 Denuncia la falta de "lealtad institucional" a la empresa dentro del diálogo social
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha criticado este martes la posición "unilateral" que ha adoptado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en negociaciones como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la reducción de la jornada laboral hasta las 37 horas y media semanales y ha exigido un mayor diálogo en asuntos de este tipo.
Un mensaje que Garamendi ha dejado durante su intervención inicial en el acto 'Economía Española y Democracia: Crear, Crecer, Compartir' acontecido en el Congreso de los Diputados y organizado por la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (SBEES).
El presidente de la patronal no ha querido dejar pasar la oportunidad de transmitir su preocupación por la "involución" del diálogo social, especialmente en materias sensibles para la paz social y el crecimiento económico como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la reducción de jornada. En sendos casos el Gobierno ha decidido llevarlas a cabo sin contar con la parte que representa a las empresas por las reticencias mostradas.
Garamendi ha incidido en la importancia de que el diálogo social esté presente en negociaciones de este tipo porque, por norma general, si los sindicatos y las patronales llegan a consensos "se produce una mejora de los ingresos laborales y de los salarios". "Pedimos que se escuche, que se dialogue más", ha subrayado.
El máximo representante de CEOE también ha criticado que el mundo empresarial echa en falta últimamente "respeto" y "lealtad" institucional hacia las empresas en el diálogo social, y ha advertido que cuando el diálogo es "unilateral" y "excluyente" sólo existe un "monólogo sin perspectiva, sin consenso y sin aspiraciones comunes". "Nosotros estamos en la otra orilla", ha remachado.
SÁNCHEZ LLIBRE PIDE ANALIZAR LA RELACIÓN ENTRE DIVIDENDOS Y SALARIOS
A Garamendi le han acompañado en su intervención la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y el presidente de SBEES, Josep Sánchez Llibre, quienes han reflexionado sobre el papel que juega la empresa en la sociedad y la democracia.
Sánchez Llibre ha advertido que a partir de la crisis financiera de 2008 las rentas del trabajo dejaron de crecer a mayor ritmo que las del capital, por lo que ha instado a trabajar para acabar con esta tendencia e incluso analizar si la relación entre dividendos y salarios "es la más adecuada".
El presidente de la patronal catalana ha hecho suyas unas declaraciones del consejero delegado de Renault en España, Luca de Meo, quien dijo que el problema más grave que tiene Europa en la actualidad es la "constante pérdida de poder adquisitivo de las clases medias", de manera que a muchos de los empleados de Renault no tenían el suficiente sueldo para poder comprar un coche de la marca.
En este sentido, Sánchez Llibre coincide "plenamente" con la reflexión del CEO de Renault y ha lamentado que a partir de la crisis financiera de 2008 las rentas del trabajo son inferiores a las del capital. "Esta y no otra es la causa principal de las grandes desigualdades sociales existentes hoy, tanto en España", ha señalado.
"Los empresarios tenemos la obligación de dedicar tiempo y esfuerzo para redefinir los valores que nos permitan que nuestra sociedad recupere la confianza en el sistema y las personas puedan ganarse la vida dignamente", ha zanjado.
ARMENGOL ENSALZA EL PODER DEL DIÁLOGO SOCIAL
De su parte, la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ha aprovechado su intervención para hacer un llamamiento al "diálogo social" como herramienta imprescindible para impulsar los cambios en el modelo económico. "La coyuntura económica favorable se sostiene sólo si entendemos ese futuro de progreso económico como un trabajo común, que necesita de diálogo y que necesita solidaridad y compromiso", ha incidido.
Asimismo ha reivindicado la necesidad de hacer una reflexión sobre los modelos económicos actuales para incluir entre sus ejes fundamentales "la sostenibilidad, la digitalización, la transformación energética, la cohesión social, la territorial y la igualdad", ya que, a su juicio, el crecimiento económico, nunca debería estar reñido con los "valores democráticos" y con la "garantía ineludible de un Estado del bienestar".
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