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Con la llegada de las altas temperaturas, los especialistas advierten sobre el peligro del golpe de calor, una urgencia médica que puede ser especialmente grave en los niños por su menor capacidad para regular la temperatura corporal. Los principales signos de alarma por un golpe de calor incluyen fiebre alta, confusión mental, piel caliente y enrojecida, sudoración excesiva, náuseas o vómitos.
Así como en verano solemos prestar especial atención al cuidado de la piel, también es fundamental ser conscientes de la importancia de proteger nuestros ojos. Las condiciones propias de esta época del año pueden favorecer la aparición de diversos problemas oculares si no se toman las precauciones adecuadas. De hecho, no solo los adultos deben tener cuidado en este aspecto, sino que también es importante proteger los ojos de los niños.
El sol es una fuente vital de luz y calor, indispensable para nuestro bienestar, pero su radiación ultravioleta (UV) también exige respeto y precaución. Para disfrutar de sus beneficios sin comprometer nuestra salud cutánea, es fundamental entender cómo protegernos de manera integral. La salud de la piel es una prioridad, y para ello, no basta solo con la aplicación de cremas. Es fundamental adoptar un enfoque integral para disfrutar del sol con seguridad.
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