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La elección del cardenal Robert Francis Prevost como nuevo papa, bajo el nombre de León XIV, marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia católica. El nombre elegido no es inocente: evoca el largo y significativo pontificado de León XIII, un papa recordado por su inteligencia diplomática, su sensibilidad social y su capacidad de acción sin grandes estridencias.
El nuevo papa dio ayer muestras de eficaz comunicador en su comparecencia ante los asistentes a la plaza de San Pedro que lo aclamaban y coreaban su nombre. El cónclave eligió al 267 Obispo de Roma, el Cardenal Robert Francis Prevost. En su presentación, León XIV dio muestras de saber llevar su mensaje con efectividad a las personas que seguían sus palabras. Es un papa con un estilo muy directo de comunicación.
La elección de un nuevo sumo pontífice constituye un 'kairos', es decir, un tiempo de gracia y discernimiento para la Iglesia Católica. No sólo representa la sucesión apostólica de Pedro, fundamento de la unidad y la misión eclesial (cf. Mateo 16:18-19; “Lumen Gentium”, n. 20), sino que también inaugura una nueva etapa marcada por la singularidad del nuevo pastor y sus respuestas a los desafíos de nuestra época.
Con gran satisfacción acabo de presenciar en directo, el saludo desde la Plaza de San Pedro de Roma, del nuevo papa de la Iglesia Católica Robert Prevost, que llevará el nombre de León XIV. Tiene nacionalidad norteamericana y peruana y, al parecer, lleva sangre española, porque una de sus abuelas nació en España.
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