 La velocista madrileña, cuarta en Paris 2024, recibirá el Espiga del Deporte a la Mejor Deportista el 19 de junio en Villanueva del Pardillo
La atleta Sara Andrés Barrio admitió haber sentido "mucha rabia" por haberse quedado a tan sólo tres décimas del podio en la final de los 100 metros de los Juegos Paralímpicos de Paris 2024, y resumió su filosofía positivista de vida en una frase: "Prefiero no tener pies y saber dónde voy que tenerlos y estar perdida".
En una entrevista para el gabinete de prensa de los premios Espiga del Deporte de Villanueva del Pardillo, que Sara Andrés recogerá como Mejor Deportista el próximo 19 de junio en la localidad madrileña, la velocista afirmó, no obstante, estar "orgullosa" con el cuarto puesto por la tensión que soportó en los meses previos.
"Me quedé a muy poquito de la medalla, pero estoy feliz porque en el atletismo compites contra ti misma y en los últimos meses me fui poniendo cada vez más nerviosa. Es algo que me suele pasar en las grandes competiciones como los Juegos", descubrió.
En las semifinales a esta maestra en excedencia que, siendo niña, situaba a los peluches en su cama y les daba clase, presentadora y 'coach' para directivos de grandes empresas los nervios le atenazaron y se vio fuera de la final en sus terceros Juegos, después de los de Rio en 2016 y Tokyo 2020, los de la pandemia de la COVID-19.
"Pero en la final cambié el chip y me dije: 'He venido aquí a disfrutar', y se notó que estaba muy enchufada. Aunque hayas competido mil veces los deportistas nos ponemos nerviosos y conseguir esa medalla precisamente me estaba generando mucha ansiedad. Quien te diga que no duda o no tiene miedo miente", subrayó.
A Andrés le cambió la vida en 2011 cuando un accidente de tráfico le provocó la amputación de ambas piernas y tuvo que aprender a caminar con prótesis. Karateca y tenista antes de ese accidente, no fue el único obstáculo que tuvo que afrontar en los años siguientes: un cáncer de tiroides y otro de piel en 2015 y 2016, justo el de los Juegos de Rio, pusieron a prueba su resiliencia.
Referente en la normalización de la discapacidad, la medallista de bronce en el Mundial de 2024 en Kobe (Japón) y embajadora de Samsung, a la que le gusta aislarse con la música de Nati Peluso y C. Tangana en sus buds, está actualmente embarcada en un proyecto de una película de animación que verá la luz "en tres o cuatro años" basada en sus cuentos infantiles '¿Sabes quién soy?'.
Producido por Nephilim, el filme 'Somos así' transmitirá los valores del deporte como la resiliencia, la perseverancia y el juego limpio a través de los cinco personajes que son protagonistas en sus cuentos. "Antes era una idea para una serie de animación y ahora es un proyecto cinematográfico. Se trata de naturalizar lo que es llevar prótesis en los pies y afrontar la vida con discapacidad", explicó.
"MI RETO ES LOS ÁNGELES 2028"
Después de los Juegos de París, la velocista madrileña ha levantado el ritmo de los entrenamientos, aunque se mantiene en la mejor forma posible para cuando eleve la intensidad de las sesiones. "Mi principal reto deportivo es los Juegos de Los Ángeles 2028 y, en medio, Europeos, Mundiales ... Este año hay un Mundial en noviembre, al que no voy a ir porque me lo he tomado sabático después de París", explicó.
En Los Ángeles 2028, Andrés tendrá 42 años, pero no se plantea todavía aparcar las prótesis de competición. "Flipa, soy mayor ya (sonríe). Cada se acercan los últimos Juegos y no sé si serán los de Los Ángeles o lo han sido los de París. Pero el deporte no va a dejar de estar presente en mi vida. Soy ambiciosa, pero pretendo prepararme para el día después", señaló.
Por el momento, no medita recuperar la plaza de maestra de primaria en un colegio de Villanueva de la Cañada y Andrés seguirá presentando eventos o ejerciendo de 'coach' para los directivos de multinacionales. "Me encanta y aprendo mucho, te permite conocer a gente diferente y viajar. Cada evento es como aprenderte un papel y ponerte a prueba a ti misma, aprender a comunicar cada vez mejor", describió.
En esos escenarios que pisa con fuerza como actriz aficionada, la velocista dibuja su sonrisa perenne tratando de ponerse en su propia piel sin interpretar un personaje impostado. "Lo que intento es que lo que cuento se parezca lo más posible a mi vida. Hay conferencias que salen más emotivas, intensas o más divertidas. Y hay otros que, oye, que no te apetece", reconoció.
Mientras llega el instante de volver a ponerse en los tacos de salida rumbo a Los Ángeles, la Mejor Deportista en los premios Espiga de Villanueva del Pardillo busca un titular para esta entrevista. "Ay, ostras, qué difícil. Bueno, mi lema en la vida es que 'prefiero no tener pies y saber a dónde voy que tenerlos y estar perdida'. Que, aunque tengas dificultades lo importante es encontrarse otra vez cada día. ¿Por qué sonrío siempre? Tengo mis días, pero lo disimulo", admitió entre risas minutos después de sus clases de inglés.
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