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Hortensia Morán sigue censurada en la TV paraguaya

A pesar de que el cura papá Fernando Lugo no pudo eludir el bochorno global, se sigue manteniendo la absurda censura sobre Hortensia Morán
Luis Agüero Wagner
jueves, 14 de junio de 2012, 07:04 h (CET)
Se dice que no quieren que se vea lo que muestra quien muestra lo que ve, y tal parece es lo que sucede con los escandalosos casos de paternidad irresponsable que apuntan su índice acusador al cura presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

De la misma manera que sucedió cuando Hortensia Morán fue invitada a participar de una competencia de baile en la TV paraguaya, nuevamente el fantasma de la censura sobrevoló los estudios televisivos en un pais cuyos principales exponentes periodísticos se jactan de garantizar la libre expresión. Hortensia Morán, madre de un hijo no reconocido por el cura papá Fernando Lugo,  y su abogado, argumentaron ante las cámaras que las tres pruebas de ADN que dieron un falso negativo no son válidas, porque fueron realizadas cuando el mandatario paraguayo fue sometido a la quimioterapia.

Abogó a favor de esa tesis  una bioquímica invitada especialmente al programa “Mina en Domingo”,  conducido por la famosa periodista Mina Feliciángeli, quien se ofreció a realizar las pruebas ante las cámaras de TV.  Sin embargo, la Dra. María Teresa Filártiga, del Laboratorio Curie (uno de los tres donde Lugo se sometió al ADN) explicó que dicha prueba en pacientes de quimioterapia era totalmente válida y confiable.

Paralelamente, una evidente presión que solo pudo provenir del gobierno y el oficialismo luguista, hizo desistir a la bioquímica invitada por el programa de Feliciángeli a realizar la nueva prueba, entre los hijos de Hortensia y Benigna Leguizamón, cuyo resultado podría dejar acorralado a Lugo..

De acuerdo con el abogado Tommy Baraldi, “Con declaraciones como las vertidas, lo único que esta logrando la Doctora María Teresa Filártiga, es perder clientes pues ya no tengo confianza en un laboratorio donde su titular esta faltando a la verdad, es lamentable que la citada profesional tome partido en un caso donde solo le toco actuar como técnico en la elaboración de un trabajo....”

Agrega “Y como punto muy importante le pregunto a la citada Doctora, si realizo a las partes las preguntas de rigor, pues haberlo hecho sabría que hay elementos que impiden la obtención de un resultado confiable y por otro lado si no planteo el interrogatorio, la omisión solo es atribuible a una ignorancia supina de su parte..” Según el abogado, “Lo triste de la citada profesional es su postura parcial a favor del demandado, cuando que ella no era parte en el juicio de filiación $$$$ pues su participación se limito a la realización de un trabajo técnico, para el cual no esta preparada pues debió tener conocimiento con respecto a las limitaciones del estudio de ADN, y los posibles casos de falsos negativos que se pueden dar en su laboratorio y en cualquier otro, sea en nuestro país o en el extranjero...” En tanto la censura sobre Hortensia Morán se mantenga en la TV paraguaya, para vergüenza de sus referentes, la verdad seguirá en la semipenumbra por la famosa orden superior que se creía superada.

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Me van a perdonar tres veces: por empezar hablando de fútbol, por el título en inglés, y por dividir este escrito en dos partes; esto último para que nadie se atragante demasiado pronto y deje de leer pensando que va sólo de fútbol, aunque ya se sabe lo que pasa con la prensa deportiva, se lee -en mi modesta opinión- más de lo debido, y el fútbol acapara titulares a la más mínima.

En un mundo cada vez más interconectado, pero paradójicamente más dividido, el respeto parece haberse convertido en una palabra vacía, en un eco lejano de lo que alguna vez fue la base de la convivencia humana. Hoy, las diferencias políticas, culturales, religiosas o ideológicas, ya no se interpretan como riqueza, sino como amenaza. Se descalifica con rapidez, se insulta sin filtros, y se señala al otro con la dureza del prejuicio.

Discernimiento es “la acción y el efecto de discernir”. Es decir aplicar la clarividencia, el juicio o la sensatez ante una disyuntiva. En romance paladino: hacer uso del sentido común. Justo lo contrario de lo que pretende la mayoría de los seres humanos. Que piensen y decidan por ellos. Sin mojarse lo más mínimo.

 
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