Me siento anonadada, consternada, impotente, asustada, menospreciada, bueno, ¡basta ya¡ me he enterado de fuentes fidedignas que en TVE han prohibido a la dirección del programa que a partir del lunes va a presentar la incombustible Anne Igartiburu, +Gente sin más explicaciones se contrate a cualquier periodista que haya colaborado con el programa de TelecincoSálvame. Periodista o tertuliano.
El programa que estrena la presentadora vasca este próximo lunes y que va ocupar la parrilla de TVE, que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos, tendrá una duración de tres horas, será en directo, empezará a las 18 horas y acabará a las 21 horas.
El Avemaría y el Rosario en latín
Sabiendo lo que me han explicado creo, siempre en mi modesto entender, que debería programarse a la hora del ángelus, es decir a las 12 del mediodía, deberían empezar rezando un Avemaría y acabar, para redondear este producto único y excepcional, con el rezo del Santo Rosario y en latín, por favor.
Director de este diario le agradezco, desde esta columna, su visión amplia de la jugada y la libertad de expresión que desde que empecé a colaborar con la total y absoluta libertad de poder escribir a mi manera, siempre, claro está, respetando los cánones de la buena educación y lo que está prescrito en las leyes del respeto a los seres humanos.
Explicar todo lo que se sabe
Al conocer esta noticia me parece que en algunos momentos los profesionales a los que tanto nos ha costado sacar nuestra carrera de Ciencias de la Información en la Universidad y tirar adelante en nuestro oficio periodístico deberíamos ser bordes, sacar un poco la mala leche y empezar a explicar todo lo que sabemos y nunca podremos decir por obvias cuestiones.
Profesionales sin mácula
El PP, que rige las leyes en esta televisión pública, se erige en cacique de querer a profesionales sin personalidad y que no tengan ninguna mácula maligna en su currículo profesional.
Programa cristalino
Me siento manchada, soy una lacra, si, señor director, he pecado, mucho, yo he estado en Sálvame y cuando me llaman voy, jamás mi currículo podrá ser admirado por ese perfecto equipo que desde el lunes, se supone, visto lo visto, va, a través de la pantalla tonta de TVE, a recitar y a darnos clases de periodismo, todo perfecto, todo claro, ningún problema, ¡es que en este país no hay problemas¡.
Los profesionales que estarán en ese inmaculado plató están bendecidos por el todopoderoso de la verdad, blanca, cristalina, todos perfectos en cada momento, como en la vida cotidiana, ninguna palabra de más, todas en su sitio, sujeto, verbo, predicado.
Periodistas perseguidos por el PP
Recuerdo la desgraciada historia de aquellos actores de Hollywood que fueron amordazados en la época de Mc Carthy, yo no lo viví, hace muchos años que sucedió y ahora, en la TV pública de este país, se impone el mismo estilo.
Sería grato poder explicar que los periodistas lo somos a todas horas y, por suerte, sabemos trabajar en todos los formatos. Nos adaptamos. Claro está que al lado de una presentadora que nunca ha sido portadora de grandes vendavales es lógico que deseen el equilibrio perenne, hablo de la vida real de la calle, pero eso poco importa a los gerifaltes de esa televisión que pagamos todos .
Libertad de expresión en el cajón de los recuerdos
Es una desgracia para los profesionales tener que saber estas desgraciadas noticias, pero del PP hay que esperar esto y mucho más, la libertad de expresión parece que ha quedado en el cajón que un día ocupó Llorente y que ahora han sacado a relucir las carpetas donde hay nombres, muchos, demasiados quizá, que nunca podrán pisar la televisión de todos.
Desfile de profesionales de altura
Últimamente hemos visto desfilar hacia la puerta de la calle a periodistas y profesionales de mucha altura, no digo yo que los que se han quedado no la tengan, ¡Dios me libre¡, hay que comer, ¡si señor¡ y cómo están los tiempos hay que comer donde te llaman y hacer tu trabajo en profundidad y con plena dedicación y esfuerzo, lo de siempre, porque, por lo que a mi se refiere, siempre he trabajado así. Otros y otras, sin embargo, están ahí porque han labrado largas y fieles amistades que les sirven para tener un puesto desde el que tener alzada la voz de quién les manda.
Íntimas amistades
Otros, especialmente otras, aunque de todo hay en la viña del señor en esta profesión y en otras, pero yo hablo de esta que es a la que me dedico, están porque su amistad es tan íntima que les merece la pena dedicarse en cuerpo y alma a esa televisión y a los otros medios de comunicación que sus amos rigen.
Trabajar en Sálvame es una mancha para TVE
Los que somos libres, yo lo soy y que nadie lo dude un minuto, ni me compran ni me vendo bajo ningún concepto, lo que si hago es pedir trabajo y a cambio ofrecer mi extenso currículo, ante adversidades como ésta escriben un artículo explicando lo que sucede y después se echan unas risas con la otra gente que también se tiene que lavar por llevar pegada a su historia profesional la mácula de haber trabajado en un programa tan malvado como Sálvame, tan fuera de toda profesionalidad como este programa que presenta
Jorge Javier Vázquez quien según un reportaje del diario El Mundo gana casi el triple que Anne Igartiburu.
Yo ya sé que el saber hacer de los profesionales no se debe valorar por lo que cobran, a veces ni por lo que hacen, a lo largo de mi dilatada carrera he trabajado con los más grandes, con los más chicos y con todos me he tenido que esmerar mucho.
Yo, como todo el mundo, tengo una enorme capacidad para criticar todo lo que se hace en periodismo, incluso lo que hago yo, a veces creo que he estado a la altura, otras me he enfadado mucho conmigo y en otras me he olvidado porque estaba atendiendo a alguien por el móvil.
Programa en el que se trabaja
En Sálvame, las he pasado canutas, me han hecho juicios públicos, me han tratado de mentirosa sin mentir nunca, ni me gusta mentir ni me que me mientan, antes me callo, es un programa muy complicado, resulta difícil hablar y mantener una conversación, a veces he estado las cuatro horas en directo con el dedo levantado sin que me dieran entrada , me han dicho de todo menos bonita, he cantado, he bailado y tengo una minusvalía del 84% con una dependencia grande, pero estoy allí y quiero ser una más porque es un programa de televisión en el que la gente trabaja y desde el primer día decidieron que iban a divertir a la gente. Entre ellos, entre los colaboradores habituales, se lanzan dardos y se habla claramente de su vida cotidiana, se saca todo lo peor de cada uno, muy pocas veces lo mejor.
En realidad, lo mejor de cada uno de nosotros en cada momento lo sacamos a pasear, incluso yo en este artículo, me estoy vendiendo de primera categoría, bueno…….categoría yo tengo, mucha, porque mis padres desde pequeña me enseñaron dos cosas básicas, a vivir con lo que llegaba a casa y a ser humilde.
Ni como en Versalles ni aceite para cenar
Sálvame es un bazofia para algunos y para otros su principal entretenimiento, son 4 horas de diversión, una diversión cotidiana, porque nadie, en cada momento de la vida, vive ni como en Versalles ni siempre tiene aceite para cenar. Eso es Sálvame, un programa duro, real, a veces insólito, pasado de rosca. Pero me ha hecho fuerte, más dura y he aprendido a saber lidiar con otros postulados, muy criticados, muy extremos, pero al fin y al cabo se trata de un programa de televisión y que forma parte de mi trabajo. A mucha honra.
Sé todos sus defectos, todas sus cualidades y además me ha hecho recapacitar en mi forma de trabajar, me ha hecho dudar, ¿es buena o no para una profesional esta experiencia?. Hay que tener mucha cintura y profesionalidad para trabajar en Sálvame, yo, la verdad, todavía no he pasado el examen, quizá no lo haga nunca, nunca se sabe si van a volver a llamarte. El trabajo está fatal y en Sálvame, como en otros programas, tienen peticiones de profesionales muy preparados, todos expertos, todos capaces de llevar adelante un proyecto profesional.
El buen gusto y la ironía
En este programa, como en Tómbola y como en Crónicas Marcianas, aprendí mucho de televisión. Antes de estar en estos programas, considerados basura, estuve en otros donde predominaba el buen gusto, el saber estar, la diversión, la ironía, programas tranquilos, pero al final me señalaron como la “cotilla mayor del reino” desde el primer día que salí en uno de ellos.
Periodismo de calle
Nunca jamás me pude quitar este estigma, pertenece a una parte de mi vida profesional, a la que todo el mundo conoce tiene acceso y puede opinar, pero antes, mucho antes que todos estos programas, los más estetas y los más bestias, trabajé haciendo periodismo comarcal, de calle, entrevistas, críticas de teatro, de cine, de restaurantes, traté con grandes estrellas de Hollywood y fui guionista de programas de televisión varios y coordinadora y productora y luego resulta que todo Dios me conoce como “la cotilla mayor del reino”.
Estoy contenta de mi trabajo, estoy contenta de poder llamar a todo el mundo y pedir trabajo, me lo den o no me lo den, nunca se me cayeron lo anillos por trabajar sin orden expresa de ninguna
“unión” ni de ninguna “convergencia” más allá de la profesional.
Un programa para los votantes del PP
Hoy me llega esta noticia, nada agradable, ojalá el programa les vaya muy bien, el PP ganó por muchos votos y supongo que a sus votantes les gustará un programa hecho a su medida, es preciso que todos sepamos que hay profesionales que tragan con lo que sea a cambio de unos miles de euros mientras los directivos de una cadena pública como TVE manosean con la libertad de los profesionales excluyéndoles aduciendo que no dan el perfil de su programa (frase muy manida ésta y educada) o porque el currículo es insuficiente, ahora utilizan en TVE otro parámetro : si has trabajado en Sálvame olvídate de trabajar en el programa que presenta la exquisita Anne Igartiburu.
Quietos en sus sillas
Yo no sé que van a pensar profesionales como Lydia Lozano, María Patiño, María Teresa Campos o su hija Terelu, o Gema López, Chelo García Cortes, Sergio Alis y más, muchos más, cuando conozcan que están excluidos de tan alto programa en ciernes. Supongo que todos, sin excepción, se ocuparán mucho de quedarse quietos en su silla y rogar todos los días que el share que les viene acompañando en el último mes el programa “lavanda” de Anne Igartiburu no llegue a dejarles en la calle pidiendo.
Un día contaré todo lo que sé para así poder morir tranquila, algunos y algunas deben saber que los que callamos lo hacemos porque nos da la gana.
Nota: Cuando no pueda pagar la luz, ni el gas, ni el agua de mi casa, pasaré la factura al programa +Gente, ellos sabrán que los profesionales trabajamos en lo que sabemos y somos capaces de hacer en todas partes, quién ignora esto, debe pagar nuestras facturas esperando que lleguen los programas que ellos crean conveniente a cada uno de los profesionales de la información que buscamos trabajo con honor y decencia. Mientras en ese programa que va a presentar la Igartiburu cada tarde aparecerá en pantalla comentando temas culturales una dama de
“rompe y rasga” en estos aspectos como es Carmen Lomana, espero que nos hable de las librerías del barrio de Salamanca y no de las tiendas de lujo a las que es tan aficionada, ella puede pasearse por ellas sin que su tarjeta bancaria se resienta, qué suerte tiene. Y conste que no he ido a pedir trabajo en el programa de Igartiburu, es para evitar malos entendidos. Acabo.
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