Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Antes muerto que en silencio

Angelita, ¿dónde está Berlín?

Qué le pregunten si sabe dónde están los billetes de Bankia...
Tomás Salinas
martes, 29 de mayo de 2012, 07:19 h (CET)
Angelita, que te lías. Tanto andar con pájaros y creerte águila que al final te ha volado el conocimiento. A ver. La morriña podría haberte guiado, la nostalgia de aquellas clases de ruso en la escuela mientras te educabas feliz y dichosa en la muy libre RDA podría haber forjado tu error. Incluso sería aceptable que una sobredosis de Chucrut con salchichas de a metro, jarra de cerveza y un copazo de Schnapps te hubieran distorsionado la percepción de la realidad hasta el punto de hacer un ridículo del tamaño de un elefante real. Pero, como nuestra relación no funciona, ya no me tratas como antes y te estás pasando tres pueblos conmigo, casi que mejor te digo que lo de hoy es un pecado de soberbia y no una equivocación. En resumen, prima, que vas sobradísima.

Y es que, Angelita, cuando has sacado tu fusil y, dispuesta a demostrar tu superioridad aria ante unos inmigrantes del carajen, has decidido pegarte el moco y ofrecer una clase magistral de Ciudadanía alemana, te has coronado, hija. “¿Dónde está Hamburgo?”, te ha preguntado la profesora. A ti con ésas, ¿verdad? A ti, que has descubierto solita que la voz del ascensor no es de un ilegal escondido en el techo, a ti que has comprobado que la luz de la nevera se apaga al cerrarse, a ti que te has destrozado los pulgares hasta averiguar que el mando de la tele no funciona si no le pones pilas. A ti, sagaz y astuta valquiria, la piojosa ésa te ha querido poner a prueba.

 ¡Ja!...Has pensado bien y deducido mejor que, localizando Berlín, Hamburgo te queda a un paso. Está chupado.” Tomad ya, pringados, que no tenéis ni pajolera idea, volveos a Vietnam, a Perú o a Chinchilla”. Tu dedo morcillón ha despegado y exhibido su plumaje multicolor para aterrizar espléndido en las afueras de… Moscú. Ni más ni menos.  Un susurro de la profesora: “Angelita, un poco más abajo, que le sacas un ojo a Putin”.

“¿Cómo? ¿Más abajo? ¿Y entonces qué es esto?” has preguntado, terca mula, sin levantar el dátil.” Es Rusia, Mein Führer “ te ha aclarado la maestra. “¡Por Odín! ¿Tan cerca?”, has seguido en tus trece…Épica la escena, digna de una ópera, o dos. La tensión, una mala tarde la tiene cualquiera, nunca se te dio bien la geografía o lo hacías para ver si estábamos atentos. Lo que tú quieras. Aunque todo el mundo tiene derecho a equivocarse, tú te has cargado un paquidermo con un trabuco. Una cagada de órdago a grande.

Ahora te podrías preguntar, si leyeras esto, que va a ser que no,  por qué me ensaño contigo. Simple. Porque tú lo haces conmigo. Además, fíjate lo que te digo, si no puedes localizar Berlín, complicado veo que sepas dónde está ese país europeo-africano con el que estáis experimentando tú y tus colegas. ¿Te suena?... Sí, mujer, sí... España... Un cacho de tierra a tiro de piedra de Mallorca, no tiene pérdida.

Noticias relacionadas

De las distintas burocracias públicas, ya sean de mayor o menor nivel en la escala de mando sobre la ciudadanía, alguien podría decir que se encuentran en la línea del progreso de moda. Baste añadir que cumplen con este propósito, porque disponen de una página web para atender mejor a la gente.

¿Hemos perdido o estamos en trance de perder competencias memorísticas? Mala noticia en ese caso, pues la memoria actúa como argamasa de nuestro yo y como fundamento de los procesos cognitivos. Ya hace casi seis décadas que Frances Amelia Yates, historiadora británica, publicó un libro titulado “El arte de la memoria”, en el que desgranaba las distintas técnicas de memorización o recuerdo utilizadas a lo largo del tiempo.

Surge el comentario de hoy desde las actitudes adoptadas en relación con las actividades diarias, con especial referencia a la velocidad y precipitación de las acciones; causantes de tantos agobios como imprecisiones y olvidos, sin tiempo para el mínimo remanso reflexivo. Todo ello se refleja en el lenguaje, suele ser muy expresivo en esos trances, con el uso de muletillas reiterativas, por la amputación progresiva de frases y palabras, en un balbuceo constante.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto