Miles de personas desafiaron el pasado viernes los mas de 42 grados del calor del terral malagueño, para disfrutar del único concierto en la capital de la Costa del Sol de la gira nacional de El Canto del Loco y Hombres G, en un concierto multitudinario en el que ambos grupos interpretaron lo mas florido de su repertorio.
Recorre en boca de los profanos a la música un adagio manido por el uso, a veces injustificado y a veces cargado de razon de que viejos rockeros nunca mueren, y de esa filosofía de desafío al paso del tiempo, dieron buena cuenta uno de los grupos iconos de la rebeldía de la juventud española en los 80, los Hombres G, aquella mítica formación madrileña, liderada por David Summer, que capitaneo una manera inédita de hacer música, diferente a todo el pop hispano anterior cuyas letras, barrocas y recargadas, referían en las canciones la protesta de una generación que suspiraba por una libertad democrática que penetraba a cuentagotas. Hombres G fue capaz de romper todo eso, y a una juventud acomodada y rebelde, insumisa en una sociedad tendente al bienestar le brindo temas ligeros, poco poéticos pero cargados de dinamismo y juventud, tales como “Marta tiene un marcapasos”, o “Sufre Mamón”.
El pasado viernes, en el concierto que en Málaga reunió a Hombres G y El Canto del Loco, asistimos a la comunión en un mismo auditorio de varias generaciones del publico musical español, a la demostración mas evidente de la repetición de formulas atractivas para el publico, dado que Hombres G, y la banda liderada por Dani Martín, salvando las distancia generacionales, vienen a utilizar los mismos esquemas creativos, hasta el punto que ambas formaciones, conscientes de esta peculiaridad que los ha unido en la irregular línea de la historia de la música española, despliegan dentro del escenario todo tipo de recursos similares, interpretando cada grupo temas del otro, sin causar extrañeza alguna en unos espectadores divididos entre seguidores de una u otra formación.
El concierto de Málaga, multitudinario, alegre y colorista como la propia ciudad se convirtió según me cuentan los asiduos al julio de los espectáculos costasoleños, en la referencia musical del verano, en el plato fuerte de la oferta musical malacitana. Un concierto en el que ambas formaciones, con una cuidadísima elección de los temas a intepretar supieron meterse al publico en el bolsillo, un publico entusiasta que en mas de una ocasión fue invitado a auparse al escenario a saludar y besar a sus ídolos, unos músicos, que frente a la invasión del reggaetton y otras músicas, demostraron que en este país, excepcionalmente se puede conjugar lo comercial y lo decente.
Un recital en el que sin abusar de los temas del nuevo trabajo “Zapatillas”, El Canto del Loco sacó a relucir los éxitos que más fama han granjeado a una escuadra musical joven y conformada por algunos estudiantes de arte dramático, que con gran visión del espectáculo, optaron un buen día por cambiar las bambalinas por la guitarra eléctrica.
Ambos grupos, ofrecieron un espectáculo grandioso, en el que quiza sólo pueda criticarse la irregular utilización de los recursos de iluminación, esos efectos secundarios que pueden poner la guinda a un concierto apoteósico para delirio de los seguidores.
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