
Una nueva investigación muestra que el estigma del peso, y no el peso en sí, tiene el mayor impacto en la salud mental y los comportamientos saludables en los años posteriores a la cirugía de pérdida de peso, según expertos de la University of Utah Health (Estados Unidos).
Los investigadores, que publican los resultados en 'Health Psychology', descubrieron que los pacientes que se habían sometido a cirugía bariátrica tendían a experimentar mucho menos estigma relacionado con el peso, y que esta reducción del estigma relacionado con el peso -aunque no un IMC más bajo- se asociaba con hábitos alimenticios más saludables y una mejor salud mental. Por otro lado, seguir experimentando estigma después de la cirugía se asociaba con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y trastornos alimentarios.
"Damos por sentado que muchos de los problemas de salud de estos pacientes son comunes", afirma la doctora Larissa McGarrity, primera autora del estudio y psicóloga clínica especializada en medicina física y rehabilitación en University of Utah Health. "Sin embargo, el efecto acumulativo del estigma y la discriminación contribuye en gran medida a los problemas de salud física y mental que observamos de forma desproporcionada en pacientes con obesidad en comparación con la población general".
La cirugía bariátrica metabólica, comúnmente llamada cirugía para bajar de peso, es el tratamiento basado en evidencia más eficaz para la obesidad severa. Reduce muchos riesgos para la salud más comunes en personas con obesidad, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y el riesgo de mortalidad por cualquier causa.
Pero muchas personas esperan que la cirugía para bajar de peso sea la panacea para mejorar su calidad de vida, y eso no es cierto. Algunos aspectos de la vida, como el apoyo social y la satisfacción con las relaciones románticas, tienden a empeorar.
Las personas tienden a experimentar niveles significativamente más bajos de estigma relacionado con el peso (vergüenza, culpa y remordimiento por su peso o forma corporal) en los años posteriores a la cirugía, encontraron los investigadores en una encuesta a casi 150 personas.
McGarrity, quien también es profesora asociada en la Facultad de Medicina Spencer Fox Eccles de la Universidad de Utah, asegura que el cambio en el estigma del peso experimentado fue sorprendente. "El grado de cambio superó con creces las normas clínicamente establecidas en cuanto a lo que es significativo para la vida de un paciente y el impacto que percibiría", afirma.
Esta reducción del estigma relacionado con el peso se relacionó con mejoras notables en la salud mental y física. Investigaciones previas habían establecido que el estrés crónico asociado al estigma relacionado con el peso contribuye directamente a muchos de los riesgos para la salud asociados con la obesidad. De hecho, las personas que experimentaron menos estigma en los años posteriores a la cirugía presentaron niveles más bajos de ansiedad y depresión. También presentaron un menor riesgo de padecer trastornos alimentarios, como los atracones. Además, las personas que experimentaron menos estigma relacionado con el peso tuvieron mayor probabilidad de perder más peso y mantenerlo.
Es importante destacar que, como señala McGarrity, la pérdida de peso en sí no se asoció con estos cambios positivos para la salud. El cambio en el IMC no se correlacionó con la depresión, la ansiedad ni la alimentación descontrolada, lo que implica que los factores sociales, más que los biológicos innatos, contribuyen enormemente a la salud mental y física de las personas con obesidad.
Y no todos los pacientes que se sometieron a cirugía para bajar de peso experimentaron una disminución del sesgo y el estigma. Para aproximadamente el 40% de los pacientes, el estigma relacionado con el peso continuó afectando su calidad de vida, lo que resultó en un mayor riesgo de problemas de salud mental, trastornos alimentarios y recurrencia del sobrepeso.
Se necesitarán investigaciones futuras para comprobar si los resultados son válidos en poblaciones más amplias. Los investigadores afirman que su trabajo enfatiza la necesidad crucial de reducir el estigma relacionado con el peso, tanto dentro como fuera de los centros de salud. "Los amplios efectos del estigma relacionado con el peso son uno de los aspectos más importantes que considero, tanto desde una perspectiva de investigación como clínica", apunta McGarrity. "Bajar de peso es beneficioso para muchas cosas, pero ese cambio en el estigma relacionado con el peso podría ser, en realidad, el factor más importante para la salud mental y la calidad de vida a largo plazo".
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