Triunfo sin rivales para Sebastian. Y van nueve. El campeón germano tiene ya el Mundial a tiro y todo indica que Japón será el escenario de la fiesta. Button y Webber se reparten las migas, con un Alonso cuarto tras otro desencuentro entre las gomas y su F150º.

Hasta nueve titulares hemos tenido que inventarnos este año para relatar el paseo triunfal de un Sebastian Vettel mágico. Bajo el control de sus extremidades, el RB7 se transforma en una máquina indestructible a años luz de distancia de cualquier inocente perseguidor.

Ha sido una temporada gloriosa para el pupilo de Chris Horner, que salvo novedad inesperada, se convertirá en el bicampeón más joven de la historia en el GP de Japón. Por detrás merece mención de oro un Button magistral. El inglés sigue demostrando que el trono de McLaren tiene nuevo aspirante, y el error de Hamilton (cargó contra Massa en un nuevo abrazo al límite) le ratifica como arma más fiable de las flechas plateadas en este 2011.

Subcampeonato de momento para él, aprovechando los bandazos de un Webber que parece aceptar su condición de escudero. El australiano convierte en humano un monoplaza de otro mundo, haciendo más criticable la decisión de su equipo al optar por su renovación.

En Ferrari solo piensan en el 2012. Cuando parecía que los neumáticos duros eran los grandes enemigos del equipo italiano, llegaron las superblandas y aumentaron la disonancia Pirelli – Cavallino en otro fiasco de prestaciones. Alonso luchó hasta donde pudo por seguir manteniendo su romance con Marina Bay, pero lo imposible no se puede y el asturiano consigue al menos seguir en la lucha por el segundo puesto final.

Vettel vuela. El resto se arrastra
La carrera fue fiel representación de este 2011. Vettel desapareció en la noche de Singapur, y solo supuestos problemas de combustible dieron emoción a un GP decidido desde el primer metro.

El choque de Hamilton con Massa dejó a dos protagonistas sin opciones y descafeinó un GP con muy poco movimiento. Button controló a Webber durante las sesenta y un vueltas de la carrera, demostrando una regularidad excepcional.

La batalla por el tercer puesto se desvaneció con la salida del coche de seguridad. Mark Webber se plantó detrás de Alonso con ruedas nuevas y el asturiano no duró ni dos giros. Por detrás, Hamilton trabajó remontada a remontada para alcanzar un quinto puesto meritorio tras su ‘drive trough’.

¿Se acabó el año?
Sebastian no da señales de debilidad. Incluso con el triunfo asegurado, el alemán demuestra un hambre insaciable por engordar sus estadísticas en el Circo. El nuevo Merckx de la F1 no va a levantar el pie y amenaza con un final de año similar a lo visto durante todo la temporada.

En Japón ya esperan al futuro bicampeón. Será la confirmación de un nuevo fenómeno. En Maranello y Woking toca trabajo duro para evitar repetir la reverencia hasta los pies de esta temporada.