cuando, porque necesitamos vivir con urgencia si queremos avanzar en el ciclo vital, o porque estamos cansados del aguante y encierro.
Cada día vemos con tristeza como nuestros buzones están vacíos de misivas y llenos de propaganda. Nuestros correos electrónicos, o nuestros whatsApp, están plenos de “memes” “emoticones, abreviaturas y faltas de ortografía, que les quitan todo la poesía y el sentimiento.
La certeza en sí mismo es el primer paso a realizar. Con razón, se comenta que es un sentimiento de poder que nos abraza y sosiega. Puede que tengamos que confiar más en nosotros mismos, en nuestro propio linaje que en los sistemas de producción, en vista del retroceso que padecemos y la agudización de la desigualdad evidenciadas por la pandemia.
Los moradores de este mundo requieren activar la cultura de cercanía, máxime en un momento de tanta penuria y dolor, teniendo que tragarse las lágrimas en soledad y en silencio, porque el desconsuelo es grande y los gestos de amor son más bien escasos.
La RAE define la jubilación como el retiro del trabajo a alguien por vejez o incapacidad laboral, teniendo derecho a una pensión.
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