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El Real Madrid pone emoción a la Liga cediendo un empate en casa ante un Valencia que no se olvida de querer ser tercero

Domingo de resurreción

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Dice la Biblia: “Y al tercer día resucitó de entre los muertos…”, y así fue... La Liga, pese al empeño de algunos, sigue sin tener dueño debido a un nuevo tropezón del Real Madrid. No han sido tres días pero sí muchas jornadas para que dos equipos tengan opciones claras de triunfo final. Entre otras cosas porque el Barça no falló en La Romareda. Los catalanes continúan al margen de las opiniones de su técnico y disputarán, como en los últimos cuatro años, el torneo doméstico a los blancos. Para que luego digan que el deporte no es una extensión de la vida. Media España se encontraba en su ‘semana de pasión’ y los de José Mourinho no quisieron ser menos. Se convirtieron por unos minutos en verdaderos penitentes y pusieron una pizca más de emoción a un campeonato que parecía contar con un vencedor claro hace tan sólo tres semanas.

Emery fue el Poncio Pilato de turno. Como buen romano, llegó, vio y venció, aunque en su justa medida. El preparador vasco planteó un partido a ‘cara de perro’ y obtuvo recompensa. El Valencia, que se sospechaba que ya sólo pensaba en Europa, volvió a mirar de frente a la Liga para sacar un punto de Chamartín y hacer que los merengues vuelvan a ‘temblar’ por unas horas. De un triunfo final apacible a la conclusión de la temporada se ha pasado a la presión incondicional de un conjunto blaugrana que, de nuevo, ha demostrado que tiene hambre de récords. Porque los de Guardiola, pese a anunciar ‘a bombo y platillo’ que no ganarían la Liga, se han encontrado con la posibilidad de arrebatársela a los Cristiano y compañía.

La Semana Santa pasó por nuestro país con alguna que otra lágrima de tristeza por la no celebración de algunas procesiones y con la meteorología como principal enemiga de los miles de cofrades. Sin embargo, en la capital de España, y más concretamente en el Paseo de la Castellana, las miradas se dirigieron a un hombre, Clos Gómez. El colegiado aragonés volvió a ser el centro de las críticas de la plantilla blanca. Aitor Karanka se disfrazó por enésimo día de ‘Mou’ y, de manera bastante sibilina, volvió a lanzar el mensaje de que “ellos seguirán peleando por la liga mientras les dejen”. Si se refiere a los rivales, tiene razón. Pero si, como el portugués hace un año, señala directamente al colectivo arbitral, deberá reflexionar. Porque la acción más fea del choque del Bernabéu la protagonizaron dos hombres del mismo equipo. Se preguntarán quién… O no. Porque seguro que ya han visto el ‘peculiar’ rifirafe entre dos de los defensas blancos, uno de ellos, además, con ‘algún que otro’ antecedente.

El caso es que, otra vez, hay Liga. Y lo dicen los ‘expertos en la materia’ de la Ciudad Condal y de Madrid que, por una vez, se ponen de acuerdo en algo. Un domingo cualquiera en primera división que, efectivamente, se transformó en ‘domingo de resurrección’, sobre todo, para el Barcelona. El sábado, los azulgrana sufrieron, y mucho, pero el que llaman ‘mejor equipo de la historia’ supo pasarlo mal durante media hora para que Messi volviera a ser protagonista y dar la victoria a su equipo. En Semana Santa, los católicos rezan a su ‘Salvador’, pero en Can Barça, no lo necesitan, porque ya tienen al suyo.

‘La Pulga’ volvió a brillar cuando sus compañeros más lo necesitaban y los de Guardiola ganaron y además, goleando a un Zaragoza, que por lo visto sobre el césped de su estadio, no va a tirar la toalla fácilmente. Pese al resultado, los maños pusieron de manifiesto, que de los de abajo, son el equipo con más moral para mantener la categoría. Y es que los recurrentes ‘espectáculos’ de Javier Clemente en la sala de prensa del Molinón siguen sin surtir el efecto deseado. El Sporting cayó y se asoma al abismo. En Gijón sí que ya se piensa en un ‘dura penitencia’ de cara a la temporada que viene. Para ellos, no hubo DOMINGO DE RESURRECCIÓN.

Domingo de resurreción

El Real Madrid pone emoción a la Liga cediendo un empate en casa ante un Valencia que no se olvida de querer ser tercero
Javier Mardones Sanz
martes, 10 de abril de 2012, 10:32 h (CET)
Dice la Biblia: “Y al tercer día resucitó de entre los muertos…”, y así fue... La Liga, pese al empeño de algunos, sigue sin tener dueño debido a un nuevo tropezón del Real Madrid. No han sido tres días pero sí muchas jornadas para que dos equipos tengan opciones claras de triunfo final. Entre otras cosas porque el Barça no falló en La Romareda. Los catalanes continúan al margen de las opiniones de su técnico y disputarán, como en los últimos cuatro años, el torneo doméstico a los blancos. Para que luego digan que el deporte no es una extensión de la vida. Media España se encontraba en su ‘semana de pasión’ y los de José Mourinho no quisieron ser menos. Se convirtieron por unos minutos en verdaderos penitentes y pusieron una pizca más de emoción a un campeonato que parecía contar con un vencedor claro hace tan sólo tres semanas.

Emery fue el Poncio Pilato de turno. Como buen romano, llegó, vio y venció, aunque en su justa medida. El preparador vasco planteó un partido a ‘cara de perro’ y obtuvo recompensa. El Valencia, que se sospechaba que ya sólo pensaba en Europa, volvió a mirar de frente a la Liga para sacar un punto de Chamartín y hacer que los merengues vuelvan a ‘temblar’ por unas horas. De un triunfo final apacible a la conclusión de la temporada se ha pasado a la presión incondicional de un conjunto blaugrana que, de nuevo, ha demostrado que tiene hambre de récords. Porque los de Guardiola, pese a anunciar ‘a bombo y platillo’ que no ganarían la Liga, se han encontrado con la posibilidad de arrebatársela a los Cristiano y compañía.

La Semana Santa pasó por nuestro país con alguna que otra lágrima de tristeza por la no celebración de algunas procesiones y con la meteorología como principal enemiga de los miles de cofrades. Sin embargo, en la capital de España, y más concretamente en el Paseo de la Castellana, las miradas se dirigieron a un hombre, Clos Gómez. El colegiado aragonés volvió a ser el centro de las críticas de la plantilla blanca. Aitor Karanka se disfrazó por enésimo día de ‘Mou’ y, de manera bastante sibilina, volvió a lanzar el mensaje de que “ellos seguirán peleando por la liga mientras les dejen”. Si se refiere a los rivales, tiene razón. Pero si, como el portugués hace un año, señala directamente al colectivo arbitral, deberá reflexionar. Porque la acción más fea del choque del Bernabéu la protagonizaron dos hombres del mismo equipo. Se preguntarán quién… O no. Porque seguro que ya han visto el ‘peculiar’ rifirafe entre dos de los defensas blancos, uno de ellos, además, con ‘algún que otro’ antecedente.

El caso es que, otra vez, hay Liga. Y lo dicen los ‘expertos en la materia’ de la Ciudad Condal y de Madrid que, por una vez, se ponen de acuerdo en algo. Un domingo cualquiera en primera división que, efectivamente, se transformó en ‘domingo de resurrección’, sobre todo, para el Barcelona. El sábado, los azulgrana sufrieron, y mucho, pero el que llaman ‘mejor equipo de la historia’ supo pasarlo mal durante media hora para que Messi volviera a ser protagonista y dar la victoria a su equipo. En Semana Santa, los católicos rezan a su ‘Salvador’, pero en Can Barça, no lo necesitan, porque ya tienen al suyo.

‘La Pulga’ volvió a brillar cuando sus compañeros más lo necesitaban y los de Guardiola ganaron y además, goleando a un Zaragoza, que por lo visto sobre el césped de su estadio, no va a tirar la toalla fácilmente. Pese al resultado, los maños pusieron de manifiesto, que de los de abajo, son el equipo con más moral para mantener la categoría. Y es que los recurrentes ‘espectáculos’ de Javier Clemente en la sala de prensa del Molinón siguen sin surtir el efecto deseado. El Sporting cayó y se asoma al abismo. En Gijón sí que ya se piensa en un ‘dura penitencia’ de cara a la temporada que viene. Para ellos, no hubo DOMINGO DE RESURRECCIÓN.

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