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Los verdaderos profetas no fundaron religión alguna

Vida Universal
martes, 10 de abril de 2012, 07:11 h (CET)
A la encarnación de Cristo en un cuerpo humano le precedió un acontecimiento poderoso, tanto en el Reino de Dios como también en una parte de la Tierra que tuvo que ser preparada para tal fin. Se podría decir que los ángeles de la Ley prepararon los caminos para la venida de Cristo. Éstos se encarnaron en diferentes épocas para transmitir Su palabra Santa del cielo a los seres humanos. Así traducían la Palabra del Eterno, la palabra pura para llamar y movilizar a Sus hijos e hijas, para que encontraran el camino de regreso a casa, a la unidad en el Reino de Dios. Esto ha sido y es la llamada de los profetas de Dios y es la Palabra del Eterno a través de Sus grandes príncipes de los cielos encarnados en verdaderos profetas: Abraham, Moisés, Elías e Isaías.

Todos los intentos de salvamento para mover a los hijos e hijas renegados a ponerse de nuevo en camino hacia el Hogar eterno, fueron rechazados por los sacerdotes (siempre hombres) atados a los cultos. Las palabras de los príncipes del cielo, de los ángeles de la ley como seres humanos, se las llevó el viento. Las tradiciones y costumbres de los sacerdotes eran más valiosas para las personas que la palabra de Dios. ¿Pero quien quería que esto fuera así y quien lo sigue queriendo aún en la actualidad? Aquellos que abusaron del nombre de Dios en todos los tiempos para sacar provecho para sí mismos, que tomaron sus tradiciones paganas y las antepusieron a la Palabra del Eterno, aquellos que invirtieron el sentido de las palabras de Dios como parte de su plan, los que utilizaron la tergiversación de la palabra de Dios para sus fines. Aquellos que querían la falsificación, tergiversación y sustracción de la palabra de Dios, pues a la palabra del Eterno, que está a favor de la vida, le fue añadida desde dictados asesinos, hasta llamamientos al asesinato y al genocidio.

Las verdaderas palabras de los príncipes de la paz, que fueron profetas de Dios siendo seres humanos, enseñaban la ley de la vida a las personas. Pero ésta fue ignorada en beneficio de cultos, dogmas, preceptos, rituales, así mismo se instrumentalizó para los fines del ejercicio del poder religioso. Por lo tanto se puede afirmar que las religiones con sus tradiciones paganas no fueron fundadas por los profetas de Dios; han sido y son la obra de los sacerdotes, engañosas invenciones humanas que conscientemente deforman la visión del espíritu libre de la vida.

El Espíritu libre, la existencia eterna, irradió e irradia Su palabra también en la actualidad, hacia toda la humanidad a través de los verdaderos profetas, en todos los tiempos y sin fundar religión alguna. Si las personas de aquel entonces hubieran acogido la Palabra de Dios dada a través de los profetas Abraham, Moisés, Elías e Isaías, si hubieran cumplido Su palabra, si hubieran seguido la llamada del Eterno habrían acogido en su conciencia el formar el fundamento para el Reino de la Paz de Jesucristo y habrían acogido a Cristo con alegría y agradecimiento.

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