Feijóo reivindica su "centralidad" mientras Ayuso dibuja una España en "la senda de la dictadura"

MADRID, 08 (SERVIMEDIA)

El PP volvió este domingo a tomar las calles de Madrid para exhibir el hartazgo de decenas de miles de ciudadanos con "la degradación" institucional que, a su juicio, ha provocado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Las altas temperaturas de la capital evidenciaron dos estilos en la Plaza de España de Madrid: la "centralidad" que reivindicó el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y la dureza de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien advirtió de que el país "se ha adentrado por la peligrosísima senda de la dictadura de las minorías".

La concentración se convocó bajo el lema 'Mafia o democracia', se llenó de pancartas que denunciaban las "prácticas mafiosas" atribuidas a la 'fontanera' del PSOE Leire Díez, y arrancó el verso "Lo sono il capone della mafia" de la canción 'Venezia' de Hombres G. Pero Feijóo, con un discurso medido al milímetro, rebajó el tono. No llamó ni "mafia" al Gobierno ni "capo" a Sánchez, como sí hizo en los días previos.

"Nadie me va a mover de la centralidad. Es el único espacio capaz de volver a reunir a la mayoría de españoles. Es lo que nos va a abrir la puerta al Palacio de la Moncloa", defendió el gallego ante decenas de miles de españoles. El líder del PP reivindicó la forma de ejercer la política con la que desembarcó en Madrid para atajar la mayor crisis interna de la historia de su partido. La misma, recordó, con la que batió "al socialismo y al nacionalismo" logrando cuatro mayorías absolutas consecutivas para mantenerse al frente de la Xunta.

El objetivo del gallego, señalan fuentes de su equipo, es crecer a derecha e izquierda como hizo José María Aznar cuando ganó las elecciones en 1996 "con aquel famoso viaje al centro". Aznar se enfrentó a Felipe González en tres ocasiones en las urnas, la segunda de ellas en plena oleada de escándalos de corrupción socialista, pero no alcanzó La Moncloa hasta visualizar socialmente ese giro a la moderación.

Pero Ayuso también tiene su "estilo" e "intensidad", como reconoció Feijóo, que le ha permitido ganar las elecciones tres veces seguidas. En una entrevista publicada esta mañana en el diario 'ABC', la presidenta madrileña sostiene que "la moderación no es callarte ante la impunidad" y subraya "que ha habido mucha gente confundida que tuvo complejos de pensar que por decir las cosas como son y defender España por encima de cualquier otra cosa les dirían que no querían el consenso". Esta mañana, durante el acto, alertó de un país que transita hacia un régimen autoritario. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, habló también de "recuperar la democracia".

"La España que sorprendió al mundo con su Transición de la ley a la ley, con el entendimiento mayoritario, se ha adentrado por la peligrosísima senda de la dictadura de las minorías, de los resentidos, de los vividores de lo público para privatizarlo", advirtió Ayuso tras comparar al Gobierno de Sánchez con el régimen de Maduro. La madrileña fue la más aclamada por los asistentes, que le regalaron la mayor ovación de la mañana tras cantarle "¡Tú sí que vales!" delante del líder nacional. Entre las pancartas, se leyó una que decía "Feijóo no Ayuso si (sic)".

Pero ella cerró filas con el presidente del PP a menos de un mes para el Congreso Nacional del PP asegurando que es la persona más adecuada en este momento para echar a Sánchez del poder. En el cónclave dará la batalla para mantener el sistema de primarias actual, el mismo que Feijóo rechazó en su entronización en 2022.

TRASCENDER LAS SIGLAS

"Esto no va de derechas cobardes o valientes, sino de derechas inteligentes", resumen desde el equipo de Feijóo, que abrazan los distintos "estilos" dentro del PP porque buscan un "mismo objetivo": echar a Sánchez de La Moncloa. "Seremos la derecha que Pedro Sánchez no quiere que seamos, que es aquella que le quite votos. Esta manifestación la han apoyado exministros de Zapatero y exdirigentes de Vox. Y así, creciendo a ambos lados, es como se cambia al Gobierno de España y como se conforman mayorías", aducen.

La estrategia es ensanchar el espacio electoral y conseguir una victoria electoral suficiente para gobernar, a diferencia de lo que sucedió en 2023, cuando PP y Vox se quedaron a cuatro escaños de sumar la mayoría absoluta.

Feijóo interpeló directamente a Sánchez para reclamarle que se "rinda a la democracia" y convoque elecciones para "dar la palabra a los españoles". Pero dio por hecho que no aceptará esta "salida honrosa" e intentó tranquilizar a los manifestantes, que llegaron a proponer "asaltar la Moncloa", mostrándose convencido de que el Estado "funcionará" y la Justicia "investigará". Ayuso, en cambio, sostuvo que en España se ha coartado la libertad de expresión.

GUERRA DE CIFRAS

Feijóo lanzó muchos mensajes a Vox, que no acudió a la cita por entender que era un "acto de partido". El líder del PP recriminó al partido de Santiago Abascal que se empeñe "en hacer más oposición a la oposición que al peor Gobierno" de la democracia. Y avisó de que en la coyuntura actual "no hay equidistancia posible". "O se está con la impunidad y la desvergüenza, o se está con la honestidad y el respeto al otro".

El PP borró sus siglas de la protesta para atraer a votantes de todas las ideologías posibles porque el reto que afronta España, según Feijóo, "trasciende a cualquier partido". No hubo sombreros o banderas del PP, pero todo el protagonismo fue de los populares, que se enfundaron la bandera de España. Feijóo cerró el acto arropado por ocho barones y toda la estructura de su partido, que fletó más de un centenar de autobuses para llenar la Plaza de España de Madrid.

Los populares aseguran que el aforo superó las 100.000 personas, con la Gran Vía "colapsada", "una riada humana" bajando por la calle de Princesa y las zonas aledañas repletas de "personas de todas las edades". La Delegación del Gobierno, sin embargo, rebajó el número a 50.000 ciudadanos, solo 5.000 más que en la protesta de enero de 2024.

En plena guerra de cifras, el ministro de Transportes, Óscar Puente, se mofó del PP en sus redes sociales afirmando que "el gatillazo es antológico". "Que convoquen una manifestación y comparamos la potencia en las calles de Pedro Sánchez y la de Alberto Núñez Feijóo", replicaron fuentes del PP.

Mientras tanto, desde la dirección federal del PSOE recortaban aún más la multitud y ridiculizaban al PP con el argumento de que "la formación política que presume de tener más de 800.000 militantes no ha logrado hoy juntar ni a 45.000 en la Plaza de España".

El PP aprovechó la disparidad de datos entre la Delegación del Gobierno y el PSOE para definir la guerra de cifras como un "ridículo total" por parte de los socialistas y constatar que "es evidente que el Ejecutivo no solo tiene problemas con Page y con Madina sino que también tiene problemas de coordinación con Ferraz".

Por su parte, el ministro de Transformación Digital y secretario general del Partido Socialista de Madrid, Óscar López, casi a la misma hora participaba en otro mitin en la madrileña Plaza de Pedro Zerolo con menos de 200 simpatizantes. Allí se burló también de Feijóo al reprocharle que había llenado la Plaza de España "de insultos y de mala leche" pero "no de gente".