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Este domingo se cumplen ocho años desde el mayor atentado terrorista en la historia de España

Recuerdos del agujero informativo del 11M

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Han pasado ya ocho largos años desde que tuvo lugar la masacre terrorista acontecida el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Ocho años, con sus días y sus noches, y aún me viene a la cabeza la falta de sensibilidad del Gobierno del Partido Popular que, encabezado por José María Aznar y con Mariano Rajoy como mano derecha, no tuvo el mínimo respeto por las víctimas del atentado ni con el resto de la ciudadanía a la hora de transmitir a la población lo allí sucedido.

Desde el principio, el Gobierno optó por el camino fácil: culpar de la autoría de los hechos “con absoluta certeza” a ETA. ¿Quién si no?, pensaban ellos. Esta fue la versión oficial de los hechos durante las 48 horas siguientes del atentado, restando importancia a la aparición en Alcalá de Henares de una furgoneta con detonadores y una cinta con grabaciones el Corán y, haciendo caso omiso al jefe de los Tedax que ya desde las cinco de la tarde del mismo 11 de marzo aseguraba que los explosivos utilizados no eran los usando habitualmente por la banda terrorista.

Es a partir de este momento cuando el Partido Popular comenzó a articular su maquinaria de manipulación informativa. Jugar con el tema terrorismo es un arma muy recurrente en política, por eso, el presidente Aznar en primera persona se encargó de telefonear uno a uno a los principales diarios nacionales para ofrecer la “versión oficial del Gobierno”. La misma tarea tuvo Ana Palacio, ministra de Exteriores de la época y el resto de funcionarios de La Moncloa con los medios internacionales.

Y como en el PP les encanta echar la culpa de todo a los demás, una vez perdidas las elecciones generales del 14 de marzo, Aznar aseguraba que si no hubiese sido por el atentado, Rajoy hubiese sido elegido presidente en aquellas elecciones.

Sin embargo, de lo que Aznar parecía no darse cuenta es que, quizás, el verdadero culpable de que el Partido Popular perdiese las elecciones tras ocho años en el poder la tuvo él y sus amistades con George Bush y Tony Blair.

La adhesión de España a Estados Unidos y Reino Unido, para emprender la Guerra de Irak pasó factura entre la ciudadanía que se mostraba, en la amplia mayoría de los casos, reacia a participar en una contienda por petróleo de la que, a buen seguro, pocos beneficios íbamos a sacar.

En el fondo, lo que Aznar y sus delirios de grandeza buscaban era hacerse notar y pensarse tan poderoso como el mandatario americano. Aún recuerdo esa famosa fotografía de Aznar, Bush y Blair con los pies encima de la mesa y se me ponen los pelos de punta. La cantidad de sinrazón que se trataría en aquellas reuniones a tres bandas tras esas sonrisas falsas , no sería poca. 

Fue entonces Aznar con estos hechos quien puso en el punto de mira del terrorismo islamista a España, que hasta la fecha había pasado desapercibida por la amenaza internacional. Esa amenaza, convertida en realidad, es la que ha hecho que muchos españoles no hayan olvidado, ni olvidarán nunca esa fatídica fecha que, sumada a la falta de información, harán tener a todos ellos recuerdos del agujero informativo del 11M.

Recuerdos del agujero informativo del 11M

Este domingo se cumplen ocho años desde el mayor atentado terrorista en la historia de España
Rubén Abad
lunes, 12 de marzo de 2012, 08:26 h (CET)
Han pasado ya ocho largos años desde que tuvo lugar la masacre terrorista acontecida el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Ocho años, con sus días y sus noches, y aún me viene a la cabeza la falta de sensibilidad del Gobierno del Partido Popular que, encabezado por José María Aznar y con Mariano Rajoy como mano derecha, no tuvo el mínimo respeto por las víctimas del atentado ni con el resto de la ciudadanía a la hora de transmitir a la población lo allí sucedido.

Desde el principio, el Gobierno optó por el camino fácil: culpar de la autoría de los hechos “con absoluta certeza” a ETA. ¿Quién si no?, pensaban ellos. Esta fue la versión oficial de los hechos durante las 48 horas siguientes del atentado, restando importancia a la aparición en Alcalá de Henares de una furgoneta con detonadores y una cinta con grabaciones el Corán y, haciendo caso omiso al jefe de los Tedax que ya desde las cinco de la tarde del mismo 11 de marzo aseguraba que los explosivos utilizados no eran los usando habitualmente por la banda terrorista.

Es a partir de este momento cuando el Partido Popular comenzó a articular su maquinaria de manipulación informativa. Jugar con el tema terrorismo es un arma muy recurrente en política, por eso, el presidente Aznar en primera persona se encargó de telefonear uno a uno a los principales diarios nacionales para ofrecer la “versión oficial del Gobierno”. La misma tarea tuvo Ana Palacio, ministra de Exteriores de la época y el resto de funcionarios de La Moncloa con los medios internacionales.

Y como en el PP les encanta echar la culpa de todo a los demás, una vez perdidas las elecciones generales del 14 de marzo, Aznar aseguraba que si no hubiese sido por el atentado, Rajoy hubiese sido elegido presidente en aquellas elecciones.

Sin embargo, de lo que Aznar parecía no darse cuenta es que, quizás, el verdadero culpable de que el Partido Popular perdiese las elecciones tras ocho años en el poder la tuvo él y sus amistades con George Bush y Tony Blair.

La adhesión de España a Estados Unidos y Reino Unido, para emprender la Guerra de Irak pasó factura entre la ciudadanía que se mostraba, en la amplia mayoría de los casos, reacia a participar en una contienda por petróleo de la que, a buen seguro, pocos beneficios íbamos a sacar.

En el fondo, lo que Aznar y sus delirios de grandeza buscaban era hacerse notar y pensarse tan poderoso como el mandatario americano. Aún recuerdo esa famosa fotografía de Aznar, Bush y Blair con los pies encima de la mesa y se me ponen los pelos de punta. La cantidad de sinrazón que se trataría en aquellas reuniones a tres bandas tras esas sonrisas falsas , no sería poca. 

Fue entonces Aznar con estos hechos quien puso en el punto de mira del terrorismo islamista a España, que hasta la fecha había pasado desapercibida por la amenaza internacional. Esa amenaza, convertida en realidad, es la que ha hecho que muchos españoles no hayan olvidado, ni olvidarán nunca esa fatídica fecha que, sumada a la falta de información, harán tener a todos ellos recuerdos del agujero informativo del 11M.

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