BARCELONA, 06 (SERVIMEDIA | Nuria Val y Pablo Taboada, enviados especiales)
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aseguró este viernes, tras asistir a la Conferencia de Presidentes en Barcelona, que dejaba la capital catalana "triste" al tener la sensación de que España es en estos momentos un "puzle roto" y con una "tensión electoral permanente".
Así lo aseguró Page en la rueda de prensa que dio en el Palacio de Pedralbes tras el encuentro con los otros presidentes autonómicos y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y los miembros de su Gabinete.
Sobre su balance de la cumbre de este viernes, el presidente castellano-manchego señaló que tenía un "alto valor político" que este encuentro se celebrara en Cataluña y presidido por un presidente socialista de la Generalitat, por Salvador Illa.
Respecto a que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, abandonara la sala de la reunión cuando se hablaba en euskera y catalán, afirmó que veía "absolutamente comprensible" que en "foros regionales" se usen las lenguas cooficiales, ya que son los lugares "más idóneos" para ello. Añadió que el "problema" es quienes usan los idiomas como "arma identitaria" o "excluyente".
"CALLEJÓN SIN SALIDA"
En este sentido, Page señaló que salía de la Cumbre de Presidentes de Barcelona "más triste que decepcionado", puesto que veía a España como un "puzle roto" y cómo hay muchos que están actuando con "tacticismo político". Se lamentó de que el país le parece un "`puzle" con "muchas piezas averiadas" y "prisionero de un ambiente de frentismo" que entiende que es "verdaderamente asfixiante" y "hace estéril" cualquier intento de acuerdo.
Además, señaló que ha visto este viernes en la capital catalana "más claro que en otras ocasiones" que existe en el país una "tensión electoral permanente". A su juicio, hay quienes perciben que los comicios "si no son mañana, pueden serlo" y que si el Gobierno aguanta en La Moncloa puede hacerlo "a costa de un enorme desgaste institucional y probablemente también social".
Señaló que ve al país en un "callejón sin salida" y respecto a cuándo deberían ser las nuevas elecciones generales, defendió que deben ser antes que las próximas municipales y autonómicas para evitar que los alcaldes y presidentes autonómicos socialistas se lleven las "bofetadas" de la política nacional. Afirmó que no sería aceptable que la "patada" por la gestión del presidente, Pedro Sánchez, "se la lleven los demás".
En cuanto a la financiación autonómica, señaló que no era tan "ingenuo" de pensar que del encuentro de hoy podía salir un acuerdo, al tiempo que mostró su rechazo a un modelo de financiación singular para Cataluña. Defendió que la riqueza del país es "nacional", en alusión a que determinadas comunidades no pueden pretender percibir más ingresos por generar más, como sucede con las comunidades madrileñas y catalana.
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