 Núñez sobre el día de la dana: "La responsabilidad de gestionar la emergencia, en este caso, es de la Generalitat"
Voces expertas han señalado que "ha habido fallos tanto de planificación urbanística como de prevención, vigilancia y alerta temprana a la población" durante la dana que asoló la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre. Por ello, han reivindicado que estos aspectos se han de mejorar, ya que "no se pueden volver a repetir los errores del pasado": "Hemos de estar alerta porque, cada otoño, estamos en la situación de que se pueda volver a reproducir este fenómeno meteorológico".
Así lo ha manifestado el doctor en Geografía, meteorólogo y miembro de la Asociación Valenciana de Meteorología (Avamet) Rafael Armengot, este sábado, en declaraciones a los medios, minutos antes de que iniciase la jornada científica 'Dana 29-O: causas, impactos y lecciones', organizada por Avamet y el Ayuntamiento de Aldaia (Valencia), en colaboración con Meteored (tiempo.com).
Esta jornada, celebrada en el municipio de Aldaia --una de las localidades de la zona cero de la dana--, ha reunido a diferentes expertos de referencia meteorológica, planificación territorial y comunicación científica --como José Ángel Núñez (Aemet), Victòria Rosselló (À Punt), Enrique Moltó (UA), Carlos Sanchis (UV) y Ana Camarasa (UV) con el objetivo de "analizar en profundidad lo ocurrido durante el devastador episodio de lluvias del pasado otoño, sus consecuencias y las posibles mejoras en la gestión del territorio y prevención de riesgos".
Armengot ha recalcado que la dana, el fenómeno meteorológico que produce estas situaciones, es "un hecho extraordinario pero no insólito" porque se repiten en el tiempo. De este modo, ha advertido que "la planificación urbanística no puede despistarse" porque "que no pase durante unos años, no puede decir que no vuelva a pasar en el futuro".
Es así cómo ha incidido, en su ponencia, en el concepto de "periodo de retorno", aspecto que se tiene en cuenta en función de los cálculos de la ingeniería y al que se ha referido como "un brindis al sol": "Se habla de que se protege del mayor episodio que puede producirse cada 500 años, pero, realmente, los cálculos están sesgados por el vicio del procedimiento y pueden dejar de constar la evidencia histórica".
También ha considerado que es "importante" tener en cuenta el ritmo natural de evolución, que tiene dos componentes: el fenómeno meteorológico en sí, junto a sus "enormes daños", y la vulnerabilidad del territorio y de cara a la población. "Un enorme episodio en una zona desierta, como Cuba, el Sahara o la Antártida, tendrá un efecto de catástrofe humana relativamente reducida, pero si poblamos y habitamos y urbanizamos un territorio de una manera saturada, probablemente estos efectos se multipliquen", ha incidido.
De esta forma, ha destacado que "de alguna manera, es lo que ha pasado en los últimos años" y ha lamentado la desaparición de la huerta de Valencia: "Las huertas y los campos hacían de gran efecto disipador".
Preguntado por los medios sobre un estudio de la Universitat de València (UV) y de la Aemet que apunta que otros dos barrancos más al sur que la rambla del Poyo son los responsables de las inundaciones, Armengot ha explicado que "el Poyo, en su conjunto, fue el causante de la avenida de agua" pero que "fueron los barrancos a su derecha, l'Horteta y el Gallego, zonas que no están vigiladas por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), los que volcaron primero el agua".
"Hay que prestar mayor atención a estos barrancos que no tenían ningún tipo de monitorización cuando se produjo la inundación", ha reclamado.
Sobre los avisos de Aemet, el doctor en Geografía ha defendido que "no se pueden frivolizar" porque "hace un trabajo muy riguroso". "Tenemos la suerte de que la predicción meteorológica ha avanzado extraordinariamente en los últimos años y lo que no podemos hacer es ignorar toda la buena información y todas las alertas que nos proporciona", ha reivindicado. "Por tanto, la vigilancia inmediata y la alerta inmediata a las autoridades son clave", ha resumido.
EL BARRANCO DE LA SALETA
Por su lado, el alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, ha coincidido en "la importancia de escuchar a la ciencia y, fundamentalmente, a las voces expertas en gestiones de catástrofes" y ha agradecido que la jornada de reflexión se haya celebrado en esta localidad porque en esta catástrofe "se habla muy poquito de Aldaia, que fue damnificada por un gran barranco que siempre es invisible, el barranco de la Saleta".
En este sentido, el alcalde del municipio ha reclamado las obras de encauzamiento del barranco de Saleta y de todas las ramblas "con una mirada metropolitana", aspecto que ha trasladado al vicepresidente de la Comisión Europea, Raffaele Fitto.
"Porque este episodio, evidentemente, fue transversal, fue muy global. Para eso necesitamos medidas globales desde aguas abajo a aguas arriba. Por tanto, la mirada debe ser no de cada uno de nosotros, de cada municipio, sino conjunta", ha sostenido. "Evidentemente, la Generalitat tiene que impulsarlo", ha pedido.
LAS ALERTAS TEMPRANAS, CLAVE
Por otra parte, el jefe de Climatología de la Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, ha señalado que "es clave lanzar alertas tempranas a la población". "Se trata no solamente de gestionar la emergencia, es decir, ir a rescatar gente o ir a cortar carreteras, sino emitir alertas para que la población esté informada", ha apostillado.
Así, ha ejemplificado que este mismo hecho ocurrió en la riada ocurrida en València en 1957, cuando se emitió una alerta temprana con cinco horas de antelación. "Se alertó a las siete de la tarde y la primera riada llegó a las 12 de la noche", ha expuesto.
Sobre cómo se puede mejorar la gestión de la incertidumbre ante un aviso meteorológico, Núñez ha apuntado que "quien gestiona la emergencia se tiene que focalizar en tomar medidas amplias preventivas", acciones que pasan por "no olvidar lo importante que es el factor humano en las situaciones extremas".
"Tenemos unas herramientas estadísticas, pero al final está el hombre, que es el que tiene que interpretar los datos y si esos datos son coherentes o no. Puede ser que en este episodio hayamos confiado demasiado en la tecnología", ha apuntado.
Por ello, aboga por desplegar a agentes por el territorio "para que estén vigilando lo que está pasando 'in situ' y así disponer de información 'in situ'", medida que ha defendido que se habría de activar en los barrancos de l'Horteta y Gallego, donde no hay medidores de la CHJ.
"Pero, primero, se ha de dar un primer mensaje informativo para que todo el mundo sepa lo que puede pasar y cuál es la previsión", ha agregado. En esta línea, ha incidido en que si se hubiera lanzado una alerta temprana a toda la población de València el 29 de octubre, "mucha gente de la Safor, del Camp de Morvedre, comarcas donde no llovió y donde no hubo inundaciones, que hubiera estado informada".
"A esa gente no le ha valido de nada, pero sí que es un mensaje que hubieran recibido personas de zonas muy afectadas por las lluvias y por las riadas y podrían haber tomado medidas de autoprotección", ha expresado.
En cuanto a la información disponible que se trasladó a las autoridades el día de la barrancada, el jefe de Aemet ha sentenciado que "había más que suficiente, tanto meteorológica como hidrográfica" y que también fue difundida a los medios de comunicación.
"Toda esa información debe ser sintetizada por quien tiene la responsabilidad de gestionar la emergencia, que en este caso es la Generalitat, y, en base a todos los datos recibidos, tomar medidas, como se han hecho en otras ocasiones con los mismos umbrales, con los mismos medios y con los mismos profesionales que estaban trabajando", ha concluido.
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