MADRID, 1 (OTR/PRESS) Si yo fuera Pedro Sánchez me estaría preparando para el futuro. Porque también él "pasará", sí, se convertirá en pasado, y entonces muchos de los que hoy le hacen la ola y le aplauden hasta con las orejas, renegarán de cuanto ha hecho y le descalificarán con desprecio. Lo peor para él será comprobar que, a quienes hoy da por leales, serán los primeros en apuñalarlo para sobrevivir. La frase "Et tu, Brute" según algunos historiadores pronunciada por Julio César en el momento en que un grupo de senadores le está apuñalando y entre ellos su querido Bruto, fue popularizada por Shakespeare en su "Julio César". No es que pretenda establecer un paralelismo entre Julio César y Pedro Sánchez, el abismo entre ambos no es solo de siglos, pero sí recordar que, en demasiadas ocasiones, los que ostentan el poder caen en la tentación de rodearse y, sobre todo, creerse las alabanzas de quienes han hecho carrera a su costa. No digo que todos los gobernantes estén rodeados de traidores, pero en política abundan los ejemplos de quienes ayer eran incondicionales del "jefe" y con el paso del tiempo se convierten en enemigos. Si, la política está repleta de Brutos, y los que hoy parecen dispuestos a dejarse las pestañas defendiendo a Pedro Sánchez puede que en un futuro abjuren de él y sean los primeros en querer sacudirse el pasado compartido. Las causas serán múltiples: desengaño, venganza, deseos de agradar al "nuevo" líder, etc, etc. Este tipo de comportamientos son parte de lo peor de la condición humana. Ya sé que soy reiterativa, pero Pedro Sánchez no sólo no ha sabido rodearse de los "mejores", sino que a su alrededor abundan los "pelotas" que aplauden cuanto hace sin el más mínimo sentido crítico. El Presidente necesitaría a su alrededor colaboradores que le lleven la contraria y, cuestionen sus decisiones, basadas en intereses que poco tienen que ver con los ciudadanos y sí mucho con garantizarse la permanencia en el Poder. Creo que Pedro Sánchez se ha creído, o le han hecho creer, que es el adalid de la izquierda, el hombre providencial contra la derecha, obviando que gobierna gracias a la peor derecha, la derecha independentista a la que poco importa el bien común y sus intereses que pasan por acabar con el Estado de Derecho y convertir el país en reinos de taifa. Por eso el día en que estas fuerzas políticas, amén de quienes forman parte de su guardia de corps, le abandonen, cuando renieguen de él, puede que también diga ET TU, BRUTE. Que no le quepa la menor duda de que hay unos cuantos Brutos a su alrededor. Al tiempo.
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