MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
Un equipo de científicos argentinos identificó un circuito molecular clave que permite a las células mieloides supresoras (células inmunológicas que pueden llegar a convertirse en aliadas de un tumor) adquirir propiedades inmunosupresoras, proangiogénicas y protumorales.
El hallazgo, publicado en la revista 'Immunity' (Cell Press), no solo ayuda a entender cómo se establece este diálogo entre el sistema inmune y el tumor, sino que también propone una estrategia terapéutica para revertirlo.
El estudio reveló que cuando las células mieloides supresoras se acercan al entorno tumoral, modifican los azúcares (glicanos) que decoran ciertos receptores en su superficie. Estos glicanos actúan como un "código de barras o DNI" que es reconocido por una proteína abundante en el microambiente de tumores: la galectina-1.
La unión de galectina-1 a células mieloides supresoras desencadena cambios profundos activando el factor de transcripción STAT3, lo que potencia la capacidad de estas células de suprimir linfocitos T (células que destruyen tumores) y de promover la formación de nuevos vasos sanguíneos. Curiosamente, este fenómeno es exclusivo del microambiente tumoral y no ocurre cuando estas células se localizan en otros órganos como el bazo o los ganglios linfáticos.
Este descubrimiento llevó a los investigadores a analizar muestras de pacientes con cáncer. Encontraron que los tumores con altos niveles de galectina-1, particularmente los asociados a cáncer colorrectal albergaban más células mieloides supresoras activadas, asociadas a un peor pronóstico clínico.
Además, en pacientes con cáncer de colon y melanoma que no respondían a inmunoterapia, estas células mostraban una "firma de azúcares" altamente permisiva para la unión de galectina-1, reforzando su perfil pro-tumoral, explicando de este modo un nuevo mecanismo de resistencia a estas terapias.
HACIA NUEVAS TERAPIAS
Los científicos identificaron también el complejo de receptores celulares a los que se une galectina-1 (particularmente la integrina alphaMbeta2), desatando señales que impulsa la inmunosupresión y la formación de vasos sanguíneos.
A partir de este conocimiento, desarrollaron una estrategia para bloquear este circuito: utilizando un anticuerpo neutralizante de galectina-1 desarrollado en su laboratorio, o mediante la inhibición de la síntesis de los azúcares claves, lograron reprogramar estas células hacia un perfil inflamatorio y anti-tumoral y reducir el crecimiento de tumores en modelos experimentales.
El estudio fue protagonizado por la Investigadora Asistente de Conicet en el Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) Ada Blidner, bajo la dirección del Investigador Superior de Conicet y Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Gabriel Rabinovich.
Fueron también protagonistas el doctor Diego Croci y su equipo del Laboratorio de Biología Vascular del Instituto De Histologia y Embriologia de Mendoza (IHEM) junto con Camila Bach, Alfredo García, Nadia Bannoud y Joaquín Merlo, becarios e investigadores de ambos laboratorios en colaboración con científicos de la UBA y de la Universidad Nacional de La Plata. Además, el doctor Gabriel Rabinovich se incorporó recientemente como Senior Group Leader del CaixaResearch Institute
El proyecto fue financiado por el Programa de Redes Federales de Alto Impacto del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y fundaciones como Sales, Barón, Bunge & Born, Williams, junto con donantes particulares como las familias Ferioli, Ostry, Caraballo y Alfonzo.
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