MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
Un equipo científico con participación del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ICMM-CSIC) ha desarrollado un método de filtrado de agua salada que permite desalarla empleando membranas con poros extremadamente pequeños (nanofiltración), usando solo electricidad, sin sistemas de alta presión, lo que le hace ser menos costoso.
El trabajo, publicado en la revista 'Nature Materials', muestra una tecnología "prometedora" para hacer la purificación de agua más "accesible, eficiente y adaptable" a distintos contextos, utilizando menos energía y con "fácil" implementación.
El nuevo sistema se basa en un fenómeno llamado diodo osmótico, que permite al agua dulce fluir en una sola dirección a través de la membrana, mientras las sales y otras impurezas quedan retenidas. Lo más novedoso es que este proceso se activa mediante corriente eléctrica alterna, la misma que usamos en los hogares.
A diferencia de los sistemas tradicionales, que suelen depender de corriente continua más costosa para alimentar bombas o mover iones, este método aprovecha la corriente alterna para activar directamente el transporte de agua, sin necesidad de utilizar componentes mecánicos ni presiones elevadas. Además, puede funcionar con baterías o energía solar.
Actualmente, los sistemas más comunes para convertir agua salada en potable son la ósmosis inversa y la destilación térmica. La ósmosis inversa requiere aplicar mucha presión para forzar el paso del agua a través de una membrana, lo que implica un alto consumo eléctrico y equipos costosos. Igualmente, la destilación térmica necesita grandes cantidades de energía para calentar el agua hasta su evaporación para eliminar la sal, lo que también limita su eficiencia y sostenibilidad.
Además, gracias a su estructura con capas de poros de diferentes tamaños (microporosas y mesoporosas), el nuevo sistema permite una filtración selectiva (tamizado iónico) que podría conservar minerales beneficiosos para la salud, como el calcio o el magnesio, mientras elimina los no deseados.
El investigador del ICMM-CSIC Javier Pérez-Carvajal, uno de los autores del estudio, explicó que su trabajo ilustra cómo el transporte nanofluídico avanzado puede aprovecharse para desarrollar rutas "inexploradas" de separación molecular e iónica. Este método difiere "fundamentalmente" de las técnicas de ósmosis inversa y electrodiálisis, ya que la conducción eléctrica del nuevo sistema facilita el transporte de agua al tiempo que "bloquea" los iones.
Pérez-Carvajal también resaltó la ventaja económica del nuevo sistema, puesto que no necesita generar calor ni aplicar alta presión, como los sistemas actuales de desalación, lo que reduce significativamente el consumo energético. En el presente, se buscan sistemas de ultrafiltración, pero requieren mucha energía. Por eso, se necesita que los sistemas sean "más eficientes y, así, más sostenibles".
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