MADRID, 7 (OTR/PRESS) Pactar con VOX no es una bagatela sin consecuencias. Feijoo debería mantener más prietas las filas de los dirigentes autonómicos, porque sus cesiones a la xenofobia y el racismo de la extrema derecha son el reflejo de lo que pasará si el PP llega a la Moncloa. Viene esto a cuento de lo ocurrido estos días en Cantabria, donde la exigencia de los de Abascal ha llevado al ejecutivo autonómico del PP a exigir la repatriación de dieciocho menores no acompañados que llegaron en pateras. Pese a saber que es una competencia del Estado, han firmado la solicitud de extradición. No es que los chavales hayan cometido algún delito, de hecho, la selección de los nombres de los "señalados" es aleatoria. Tienen, además, el cinismo de justificarlo, diciendo que se amparan en el interés del menor y las ventajas de estar con su familia y en su país de origen. Es decir, lo hacen por ellos, para que no estén separados de sus mamás. La explicación añade un plus de tomadura de pelo. Porque, si estuvieran mejor en Gambia o en Costa de Marfil o en Guinea, ¿se habrían jugado la vida para llegar hasta aquí? Y no es que Cantabria tenga los centros de menores desbordados. Solo acoge a veintiséis y quiere expulsar a dieciocho. En su afán por emular a Trump, los de Abascal acabarán pidiendo que se les envíe a las cárceles de Bukele en El Salvador, o al redivivo penal de Alcatraz. Y quien firma la petición de extradición es nada menos que el subdirector del Área de Infancia y Adolescencia, cuya función debería ser la defensa de la Convención sobre los derechos del niño recogidos en Naciones Unidas y demás tratados internacionales. No se les expulsará a sus países de origen porque el Gobierno central no contempla esas medidas de odio, pero ¿se imaginan que en el Consejo de ministros se sentarán Feijoo y Abascal? La respuesta puede ser perturbadora. Los niños de la lista de de ignominia no tienen denuncia penal ninguna. Simplemente son negros y ese color no gusta a la derecha europea o de Estados Unidos. Además son pobres y por tanto sospechosos de venir a "robar nuestros recursos". Nos llama la atención y nos escandaliza la imagen de Trump vestido con el hábito papal, pero hay otras decisiones, sin intermediación de la inteligencia artificial, igual de vergonzosas en cuanto que afectan a la infancia. Los cántabros deben estar echando de menos la diplomacia de las anchoas de Emiliano Revilla, frente a la agresividad de su actual administración. ¡Qué peligro!
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