 "Pensaba que había un complot en su contra. Su delirio es siempre el mismo; la persecución"
La médica psiquiatra que valoró asistencialmente al acusado el día siguiente del atropello masivo en Haro y después se hizo cargo de su ingreso hospitalario considera que, aquella noche, su conducta estuvo motivada "por un delirio paranoide". "Él creía que había un complot en su contra".
Valora que dentro de la propia enfermedad que presentaba de base, esquizofrenia paranoide, el día de los hechos, el 4 de septiembre de 2023, se encontraba "en una expresión ya muy grave del episodio de un brote".
Considera, además, que "tomó la decisión -de arremeter contra los sanitarios- desde la paranoia del brote psicótico". Algo que puede justificar, a su juicio, los posteriores gritos que realizó en contra del Gobierno, de engaños, o de que le querían matar.
Como ha querido explicar al jurado popular, un brote en esta enfermedad psicótica "es gradual y comenzó día antes". Ha afirmado también que una persona con este diagnóstico "puede tener descompensaciones incluso estando en tratamiento. Estar medicado ayuda a que los brotes sean menores, pero no los anula".
Así ha sido la declaración de la médica durante la tercera sesión del juicio contra el acusado de atropellar mortalmente a una persona y herir a otras cinco en el parking del centro de salud de Haro el 4 de septiembre de 2023. El Fiscal solicita su internamiento en un centro psiquiátrico adecuado mientras que las acusaciones particulares solicitan penas de prisión. Por recomendación médica, el acusado no se encuentra presente en el juicio.
"DESCOMPENSACIÓN PSICÓTICA Y FALTA DE EXPRESIÓN EMOCIONAL"
En su comparecencia ante la jueza ha explicado que en la primera valoración asistencial que le realizó al procesado el 5 de septiembre de 2023 "había una descompensación psicótica y falta de expresión emocional". Puede ser "una descompensación de su enfermedad, como un aplanamiento", ha indicado.
Ve también que el propio acusado "pudo limitar sus síntomas o no explicarlos previamente a los hechos porque, o bien, no los veía, o bien, no los reconocía o porque pensaba que le podían subir la medicación o le podían ingresar. Es algo habitual, no siempre ocurre pero puede pasar".
También recuerda que el acusado le contó que tenía "miedo" de que le pudiera "intervenir la policía vasca en su ingreso. Tenía una especial manía persecutoria por la policía vasca".
Tras la primera valoración, esta profesional solicitó su ingreso en un módulo penitenciario dentro del hospital San Pedro que duró alrededor de un mes. En ese ingreso recuerda que el acusado decía que sentía "una voz que le decía que se tenía que suicidar" y también "el olor a gas". Hablaba de que "intentaban matarlo".
Le relató también "vivencias de persecución, señales y una certeza de que había un complot contra él y relata cómo intentaba conseguir pruebas por si le mataban". Con los días -recuerda la profesional- "hacía una crítica parcial" de los hechos y pensaba que era "psicótico" pero "se lo había inducido el Gobierno".
"El conocía la enfermedad que tenía, conoce lo que implica y lo que significa, pero igual no conocía todos los síntomas. Hay una limitación", ha destacado la profesional.
ESQUIZOFRENIA RESISTENTE
Afirma también que le atendió en un segundo ingreso, este ya sucedió en marzo de 2024 (seis meses después de los hechos), en el que decidieron cambiarle la medicación que tomaba y recetarle otra más adecuada para la esquizofrenia resistente porque no había una respuesta de los síntomas con la medicación anterior. Solo había una respuesta parcial".
A preguntas de los abogados si, en la situación del acusado en el momento de los hechos, era aconsejable que condujera, ésta ha respondido: "En la situación de brote se desaconseja cualquier actividad de riesgo".
"EL DELIRIO ES SIEMPRE EL MISMO, LA PERSECUCIÓN"
La sesión de hoy ha finalizado con la declaración de otra médica psiquiatra que atendió al procesado desde el año 2020 en Basauri y le realizó un seguimiento posterior hasta el 1 de septiembre de 2023 (tres días antes de los hechos).
Como ha dicho ante el jurado popular, en ese primer ingreso hospitalario (en 2020), "ya pensaba que le estaban persiguiendo".
Sobre su evolución, explica, acudía a las citas previstas y la evolución a lo largo de los meses fue mejorando en sus síntomas "pero había 'reagudizaciones' pequeñas porque seguía pensando que le perseguían... el delirio del acusado es siempre el mismo, la persecución".
Como reconoce "le preocupaba mucho su situación laboral ya que tenía miedo de no poder volver a trabajar como policía -ejerció durante un tiempo- por su enfermedad".
Con los meses, "decidió dejar el tratamiento farmacológico pero no el seguimiento en nuestro dispositivo aunque, finalmente, se fue desvinculando y no acudió a las citas".
A los meses volvió a retomar el tratamiento "porque volvió a la consulta a solicitarme un informe en el que se dijera que ese primer ingreso había sido solo por algo pasajero, para poder volver a trabajar aunque fuera sin arma".
"Yo no hago ese informe porque era un trastorno crónico" y aprovecho "para vincularle de nuevo a las consultas" aunque -como recuerda- "tenía problemas con la medicación porque no le hacía gracia tomar tratamiento en general y mucho menos intramuscular. Pero acudía puntualmente a inyectarse el tratamiento".
ATENCIÓN PSIQUIÁTRICA DEL 1 DE SEPTIEMBRE
Finalmente reconoce que días antes del atropello masivo en Haro, el 31 de agosto, "recibió una llamada de la madre y la hermana del acusado" en donde le indicaron que le veían preocupado porque volvía a decir "que le perseguían" y actitudes confusas.
Tras ello, "le llamé (al acusado) para que acudiera a consulta el 1 de septiembre. Vino puntual, estaba tranquilo y me reconoció los síntomas pero me dijo que se encontraba mucho mejor. Creo que minimizó los hechos. No valoré ningún riesgo para hacer un ingreso involuntario porque, además, aceptó aumentar la dosis de ciertas medicaciones".
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