MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
El PP de Madrid, liderado por Isabel Díaz Ayuso, no enmendará el nuevo sistema de primarias del partido y tratará de "concretar" los "matices" que le despiertan recelos tras el Congreso Nacional, que se celebrará del 4 al 6 de julio en la capital. El modelo propuesto bebe de la elección indirecta del presidente de Estados Unidos y prevé que los afiliados voten a una lista de compromisarios vinculada a una candidatura, en lugar de hacerlo directamente a los aspirantes a dirigir el partido.
Fuentes de la delegación territorial consideran que la máxima de "un afiliado, un voto" se respeta porque la militancia será "la base del proceso congresual", ya que en su papeleta "va intrínseco el respaldo a un candidato a presidente". En la planta dos de Génova –sede del PP madrileño– consideran que "hay matices que deben ser concretados" tras el cónclave y trabajarán junto a la nueva dirección del partido en ellos. Mientras tanto, dan vía libre al nuevo sistema de primarias para que se apruebe.
Esa negociación se culminará en la Junta Directiva Nacional del PP, que es la encargada de aprobar el reglamento marco de congresos. Este documento es de carácter público y, según fuentes populares consultadas por Servimedia, es "muy importante" porque regula el funcionamiento de los cónclaves. Además, es un documento en constante "evolución", dado que se actualiza periódicamente para incluir "especificaciones de supuestos no contemplados en la primera redacción".
Génova se había abierto a ligeros cambios para contentar a Ayuso, pero ambas partes se han emplazado a después del Congreso Nacional del PP, sobre todo para no quitar el foco del Gobierno de Pedro Sánchez, al que ven "acorralado" por la corrupción. "En este momento, que los militantes del Partido Popular estén más preocupados por cómo se elige al presidente local de su partido que en un cambio político en España… los ciudadanos no nos lo perdonarían", avisó el lunes Alberto Núñez Feijóo en una entrevista en esRadio.
El nuevo modelo busca prevenir una escena como la ocurrida en 2018. Tras la moción de censura de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría se impuso entre los afiliados, pero, tras la eliminación de María Dolores de Cospedal en la primera vuelta, los compromisarios –que se presentaron sin adherirse a ningún candidato– auparon a Pablo Casado como presidente del PP en la votación y desdijeron así a la militancia. Además, fuentes territoriales afirman que ha "tensionado" mucho al partido a lo largo de los últimos años.
El nuevo modelo sigue permitiendo que dos candidaturas se alíen en la segunda vuelta –la de los compromisarios– en una carrera de tres o más aspirantes, y hagan presidente del PP a un candidato que no necesariamente fuera el más votado entre los militantes. La diferencia es que ahora los afiliados sí darían su apoyo a una candidatura sabiendo que se puede integrar en otra. Este es uno de los aspectos que levanta ampollas entre el PP de Madrid, pero Génova rechaza tocarlo porque considera que facilita el diálogo y el acuerdo entre distintas facciones del partido, que es lo que Feijóo ha buscado en todas las renovaciones orgánicas desde su desembarco en Génova.
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