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¡Qué bien olías, mamá! ¿Te acuerdas de aquellas tardes... largas tardes... hablando? “Hijos, vosotros no conocisteis aquella década sin sentido de 1930... No sabéis nada de aquellos políticos de media tinta que, ansiosos de poder, destrozaron el sueño común... No sabéis nada de aquellos políticos que, mintiendo, decían que les dolía el dolor ajeno...".
Leyendo los escritos de Antiguo y Nuevo Testamento que los cristianos tenemos como guía de vida y fe en un Creador protector de su obra y de sus operarios, nos encontramos con episodios que parecen sacados de la realidad que nos está tocando vivir en el siglo XXI.
Educar, instruir, culturizar son palabras que tienen un significado parecido y relacionado, pero ¿sabemos ponerlas en práctica? ¿Las autoridades políticas legislan a favor de que la sociedad se encuentre convenientemente preparada para cualquier situación o momento?
Estas consideraciones las centraré en la persona humana de Jesús, por ello no he empleado Jesucristo, ya que el adjetivo cristo, en Latín christus, derivado del Griego antiguo χριστός, christós, y que este, a su vez, es una traducción del vocablo hebreo mesías, que significa “ungido”.
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