Que los que se llevan la palma en este menester de hacer de la intriga su carta de naturaleza, sin duda alguna, porque lo vienen demostrando durante desde hace muchos años, tantos como los que han transcurrido desde que finalizó la guerra civil, con la victoria de los “nacionales” al mando del general Franco; han sido estos empecinados de las izquierdas extremistas, vengativas, obcecadas y manipuladas, que se han venido empeñando en vender su particular versión de la historia sin que les haya importado un pito que, para conseguirlo, hayan tenido que mentir hasta la saciedad; inventar más que Édison; y hocicar en el estiércol de la calumnia y la infamia, para conseguir que los más pardillos, los más indocumentados y los más cerriles, se crean todo lo que ellos les cuentan sobre lo que, en verdad, ocurrió durante aquella contienda. Entre ellos, por supuesto están estos pretendidamente “entendidos” a los que se les encargó una nueva redacción de los hechos del año 1.936 y siguientes, en los que, por cierto, parece que algunos de ellos participaron por activa o por pasiva, por lo que quedan automáticamente deslegitimados debido a su evidente parcialidad.

Durante los casi  ocho años que ha venido gobernando el PSOE, todos los gobiernos que ha presidido el señor Rodríguez Zapatero, han estado intentando acabar con  nuestras tradiciones cristianas; con la institución familiar, uno de los fundamentos más sólidos de nuestra sociedad; con la moral y la ética heredadas de nuestros ancestros y, finalmente, con la propia imparcialidad de los órganos encargados de impartir la Justicia, algo que se ha notado especialmente en la actuación de fiscales y en el propio TC, que más que aparecer como encargado de aplicar y hacer aplicar la Constitución, se ha mostrado como un verdadero experto en buscar los resquicios que pudieran favorecer su interpretación más torticera. Pero, cuando más se está notando el especial concepto que, estos señores de la izquierda, tienen de lo que es una verdadera democracia, no la del señor Chaves de Venezuela o del señor Evo Morales de Bolivia; sino la que se rige por la voluntad del pueblo, libremente expresada a través de las urnas. Ha sido, desde que el PSOE perdió el poder en las elecciones del 20N, cuando los perdedores se han rebelado. Aquella fecha ha sido la que ha marcado un antes y un después en la gobernación del país algo que, evidentemente, ni socialistas ni comunistas ni aquellos que pugnan por independizarse de España están dispuestos a tolerar.

Por ello, sin querer admitir que ellos fueron los causantes de la penosa situación en la que han dejado a España, ahora se están dedicando a entorpecer todos los esfuerzos, esfuerzos duros y poco populares, que se están haciendo para detener, dentro de lo posible, la sangría del paro y contener nuestra deriva hacia lo que, de seguir como lo proyectaron los socialistas, nos llevaría irremediablemente hacia la quiebra nacional. Ha quedado demostrado que los socialistas eligieron, en su congreso, como Secretario de partido al señor Rubalcaba y no a la señora  Chacón, no por su experiencia en asuntos económicos, que no la tiene, ni tan siquiera por su oratoria, sino porque ha sido durante todo el tiempo que milita en política, un Rasputín que se ha sabido mover como nadie por los laberintos y pasadizos de la intriga, el espionaje, la vigilancia y las relaciones subterráneas con la propia ETA, cuando, de puertas hacia fuera se daba golpes en el pecho afirmando que había que derrotarla. Es decir, la persona más adecuada para ir minando y contrarrestando las acciones y decisiones del gobierno del señor Rajoy, con el fin de impedirle que logre sus objetivos; utilizando, para ello, la política de la propaganda más sofisticada ( para ello dominan a las principales cadenas de prensa y TV del país); la conquista de la calle, para dar la sensación de que unos pocos son, en realidad, la mayoría y, como no, poner a trabajar a los dos sindicatos, UGT y CC.OO, hoy en día hermanados, para que, ya que han descansado durante las dos legislaturas anteriores, ahora, empiecen a ganarse las subvenciones que tan generosamente recibieron, soliviantando a los obreros que tienen trabajo para protestar contra unas medidas extraordinarias destinadas a conseguir trabajo para aquellos cinco millones y medio que lo perdieron.

No les entra en la cabeza o no quieren entenderlo que, en una situación de la gravedad en la que España se encuentra, los que tienen la suerte de tener un empleo, los funcionarios que tienen su puesto asegurado y todo aquel ciudadanos que dispone de medios para sobrevivir, debe sacrificarse para que la contratación de los parados se active; para que las empresas se animen a volver a producir y los empresarios en ciernes se atrevan a embarcarse en un negocio o una industria, sabiendo que si no dan en el clavo podrán renunciar a seguir sin que una plantilla inamovible le impida cerrar o le cueste todo su patrimonio despedirla. Por ello, el que ahora la señor Manjón, que ya fue la causante de una escisión de la ATV, a causa de su afiliación a CC.OO y para favorecer las tesis del gobierno sobre un atentado al que quisieron politizar para vencer al PP, ahora pretenda decirnos que quienes han faltado al respeto a los muertos son los del PP, suena a broma ¿por qué, señora mía? Si no estamos mal informados fueron sus compañeros de CC.OO los que convocaron la huelga para el 11M, una huelga que ha sido rechazada de plano por la asociación AVT, que, por cierto, no dispone de las subvenciones que les dieron a la suya, señora Manjón, sus amigos los del PSOE.

Y es que ahora, que parece que se han descubierto datos importantes sobre lo que sucedió con aquella masacre; un tema sobre el que muchos tuvieron prisa en que se echara tierra sobre él, con la valiosa colaboración del juez Bermúdez ( felizmente destituido de su cargo en la Sala 2ª del TS); a la señor Manjón parece que no le interesa que se sepa el por qué un vagón, siniestrado en aquella explosión, se guardaba en un cobertizo oculto de la RENFE y le molesta que la Justicia, por medio de un fiscal que parece no fiarse demasiado de aquella sentencia del juez Bermúdez, haya decidido abrir nuevas investigaciones. ¡No puedo creer que, una madre que perdió a su hija en aquel acto terrorista, no esté interesada en que se averigüe la verdad! Pero puede que haya alguien al que le puedan sus rencores políticos o que sea tan obtuso que no sepa que la Justicia de los hombres se equivoca, casi tantas veces como acierta.

Los dos sindicatos están jugando con fuego y ellos lo saben. Su credibilidad entre la ciudadanía está bajo suelo y sólo presionando con amenazas a los trabajadores, con piquetes coactivos y esparciendo el miedo entre la gente van a poder conseguir movilizar a los que trabajan porque, los que ellos contribuyeron, con su pasividad, a que fueran destruidos, como no son trabajadores, no pueden hacer huelga. El problema que tienen es que, cada vez, la ciudadanía es más consciente de que las oportunidades de superar la crisis en España se van acabando y que, el despreciar la que puede que sea la última opción de que Europa nos tome en serio, puede dar al traste con todas las posibilidades de superar la crisis y, muy probablemente, acabe llevándonos a ser expulsados del euro, algo que parece que pudiera ser el puntillazo definitivo para nuestro país. Me temo, señores, que las perspectivas, si hay huelga, pueden ser mínimas.