MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
Pacientes intervenidas del área axilar por cáncer de mama recibieron en el Hospital Universitario de Bellvitge un cojín hecho a mano en forma de corazón para que las acompañe en su recuperación física y emocional.
Según informó este lunes el centro hospitalario, voluntarias de la asociación Compartim Idees, vinculada a la sede local de la Junta de Barcelona de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Sant Feliu de Llobregat, confeccionaron 25 cojines que se entregaron al Hospital de Bellvitge para distribuir entre las pacientes intervenidas quirúrgicamente del área axilar.
En concreto, se entregaron a mujeres a quienes se les extirparon los ganglios linfáticos (linfadenectomía axilar) o se les realizó una biopsia del ganglio centinela.
La linfadenectomía axilar es una intervención que se lleva a cabo en estadios avanzados del cáncer de mama. Durante el proceso de recuperación, es frecuente que se produzcan dolor e inflamación en el brazo, y en cerca de un 30% de los casos puede desarrollarse un linfedema (acumulación de líquido linfático).
Por su parte, la biopsia del ganglio centinela es una técnica menos invasiva y menos dolorosa, que aporta información clave sobre la posible extensión del cáncer y ayuda a determinar el tratamiento más adecuado. Presenta un riesgo muy bajo de desarrollar linfedema.
EN FORMA DE CORAZÓN
Los cojines, con forma de corazón, se colocan en la axila y el brazo afectado para aliviar las molestias en las primeras horas tras la intervención. Las voluntarias de la AECC ofrecen este apoyo a todas las pacientes operadas, independientemente del tipo de cirugía mamaria o axilar. En el caso de la linfadenectomía, el ingreso hospitalario suele durar entre uno y cuatro días, según cada situación.
Más allá del confort físico, los cojines tienen un gran valor emocional. Las voluntarias de la AECC los entregan personalmente durante sus visitas semanales a las pacientes ingresadas por cáncer de mama.
De hecho, aseguró la enfermera clínica del servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital de Bellvitge, Anna Padullés, "el beneficio emocional que ofrecen las voluntarias, como pacientes expertas que son, es fundamental para nuestras pacientes".
Cada cojín representa un abrazo simbólico para la mujer que lo recibe. Con una clara vocación solidaria, cada uno fue apadrinado por una persona que escribió a mano un mensaje de ánimo y apoyo para la destinataria anónima que lo recibirá en su habitación del hospital.
"Es una acción más que contribuye a nuestro objetivo de reducir, tanto como sea posible, el impacto del cáncer de mama en la vida cotidiana de cada paciente", concluyó Padullés.
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