La primavera de Madrid, acompañada de un soporífero calor africano, ha impulsado el florecer del tenis alegre y preciso de Verdasco. El héroe de la Copa Davis en Argentina parece otro tenista. Tanto es así que acabó con Nadal, gobernador de cualquier torneo sobre tierra batida. Lo hizo en octavos, después de tres intensos sets (6-3, 3-6 y 7-5), en más de tres horas de duración, siendo ésta, además, la primera vez en catorce enfrentamientos que Verdasco vence a Nadal. Su pase a semifinales dependerá de su enfrentamiento ante el checo Berdych (ganó 6-1 y 6-1 a Monfils).
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Ni sobre arcilla, ni sobre cemento, ni siquiera sobre césped. Nunca antes Verdasco había sonreído profusamente al concluir un enfrentamiento ante Nadal. O más que eso. Verdasco acabó entre lágrimas, consecuencia de la emoción del momento y del tremendo esfuerzo realizado. Más todavía. Se arrodilló y besó el suelo de su ciudad, de Madrid, de esa pista azul, tan odiada entre sus compañeros y tan amada por su persona. Verdasco, como él mismo reconoció, hizo el partido de su vida. Durante más de tres horas (y se va a jugar su partido de dobles), exhibió sus mejores golpes, su compromiso, sus ganas de vencer y su capacidad para llevar a Nadal hasta el extremo. Ambos tenistas ofrecieron uno de los duelos de esta edición. Ambos dejaron el listón muy alto.
Después de dos mangas de poder a poder -una primera con evidente color de Verdasco y una segunda dominada por Nadal- y de padecer un abrasante calor, qué mejor que decidir el encuentro con un tercer set, a vida o muerte. Al comienzo, más de uno, pensó que esa estadística de enfrentamientos entre ambos empezó a pasar factura en Verdasco. Éste, al contrario de lo que mandan los cánones, mostró sentimientos que no deben mostrarse ante el enemigo. Dejó ver sin pudor alguno que sangraba: pateó su querida tierra azul antes de pegar un puñetazo al marcador tras varios errores de infancia. Era la cara negativa de Verdasco, esa donde se muestra inseguro y generoso en errores. Nadal no desaprovechó esta ocasión de oro, enfilando el marcador hacía su beneficio. Los puntos caían en su balanza y todo parecía resulto.
Remontada de Verdasco Quedaba únicamente cerrar el mismo. Echar el cerrojo. Curiosamente, Nadal, acostumbrado a ganar encuentros cada día, no encontró esa fórmula idónea para apuntarse el pase a cuartos. No sólo erró Nadal. Verdasco, también acertó. El madrileño se olvidó de sus batallas internas, centró su cerebro en dibujar los mejores golpes y firmó una remontada increíble: pasó de restar para alagar el encuentro (2-5) a verse por delante (6-5), consiguiendo, además, romper tres veces consecutivamente el servicio de Nadal. Verdasco, a diferencia de su compatriota, sí cerró el encuentro. No cometió errores en ese tramo final y Nadal estuvo altamente inseguro. No fue algo puntual. Verdasco sólo cometió 14 errores no forzados, mientras que Nadal se elevó hasta los 44 fallos para las estadísticas.
Ultimatum de Nadal a Mutua Madrid Open Minutos después, Nadal compareció en rueda de prensa, donde mostró patente su divorcio con el torneo de Madrid. “No pienso asumir riesgos el año que viene. Si no cambian la pista, borraré el torneo de mi calendario”. Unas declaraciones que explicó asegurando que “no fui suficientemente bueno adaptándome, otros lo serán y ganarán. Yo no he sido capaz. Desestabiliza el juego, es muy diferente a lo que venimos haciendo. No he podido sentir la pelota ni moverme”. Falta por ver que piensa hoy Djokovic.
Este duelo entre Nadal y Verdasco no fue el único de la séptima jornada del Mutua Madrid Open. En esta tercera ronda, en la segunda pista, la Arantxa Sánchez Vicario, David Ferrer y Nicolás Almagro disputarán un duelo fratricida, semejante en intensidad al protagonizado por Nadal y Verdasco. Ganó Ferrer, en el tie-break del tercer set y tras sobrevivir a tres bolas de partido de Almagro. El murciano se marcha de Madrid después de mostrar su excelente estado de forma, especialmente con el reves; pero esto no fue suficiente cuando enfrente esta un guerrero como Ferrer. El alicantino nunca se rinde y se medirá con Federer por un puesto en semifinales. Ferrer, nuevamente, volvió a ganar a Almagro (6-7, 6-3 y 6-7) en casi tres horas de otro excelente partido. Ya van diez ocasiones en diez encuentros.
Federer y Djokovic, clasificados Otros candidatos al trofeo, como Federer (que escapó con calidad y experiencia de la emboscada del saque de Raonic) solventó con maestria y mucha tranquilidad su cruce con el francés Richard Gasquet (6-3 y 6-2). Acto seguido, en el cierre de la jornada en la pista central, la Manolo Santana, el serbio Djokovic se encontró con el suizo Stanislas Wawrinka. Le derrotó con relativa comodidad: 7-5 y 6-4. Otro que despunta en Madrid es Del Potro. El argentino está exhibiendo una magnífica forma física y un mejor tenis. Esta vez ganó a Cilic (6-2 y 6-4). En féminas, Sharapova ni siquiera tuvo que vestirse para pasar de ronda. Safarova no se presentó a jugar por enfermedad. Y Serena Williams ganó a Caroline Wozniacki (1-6, 6-3 y 6-2), en una hora y cuarenta y dos minutos de juego, y obtuvo su mejor resultado en el Masters 1000 de Madrid al alcanzar por primera vez los cuartos de final en la capital de España.
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