La Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE) ha lanzado una 'Campaña contra el ruido', en la que insta a reducir la contaminación acústica y mejorar así la calidad del sueño y la salud de las personas, de los animales y del medio ambiente. "El ruido está presente en nuestra vida diaria. El ruido no descansa ni de día ni de noche. Es el segundo factor de carga ambiental de enfermedades en Europa después de la contaminación del aire", ha señalado la Federación, que ha señalado la necesidad de una sociedad "más empática y cívica" que respete el descanso tanto de día como de noche. Del mismo modo, ha trasladado a las instituciones la responsabilidad de tomar "conciencia" del problema para que protejan a las personas, su salud, sus derechos fundamentales, adopten medidas preventivas, ágiles, eficaces y promuevan diseños urbanísticos, espacios silenciosos, a fin de tener ciudades más saludables y confortables, que mejoren la calidad de vida, evitando desigualdades sociales y protegiendo a la ciudadanía y especialmente a los colectivos más vulnerables. "Son muchas las personas que están viendo perjudicado su sueño y salud a diario (...) Hay que frenar la contaminación acústica, siendo el mejor tratamiento el preventivo. Es una cuestión de salud pública", ha insistido Federación AICE con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que se conmemora este miércoles. Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), en torno a una de cada cinco personas vive en zonas en las que los niveles de ruido se consideran perjudiciales para la salud, mientras que en España provoca 4.000 hospitalizaciones y 1.000 muertes prematuras anuales. "Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que usan dispositivos de audio portátiles pueden exponerse, en 15 minutos de música a 100 decibelios, al mismo nivel de sonido que una persona que trabaja en el sector industrial en una jornada de ocho horas de trabajo a 85 decibelios. Los límites de volumen del oyente típico están entre los 75 y los 105 decibelios, ¡un umbral preocupante!", ha afirmado la organización. Esta exposición constante puede dar lugar a alteraciones del sueño, que se considera el efecto no auditivo más perjudicial consecuencia de la contaminación acústica, y es que el ruido nocturno puede deteriorar la calidad del sueño, haciendo que las personas tarden más en conciliarlo, que se despierten antes de lo necesario o que pasen menos tiempo en sueño profundo y en fases superficiales. Durante el sueño, las personas siguen percibiendo los sonidos ambientales e incluso reaccionan fisiológicamente a ellos, aunque dependerá de su duración, intensidad y frecuencia, motivo por el que AICE ha subrayado la importancia de controlar y limitar el ruido incluso aunque no haya quejas concretas.
EL IMPACTO DEL RUIDO NOCTURNO EN LAS PERSONAS
A corto plazo, el ruido puede provocar en las personas una mayor irritabilidad, impulsividad y somnolencia, además de un menor rendimiento; a largo plazo, las personas se exponen a un mayor riesgo de padecer alteraciones metabólicas, cardiovasculares, psiquiátricas y neurológicas. Aunque se ha resaltado la contaminación acústica durante la noche, la que ocurre durante el día es igualmente perjudicial, sobre todo sobre la salud auditiva, y es que los ruidos pueden dar lugar a una pérdida de la capacidad auditiva o a sufrir acúfenos, pero también aumenta la presión arterial y los niveles de estrés, lo que provoca alteraciones en el estado de ánimo, del sueño, enfermedades cardíacas, enfermedades mentales, efectos metabólicos, complicaciones al nacer o disminución del desarrollo cognitivo y rendimiento de los niños.
EL PRECIO DE LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
La Federación también se ha apoyado en un documento europeo que valora el precio de la molestia y la perturbación del sueño en la salud de las personas; según el texto la exposición a 62 decibelios de ruido de tráfico diario puede costar a cada europeo 342 euros anuales. "En una sociedad en la que es frecuente priorizar la economía frente a la salud y la protección de los derechos fundamentales, poner un coste económico a los impactos del ruido en la salud de las personas debería ayudar a tomar conciencia de la gravedad del problema", ha añadido Federación AICE, que ha insistido en la necesidad de que las ciudades reduzcan sus fuentes de ruido.
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