MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, defendió este sábado que en la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona cumpliera su amenaza de que si se hablaba en euskera o catalán abandonaría la sala y no usaría pinganillo hasta que se empleara el castellano al entender que se quieren usar las lenguas cooficiales para "hacernos sentir extranjeros" en España. "No sé cómo se puede demostrar tu discrepancia si no es levantándote y yéndote de un sitio", arguyó la mandataria madrileña.
Así se expresó Ayuso durante una entrevista en la Cadena COPE recogida por Servimedia, en la que celebró que la Conferencia se reuniera en Cataluña porque esa región "es España" y "no podemos abandonar allí a los catalanes". "Salvo eso, todo lo demás es poco provechoso porque, además, todo lo que hemos propuesto no ha funcionado, no ha servido, no ha interesado al presidente ni al Gobierno", se dolió Ayuso, quien sostuvo que "no se puede dar por normal lo que no lo es".
De este modo, contrapuso la actitud del presidente de Galicia, Alfonso Rueda, quien saludó en gallego, con quienes como los presidentes Pradales e Illa (Euskadi y Cataluña), que emplearon más tiempo el vasco y el catalán. "Nos quieren hacer sentir extranjeros en España", espetó.
Recordó la manifestación impulsada por su partido para este domingo contra la "mafia", en alusión al Gobierno, y denunció que la misma quiere hacer "asumir que hay un país que se llama Cataluña, un país que se llama País Vasco, que encima se quiere anexionar Navarra".
Por otra parte, Ayuso se refirió también a su encontronazo con la ministra de Sanidad, Mónica García, a quien Ayuso le negó un beso de cortesía preguntándole si quería saludar a "una asesina", por las acusaciones de Más Madrid sobre la muerte de más de 7.000 ancianos en las residencias de la Comunidad de Madrid en los peores momentos de la pandemia.
Al respecto, denunció la actitud de García y su fuerza política en la Asamblea de Madrid y exhortó a que "nos tenemos que acostumbrar a menos besuqueos en política" y, en su defecto, elegir dar la mano.
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