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La orografía española y las confluencias de viento fueron claves en las granizadas de este miércoles, según Eltiempo.es | |||
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Como suele ser habitual en España, el "mecanismo de disparo" viene dado por la orografía del país, a la que se suman las confluencias de viento (cuando se encuentran dos flujos que fluyen en distinta dirección) que se generan entre los vientos dominantes y, posteriormente, entre estos y los vientos provocados por las tormentas. Por un lado, Eltiempo.es apunta a que la zona centro peninsular se encontraba durante la tarde del día de ayer justo bajo la zona de divergencia del sistema, el área donde, en altura, el viento se "separa". Esta divergencia del mismo provoca un cierto vacío que debe ser compensado por movimientos verticales del aire desde capas más bajas. Por otro lado, señala que estaba teniendo lugar una advección cálida en capas bajas de la atmósfera que venía acompañada de una destacable cantidad de agua precipitable por la naturaleza relativamente húmeda del aire en capas medias. Además, incide en otras variables que se cumplían ayer como la cizalladura del viento (variación de dirección y velocidad) a lo largo de la vertical de la atmósfera. Si bien estas circunstancias favorecen un perfil atmosférico potencial para tormentas fuertes, con posibilidad de fenómenos como granizo o fuertes rachas de viento, Eltiempo.es puntualiza que ayer se registraba una cierta "resistencia" a la inestabilidad en superficie y en las capas más bajas, sobre todo por un menor contenido de humedad. El portal meteorológico explica que, una vez formada la convección, esta puede organizarse. Esto quiere decir que las tormentas tienen sus flujos ascendentes y descendentes, así como de entrada y salida de aire organizados, lo que permite que persistan durante más tiempo. Lo que ayer se formó fueron supercélulas, el tipo de tormenta más organizado. En este tipo de fenómenos, los flujos de entrada y salida del aire están en equilibrio, y en la vertical, las corrientes ascendentes y descendentes se organizan, dando lugar a una cierta rotación de la nube. Al presentar corrientes ascendentes y descendentes muy organizadas, estas supercélulas permiten que el granizo que se forme pueda sufrir numerosas subidas y bajadas dentro de la nube. Esto hace que se agreguen más y más capas de hielo. El proceso continúa hasta que el granizo pesa demasiado y entonces precipita al suelo. |
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