MADRID, 1 (OTR/PRESS) Salvo sorpresas de última hora en uno de los países más sorpresivos del mundo, el acontecimiento político de la semana será la Conferencia de Presidentes Autonómicos que, presidida por el Rey e impulsada por Pedro Sánchez, se celebrará el día 6 en Barcelona. Pero ¿cómo se cimenta territorialmente un país necesitado de consensos entre Gobierno y oposición cuando el líder de esta última llama 'capo' al presidente del Gobierno, y al tiempo, varios ministros aceptan bulos para desprestigiar de la peor manera a la oposición?. Probablemente, la tensión nunca fue tan elevada, máxime cuando, dos días después de la celebración de la Conferencia, el Partido Popular ha llamado a una manifestación (sin siglas, dicen) para exigir que Sánchez convoque ya elecciones "y se marche". En estas condiciones, ¿a quién le importa cuáles sean los objetivos de la Conferencia, oficialmente convocada por el Ejecutivo para hablar de vivienda y universidades, pero que la oposición quiere con un temario en el que también se hable de energía y, sobre todo, de financiación autonómica? El ministro competente, Angel Víctor Torres, acusado, me parece que sin plena justicia ni veracidad, de ciertos episodios políticamente cuestionables, tendrá seguramente que convocar una nueva reunión preparatoria antes del viernes para tratar de consensuar una agenda que haga posible incluso la celebración de la Conferencia. A la que, sin duda, a algunos 'barones' del PP, especialmente la presidenta madrileña Díaz Ayuso, mucho les gustaría dejar de asistir. Algo obviamente desaconsejable cuando la figura del jefe del Estado está por medio. Torres es de los miembros del Gobierno más dialogantes, admiten en la oposición. Pero ¿cómo llegar a acuerdos cuando la vicepresidenta primera y 'número dos' del Gobierno y del PSOE, la ministra de Educación (y portavoz del Gobierno) y el ministro de Transformación Digital y Función Pública (y líder del PSOE en Madrid), se han lanzado a las peores acusaciones contra la oposición en base a un bulo manipulado y erróneamente recogido por algunos medios de comunicación? Estos medios, por cierto, han rectificado, lo que no han hecho los tres ministros, que hablaron de un complot incluso para asesinar a Sánchez, un equívoco surgido de un audio manipulado en el que también se quería involucrar a la UCO. Y presumiblemente los ministros no rectificarán, dijo un portavoz del PSOE, hasta que Feijoo deje de decir "cosas horribles" basándose en un presunto informe de la UCO sobre Santos Cerdán, informe del que nada, en realidad, se conoce, más allá de rumores, sospecho que no muy bien intencionados. O sea, que estamos ante una completa serie de 'fake news', a cual más burda, que debería hacer meditar a ciertos medios, y a ciertos ministros, a ciertos dirigentes de la oposición especialmente lenguaraces -hasta una docena de veces llamó Miguel Tellado "capo" a Pedro Sánchez en una comparecencia pública-y a la propia UCO -que debería dotarse ya de un portavoz para evitar que la manipulen tanto unos y otros--, acerca de un cambio de rumbo. Personalmente, nunca, ni en los últimos tiempos de Felipe González, cuando Aznar le lanzó aquel famoso "¡Váyase, señor González!", que hoy suena casi amistoso en comparación con lo que se están diciendo los líderes, ni cuando la moción de censura contra Rajoy, siete años van a cumplirse este mes, había visto tanta crispación política. Y así ¿estamos en condiciones de llegar a algún acuerdo positivo para la nación en cuanto a su configuración autonómica, que es acaso la parte más débil de nuestra ya bastante reformable Constitución? Me temo que, de no producirse el milagro de la conciliación imposible, el encuentro de los presidentes autonómicos, algunos, por cierto, muy valiosos políticamente, con el Gobierno central, lanzado a la pendencia, va a resultar una nueva oportunidad frustrada de construir país. Y, a estas alturas, ya no sé si nos podemos permitir muchos más fracasos en esta construcción. Make Spain Great Again, debería ser la consigna, aunque con vuelos y aspiraciones muy diferentes de los que inspiraron a quien diseñó la frase en referencia a América, y cuya brutalidad en formas y fondos cada vez se parece más a la que impera por estos pagos al otro lado del Atlántico.
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