MADRID, 22 (OTR/PRESS) La ministra de Hacienda, vicepresidenta primera del Gobierno, vicesecretaria general del PSOE y secretaria General del PSOE de Andalucía, excelentísima señora doña María Jesús Montero Cuadrado, manifestó hace poco su intranquila sospecha de que la oposición no la trata con el respeto que merece, por alguna de estas circunstancias: ser mujer, ser socialista o ser andaluza. Esta turbadora y desasosegante impresión la manifestó en sede parlamentaria, después de que el diputado del PP Elías Bendodo le preguntara en tres ocasiones si tenía noticias de que cargos del ministerio de Hacienda habían mantenido alguna, o algunas, entrevistas con el empresario Víctor Aldama. Lo de la pregunta "¿De dónde vienes?", y la respuesta "Manzanas traigo", no tiene nada que ver con ser mujer, andaluza o socialista. Pero, claro, si esta sensible y afectada mujer -tan resuelta y firme en apariencia- está deprimida por la amarga sensación de ser objeto de discriminación, y ello le lleva a la convicción de estar perseguida por la oposición, merece un descanso, porque es que, además de las cargas gubernamentales y orgánicas del partido al que pertenece, es también candidata a la presidente de Andalucía. Objetivamente, hay que reconocer que la excelentísima señora doña María Jesús Montero Cuadrado es un claro ejemplo de todo lo contrario al abandono y la persecución. Es una mujer reconocida y promocionada de manera quíntuple, con cinco cargos de alta responsabilidad, caso insólito, no ya en una mujer andaluza y socialista, sino hasta en un hombre, vasco y conservador. Sin embargo, ya sabemos que la depresión y el desánimo parten de una base subjetiva, que se aparta de la realidad, porque las emociones personales transforman la realidad. Podría ocurrir, no obstante, que este aparente ejemplo de manía persecutoria para la desagradable, e intuitiva impresión, de que su nombramiento para ser candidata a la presidencia autonómica andaluza, lleva aparejado su adiós al ministerio, a la vicepresidencia del Gobierno, y quién sabe si a la vicesecretaría general del PSOE. No sé, los sentimientos y los cerebros son tan variados y diferentes como los seres humanos. De cualquier manera le deseamos suerte, y que recuerde que ser mujer, andaluza y socialista puede ser aplicado a cientos de miles de personas que también pueden ser listas, tontas, malvadas, egoístas, generosas, fulleras, honradas, valientes o cobardes. Cualidades que definen más a una persona que su sexo, su lugar de nacimiento o su militancia política.
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