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Su objetivo es crear un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos animales

La empresa valenciana Sistemas Genómicos integra el consorcio europeo Venomics

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salud, sanidad, investigacion
De izqda. a dcha. Dra. Mayte Gil (responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos), José Monzonis (Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio de Generalitat Valenciana) y Dr. Pierre Escoubas(Coordinador principal del proyecto)









No sólo se trata de generar nuevos fármacos a partir de venenos de animales, sino que también se pretende hacer de forma más eficiente, rápida y barata que hasta el momento.

El proyecto europeo VENOMICS, fruto de la colaboración de varias instituciones y empresas punteras del viejo continente, propone una innovadora estrategia de trabajo que representa un nuevo modelo para el descubrimiento de nuevos fármacos a partir de veneno de animales.

Esta opción se diferencia completamente del proceso clásico de bioanálisisdirigido que utilizan las compañías farmacéuticas y que representa largos, costosos y complejos procesos; en concreto, se apuesta por evaluar los venenos por medio de tecnologías de análisis de alto rendimiento.

Existe una creciente urgencia y demanda de nuevas dianas terapéuticas, capaces de diversificar la forma en la que se actúa sobre las enfermedades y de facilitar el desarrollo de innovadores fármacos que superen las limitaciones de muchos de los utilizados actualmente. Ante este panorama, se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias. Éste es básicamente el objetivo principal del proyecto VENOMICS, que se fija como fin último la creación de un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos que puedan erigirse en fuente de desarrollo de nuevos medicamentos.

Los principales representantes de las 8 entidades implicadas directamente en esta iniciativa se dan cita estos días en Valencia, en la sede de la compañía española líder en servicios de análisis genético (Sistemas Genómicos), con la presencia del Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio de Generalitat Valenciana, José Monzonis, y del coordinador principal del proyecto, el Dr. Pierre Escoubas, quien recuerda que “el objetivo es generar en el laboratorio venenos sintéticos con capacidad terapéutica”.

Objetivos ambiciosos

A pesar de los avances médicos registrados en las últimas décadas, siguen existiendo múltiples necesidades médicas no satisfechas adecuadamente. La falta de eficacia y el exceso de efectos secundarios son dos de los principales argumentos que motivan y animan al constante esfuerzo investigador de la industria farmacéutica. Sin embargo, paralelamente, estas empresas acusan cada vez más las consecuencias negativas de un modelo de identificación y desarrollo de nuevos fármacos que es poco coste-efectivo (habitualmente se tienen que invertir millones de euros, decenas de años y analizar miles de moléculas candidatas para obtener un único fármaco capaz de ser comercializado con éxito).

Ante este panorama, asegura la Dra. Mayte Gil, responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos, “se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias”.

Tradicionalmente, la naturaleza ha sido el referente para abordar el reto de sintetizar nuevos medicamentos, siendo las plantas y los microorganismos una fuente habitual de terapias.

En este contexto, los venenos animales son uno de los recursos más prometedores, y ya son muchos los fármacos comercializados que proceden de esta fuente (como el antihipertensivo captopril, o los fármacos utilizados para el tratamiento del infarto de miocardio tirofiban y eptifibatida, derivados de venenos de serpientes). Actualmente, “se estima que hay más de 170.000 animales venenosos y alrededor de 40 millones de proteínas venenosas, algunas de las cuáles podrían ser cruciales para el desarrollo de nuevos fármacos”, asegura la Dra. Mayte Gil.

Sin embargo, la obtención de innovadores fármacos a partir de venenos animales “aún puede optimizarse mucho más”, afirma el Dr. Pierre Escoubas, que es el fundador y director general de VenomeTech. Y es que, hasta el momento, sus beneficios no han sido explotados adecuadamente por el uso de aproximaciones a pequeña escala, como la purificación de moléculas activas guiada por bioanálisis (bioassay). “La complejidad de los venenos animales (con más de 1.000 componentes) precisa de un abordaje diferente, más ambicioso, aplicando las nuevas tecnologías ómicas de alto rendimiento”, sentencia este experto.

Un proyecto único a nivel mundial

VENOMICS es un proyecto europeo iniciado en noviembre de 2011, que cuenta conun presupuesto de 9.1 millones de € de los cuales 6 millones de € son financiados por la Unión Europea a través del séptimo programa marco (FP7 HEALTH), 2011-2015. “Supone la iniciativa más grande hasta el momento en este campo en todo el mundo, explorando la capacidad de los venenos para generar fármacos a una escala que nunca antes se había producido (más de 200 venenos)”, destaca la Dra. Mayte Gil. Innovadoras tecnologías, como la secuenciación masiva del ADN, permiten ahora un análisis de este tipo.

“VENOMICS es un proyecto a gran escala dirigido a explotar el potencial de los venenos animales como fuente de nuevos fármacos”, recalca el Dr. Pierre Escoubas. Los venenos son muy complejos y contienen muchas moléculas bioactivas, la mayoría de ellas miniproteínas llamadas péptidos; estos péptidos tienen unas interesantes propiedades farmacológicas, relacionadas con su papel en el veneno (defensa y captura de la presa), y también pueden emplearse como modelos de fármacos dado que sus dianas celulares están asociadas a patologías tales como el dolor, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.

Como detalla el coordinador principal de VENOMICS, “los péptidos venenosos son como llaves que encajan en cerraduras celulares, al igual que sucede con los fármacos clásicos”. Por todo ello, afirma, “los venenos son un recurso enorme e inexplorado para el descubrimiento de fármacos: se han identificado menos de 3.500 toxinas de las aproximadamente 40 millones que se estima que hay”. Este es el reto del proyecto: explorar venenos, identificar y producir algunas de las toxinas, y desarrollar nuevos fármacos candidatos.

Este proyecto plantea esperanzadoras perspectivas sociales, especialmente porque se espera satisfacer la exigencia de nuevos y mejores fármacos por parte de la población. Además, se alude a un “efecto de bola de nieve”, que lleve a potenciar la investigación este campo (superando incluso la extensión del periodo fijado del proyecto, hasta el 2015); igualmente, se subrayan “las enormes posibilidades para nuevos trabajos que se abren con esta línea de investigación y las oportunidades de formación para los estudiantes en este ámbito”, apunta el Dr. Escoubas.

Ya desde un punto de vista económico, el responsable del proyecto no duda que “pronto los socios del consorcio podrán ver retornada su inversión, gracias a la licencia de nuevos fármacos que irán apareciendo”.

Lo mejor de lo mejor

Según reconoce la Dra. Dra. Rebeca Miñambres, coordinadora de Proyectos de Sistemas Genómicos, “el éxito de este proyecto es seguro, ya que hemos sido capaces de integrar un equipo de empresas y centros de investigación de una gran excelencia científica y con una perspectiva industrial clara”.

El consorcio VENOMICS está compuesto por 8 socios representantes de cinco países (Francia, España, Portugal, Bélgica y Dinamarca) y es una mezcla de laboratorios y de pequeñas-medianas empresas líderes en sus ámbitos de actuación. La compañía VenomeTech es la que lidera el proyecto; como explica su director, el Dr. Pierre Escoubas, “se ha seleccionado a los mejores expertos europeos en el campo de la transcriptómica, proteómica, producción de péptidos y el descubrimiento de fármacos”; además, añade, “cada socio está aportando al consorcio tecnologías de vanguardia (como la secuenciación masiva del ADN) y los equipamientos requeridos para asegurar el éxito de nuestra misión”.

La compañía española, con sede en Valencia, Sistemas Genómicos (SG) lidera en este proyecto los estudios de transcriptómica (para determinar los códigos genéticos de las toxinas peptídicas del veneno) y de bioinformática (se encarga de integrar, manejar y centralizar los resultados de todos los proyectos), siendo un referente europeo en investigación genética, secuenciación de ADN/ARN y bioinformática.

SG, un referente europeo

Como resalta la Dra. Rebeca Miñambres, coordinadora de proyectos de SG, “nuestra empresa es socio del proyecto y lidera dos de los paquetes de trabajo troncales (transcriptómica y bioinformática)”. Entre los motivos que han facilitado la participación de esta empresa española en este ambicioso proyecto, la responsable de Proyectos de Sistemas Genómicos, asegura que “hemos sido seleccionados por nuestra extensa y exitosa experiencia en el área de la transcriptómica y análisis bioinformático de los datos ómicos”.

El propio coordinador general del proyecto alaba la participación de esta empresa española, “que es un socio esencial del consorcio”. El proyecto plantea más de 200 análisis transcriptómicos (secuenciación de ADN para determinar las secuencias de péptidos encontrados en los venenos); sin duda, señala Pierre Escoubas, “ésta es una parte esencial del proyecto y Sistemas Genómicos tiene la tecnología y los conocimientos adecuados para llevarla a cabo con éxito, siendo determinante esta tarea para construir la base de datos de 50.000 secuencias que servirán para la producción de los 10.000 péptidos”.

La empresa valenciana Sistemas Genómicos integra el consorcio europeo Venomics

Su objetivo es crear un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos animales
Francisco Acedo
miércoles, 25 de abril de 2012, 07:59 h (CET)
salud, sanidad, investigacion
De izqda. a dcha. Dra. Mayte Gil (responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos), José Monzonis (Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio de Generalitat Valenciana) y Dr. Pierre Escoubas(Coordinador principal del proyecto)









No sólo se trata de generar nuevos fármacos a partir de venenos de animales, sino que también se pretende hacer de forma más eficiente, rápida y barata que hasta el momento.

El proyecto europeo VENOMICS, fruto de la colaboración de varias instituciones y empresas punteras del viejo continente, propone una innovadora estrategia de trabajo que representa un nuevo modelo para el descubrimiento de nuevos fármacos a partir de veneno de animales.

Esta opción se diferencia completamente del proceso clásico de bioanálisisdirigido que utilizan las compañías farmacéuticas y que representa largos, costosos y complejos procesos; en concreto, se apuesta por evaluar los venenos por medio de tecnologías de análisis de alto rendimiento.

Existe una creciente urgencia y demanda de nuevas dianas terapéuticas, capaces de diversificar la forma en la que se actúa sobre las enfermedades y de facilitar el desarrollo de innovadores fármacos que superen las limitaciones de muchos de los utilizados actualmente. Ante este panorama, se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias. Éste es básicamente el objetivo principal del proyecto VENOMICS, que se fija como fin último la creación de un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos que puedan erigirse en fuente de desarrollo de nuevos medicamentos.

Los principales representantes de las 8 entidades implicadas directamente en esta iniciativa se dan cita estos días en Valencia, en la sede de la compañía española líder en servicios de análisis genético (Sistemas Genómicos), con la presencia del Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio de Generalitat Valenciana, José Monzonis, y del coordinador principal del proyecto, el Dr. Pierre Escoubas, quien recuerda que “el objetivo es generar en el laboratorio venenos sintéticos con capacidad terapéutica”.

Objetivos ambiciosos

A pesar de los avances médicos registrados en las últimas décadas, siguen existiendo múltiples necesidades médicas no satisfechas adecuadamente. La falta de eficacia y el exceso de efectos secundarios son dos de los principales argumentos que motivan y animan al constante esfuerzo investigador de la industria farmacéutica. Sin embargo, paralelamente, estas empresas acusan cada vez más las consecuencias negativas de un modelo de identificación y desarrollo de nuevos fármacos que es poco coste-efectivo (habitualmente se tienen que invertir millones de euros, decenas de años y analizar miles de moléculas candidatas para obtener un único fármaco capaz de ser comercializado con éxito).

Ante este panorama, asegura la Dra. Mayte Gil, responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos, “se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias”.

Tradicionalmente, la naturaleza ha sido el referente para abordar el reto de sintetizar nuevos medicamentos, siendo las plantas y los microorganismos una fuente habitual de terapias.

En este contexto, los venenos animales son uno de los recursos más prometedores, y ya son muchos los fármacos comercializados que proceden de esta fuente (como el antihipertensivo captopril, o los fármacos utilizados para el tratamiento del infarto de miocardio tirofiban y eptifibatida, derivados de venenos de serpientes). Actualmente, “se estima que hay más de 170.000 animales venenosos y alrededor de 40 millones de proteínas venenosas, algunas de las cuáles podrían ser cruciales para el desarrollo de nuevos fármacos”, asegura la Dra. Mayte Gil.

Sin embargo, la obtención de innovadores fármacos a partir de venenos animales “aún puede optimizarse mucho más”, afirma el Dr. Pierre Escoubas, que es el fundador y director general de VenomeTech. Y es que, hasta el momento, sus beneficios no han sido explotados adecuadamente por el uso de aproximaciones a pequeña escala, como la purificación de moléculas activas guiada por bioanálisis (bioassay). “La complejidad de los venenos animales (con más de 1.000 componentes) precisa de un abordaje diferente, más ambicioso, aplicando las nuevas tecnologías ómicas de alto rendimiento”, sentencia este experto.

Un proyecto único a nivel mundial

VENOMICS es un proyecto europeo iniciado en noviembre de 2011, que cuenta conun presupuesto de 9.1 millones de € de los cuales 6 millones de € son financiados por la Unión Europea a través del séptimo programa marco (FP7 HEALTH), 2011-2015. “Supone la iniciativa más grande hasta el momento en este campo en todo el mundo, explorando la capacidad de los venenos para generar fármacos a una escala que nunca antes se había producido (más de 200 venenos)”, destaca la Dra. Mayte Gil. Innovadoras tecnologías, como la secuenciación masiva del ADN, permiten ahora un análisis de este tipo.

“VENOMICS es un proyecto a gran escala dirigido a explotar el potencial de los venenos animales como fuente de nuevos fármacos”, recalca el Dr. Pierre Escoubas. Los venenos son muy complejos y contienen muchas moléculas bioactivas, la mayoría de ellas miniproteínas llamadas péptidos; estos péptidos tienen unas interesantes propiedades farmacológicas, relacionadas con su papel en el veneno (defensa y captura de la presa), y también pueden emplearse como modelos de fármacos dado que sus dianas celulares están asociadas a patologías tales como el dolor, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.

Como detalla el coordinador principal de VENOMICS, “los péptidos venenosos son como llaves que encajan en cerraduras celulares, al igual que sucede con los fármacos clásicos”. Por todo ello, afirma, “los venenos son un recurso enorme e inexplorado para el descubrimiento de fármacos: se han identificado menos de 3.500 toxinas de las aproximadamente 40 millones que se estima que hay”. Este es el reto del proyecto: explorar venenos, identificar y producir algunas de las toxinas, y desarrollar nuevos fármacos candidatos.

Este proyecto plantea esperanzadoras perspectivas sociales, especialmente porque se espera satisfacer la exigencia de nuevos y mejores fármacos por parte de la población. Además, se alude a un “efecto de bola de nieve”, que lleve a potenciar la investigación este campo (superando incluso la extensión del periodo fijado del proyecto, hasta el 2015); igualmente, se subrayan “las enormes posibilidades para nuevos trabajos que se abren con esta línea de investigación y las oportunidades de formación para los estudiantes en este ámbito”, apunta el Dr. Escoubas.

Ya desde un punto de vista económico, el responsable del proyecto no duda que “pronto los socios del consorcio podrán ver retornada su inversión, gracias a la licencia de nuevos fármacos que irán apareciendo”.

Lo mejor de lo mejor

Según reconoce la Dra. Dra. Rebeca Miñambres, coordinadora de Proyectos de Sistemas Genómicos, “el éxito de este proyecto es seguro, ya que hemos sido capaces de integrar un equipo de empresas y centros de investigación de una gran excelencia científica y con una perspectiva industrial clara”.

El consorcio VENOMICS está compuesto por 8 socios representantes de cinco países (Francia, España, Portugal, Bélgica y Dinamarca) y es una mezcla de laboratorios y de pequeñas-medianas empresas líderes en sus ámbitos de actuación. La compañía VenomeTech es la que lidera el proyecto; como explica su director, el Dr. Pierre Escoubas, “se ha seleccionado a los mejores expertos europeos en el campo de la transcriptómica, proteómica, producción de péptidos y el descubrimiento de fármacos”; además, añade, “cada socio está aportando al consorcio tecnologías de vanguardia (como la secuenciación masiva del ADN) y los equipamientos requeridos para asegurar el éxito de nuestra misión”.

La compañía española, con sede en Valencia, Sistemas Genómicos (SG) lidera en este proyecto los estudios de transcriptómica (para determinar los códigos genéticos de las toxinas peptídicas del veneno) y de bioinformática (se encarga de integrar, manejar y centralizar los resultados de todos los proyectos), siendo un referente europeo en investigación genética, secuenciación de ADN/ARN y bioinformática.

SG, un referente europeo

Como resalta la Dra. Rebeca Miñambres, coordinadora de proyectos de SG, “nuestra empresa es socio del proyecto y lidera dos de los paquetes de trabajo troncales (transcriptómica y bioinformática)”. Entre los motivos que han facilitado la participación de esta empresa española en este ambicioso proyecto, la responsable de Proyectos de Sistemas Genómicos, asegura que “hemos sido seleccionados por nuestra extensa y exitosa experiencia en el área de la transcriptómica y análisis bioinformático de los datos ómicos”.

El propio coordinador general del proyecto alaba la participación de esta empresa española, “que es un socio esencial del consorcio”. El proyecto plantea más de 200 análisis transcriptómicos (secuenciación de ADN para determinar las secuencias de péptidos encontrados en los venenos); sin duda, señala Pierre Escoubas, “ésta es una parte esencial del proyecto y Sistemas Genómicos tiene la tecnología y los conocimientos adecuados para llevarla a cabo con éxito, siendo determinante esta tarea para construir la base de datos de 50.000 secuencias que servirán para la producción de los 10.000 péptidos”.

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