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Y poco más, el viejo parlamentarismo, el de la réplica sin papeles de por medio, o sea, el usado por el “apestado” gallego se ha impuesto, de todas todas, al nuevo pero ajado lenguaje de la nueva política; y es que el pequeño detalle, la ironía, la cachaza y el desparpajo de Rajoy ha prevalecido sobre las ya consabidas retahílas de Iglesias, el no por el no de Sánchez, la desfachatez de Tardà y el aburrimiento pedagógico de Alberto Garzón; al resto, ni lo nombro.
Por si no ha quedado claro, vuelvo a repetir que toda la responsabilidad la ha dejado caer en el catedrático del NO, a saber, Pedro Sánchez.
No acuda, pues, señor Sánchez, a ella, si usted sabía que no servía para nada haga el favor de no tomar el pelo al pueblo español que pudiera estar preocupado por la ingobernabilidad de Mariano; si usted, líder de opinión, no cree en la palabra, en el diálogo, en el asombro o en el atisbo de la sorpresa es que no está usted preparado para parlamentar, sí para atizar.
Sabedor Rajoy de aquella famosa frase “perica” de que “No es no y dígame que parte del NO es la que no ha entendido”, refiriéndose a Mariano, rápidamente ha torpedeado cualquier asomo de infantilismo de Sánchez de pactar con Bildu y compañía, afirmando que si falla la sesión de investidura volverá a intentarlo no sea que Pedro Sánchez se desdiga de lo dicho en intente ser Presidente del Gobierno de España con la marca blanca de ETA. Creo que Pedro Sánchez desea morir matando como el famoso general Custer y su Séptimo de Caballería en la batalla de Litle Big Horm, o cosa así; lo malo es que en su empeño puede llevarse por delante a buena parte de su electorado por mucho que se empeñe en no dejar a “Podemos” pasear feliz por la oposición.
El repetitivo “no” o abstención de Pedro Sánchez al PP de Mariano Rajoy y al de cualquier sustituto del gallego nos aboca a tener que depositar una nueva papeleta en la urna correspondiente; ahora de lo que se trata es de no hacer la puñeta el 25 de diciembre a los ciudadanos que conformen mesas electorales, y en ello están empeñados todos los partidos políticos porque ninguno saldrá beneficiado de tamaña “putadilla”.
Pues es muy fácil tal como podrán comprobar; los encuestadores perturban la tranquilidad de los ciudadanos presentándoles una relación de todos los líderes políticos de los distintos partidos para saber del grado de conocimiento que tienen de ellos; respecto al señor Baldoví sabían de su existencia el 12% de los encuestados, mientras que el 88% no tenían ni pajolera idea de que vivía del rollo; y preguntándole al 12% restante sobre una puntuación entre 0 y 10 respecto al señor Joan, cerca de cuatro ciudadanos aprobaban su gestión por lo que se le considera el más valorado con un 4 de nota; claro es que don Mariano es conocido por el 100 por 100 y por lo tanto el número de enemigos es inmensamente mayor.
A esta exquisita delicadeza se le une el deseo enfervorecido del señor Otegi para ser elegido jefe supremo del gobierno de Euskadi a pesar de estar inhabilitado por la Justicia hasta el año 2021 para ejercer cargo electo; ya la Junta Electoral de Guipúzcoa ha declarado su inhabilitación, pero el ex presidiario está que se sube a las ramas por serlo, mientras “Podemos”, y en parte PSOE, apuestan por su posible habilitación.
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