
El decano de la Facultad de Teología 'San Vicente Ferrer' de la Universidad Católica de Valencia, Santiago Pons, ha afirmado este miércoles que no se puede establecer si los electores en el cónclave que debe elegir al nuevo Papa son "conservadores o liberales" y ha recalcado que, en todo caso, quien resulte elegido "está bajo la palabra de Dios y bajo la tradición de toda la Iglesia".
Además, según ha informado el Arzobispado en un comunicado, ha considerado que no se pueden "acelerar los procesos, si corremos nos arriesgamos a una ruptura" y "la unidad de la Iglesia y la comunión de los cristianos está por encima de nuestras preferencias".
Según comenta Pons, "en una sola generación de cristianos no vamos a ser capaces de llevar a cabo todas las reformas que nuestro tiempo requiere, pero vendrá otra generación de cristianos que nos dirá, ¿y dónde está el problema?".
El papa Francisco "era consciente de que todas las tareas que había que realizar en la Iglesia él no las iba a poder terminar pero nos enseñó la necesidad de iniciar procesos para que se vayan desarrollando", ha añadido.
Ahora, en el cónclave, "los cardenales le pedirán al Señor que muestre qué Iglesia es la que tenemos que seguir construyendo y luego buscar la persona adecuada para llevarla adelante", ha indicado, y ha añadido que la misión de la Iglesia en medio del mundo "es la de anunciar el Evangelio, que es para lo que la fundó Jesucristo, es decir, continuar la misión de Cristo". A su juicio, esa misión hay que entenderla "en el contexto de todos los Papas anteriores a Francisco y sobre todo en el contexto del Concilio Vaticano II".
Así, ha apuntado, "Pablo VI nos habló de recuperar la misión de la Iglesia, la Iglesia existe para evangelizar, y ese testigo lo recogió Juan Pablo II con el anuncio de una nueva evangelización y también Benedicto XVI, porque creó una congregación para la nueva evangelización y convocó un Sínodo de los Obispos, sobre la transmisión de la fe. Precisamente el primer documento del papa Francisco, 'Evangelii Gaudium', es una exhortación pastoral que recoge las conclusiones de ese Sínodo de los Obispos sobre la transmisión de la fe".
PROCESO DEL CÓNCLAVE
Los cardenales -solo los electores- entrarán este año en la Capilla Sixtina, cantando el 'Veni Creator Spiritus', invocando la guía del Espíritu Santo. Una vez dentro, cada cardenal prestará juramento de observar los procedimientos, mantener el secreto y votar libremente por el candidato que considere más digno.
Cuando el último de los cardenales electores haya prestado juramento, el maestro de las celebraciones litúrgicas papales, Monseñor Diego Ravelli, dará la orden 'Extra omnes' ('Todos fuera'), indicando que todos los que no participen en el cónclave deben abandonar la Capilla Sixtina.
Para ser elegido Papa es necesario alcanzar dos tercios de los votos. Cuando esto sucede el cardenal decano o el cardenal que sea primero en orden y antigüedad, se dirige al elegido y le pregunta: "¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?". Si el elegido acepta el cardenal decano pregunta entonces: "¿Con qué nombre deseas ser llamado?".
El nuevo Papa pasa unos momentos en una sala contigua a la Capilla Sixtina, conocida como la Sala de las Lágrimas, donde viste sus vestiduras papales blancas. El cardenal diácono de mayor rango anuncia desde la logia de San Pedro a los reunidos en la Plaza de San Pedro: 'Habemus papam!' ('¡Tenemos un Papa!') y el nombre que ha adoptado. El Papa recién elegido sale entonces para dirigirse y bendecir a la ciudad y al mundo ('urbi et orbi').
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