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¿Son las mujeres ya por fin seres humanos?

La “Declaración Universal de los derechos humanos” dice que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos
Vida Universal
miércoles, 7 de marzo de 2012, 07:54 h (CET)
A pesar de que cada mes de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, lo cierto es que las mujeres de todo el mundo estarán completamente felices cuando ya no se celebre ningún día mundial de la mujer, porque la igualdad y sus derechos estarán equiparados a los del hombre; lamentablemente esto aún no es así. Tampoco las mujeres del occidente cristiano, sobre todo las que supuestamente viven en el primer mundo, quieren apoyar un día así en pleno siglo XXI. Sin embargo, en muchos ámbitos de la vida todavía siguen discriminadas y menospreciadas; un ejemplo claro lo viven las mujeres en la Iglesia; allí los hombres que dicen representar a Jesús, mantienen abiertamente una falta total de igualdad hacia ellas, aunque se sabe que Jesús tuvo entre sus seguidores a muchas mujeres a las que nunca discriminó.

La “Declaración Universal de los derechos humanos” dice que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Las Constituciones de medio mundo dicen que todas las personas son iguales ante la ley, y se indica explícitamente que los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos. Esto que se da por sobreentendido para las mujeres del siglo XXI, dista mucho de lo que tuvieron que vivir sin ir más lejos en el siglo pasado en Europa, dónde, por poner un ejemplo, hasta el año 1971 las mujeres no podían votar en Suiza. Pero el sufragio universal no trajo ni mucho menos igualdad para las mujeres en Europa, donde hasta hace relativamente poco los maridos debían dar el permiso a sus mujeres para poder trabajar y viajar.

¿Pero cuál es el origen de esto? No muchas personas, tampoco muchas mujeres católicas, saben que hace tan sólo un par de años la Radio vaticana emitió una noticia sobre un nuevo Decreto de Fe: “Excomunión por ordenar en sacerdocio a mujeres”. ¿Qué significa esto? Que la Congregación de Fe de la Iglesia católica decretó que los obispos que ordenasen a mujeres como sacerdotisas serían excomulgados, naturalmente también las mujeres en cuestión. En el mencionado artículo de la Radio Vaticana se citaba una directriz canónica de la Iglesia, que dice: “La sagrada consagración sólo es válida para un hombre bautizado”, lo que sentenció el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe (Antigua Inquisición), el arzobispo Angelo Amato, quien dijo: “La Iglesia no se siente autorizada a cambiar la voluntad de su fundador Jesucristo”.

Pero ¿es acaso la institución llamada Iglesia, la voluntad de Jesucristo?. No. Han sido los hombres ataviados con el manto de “cristiano” y sentados sobre tesoros incalculables los que han encasillado, manipulado y tergiversado la enseñanza de Jesús, inventando y exportando dogmas y ritos paganos que arrastran hasta nuestros días con la “inmunidad” que les da hacerlo en nombre de Jesús de Nazaret. Un ejemplo lo tenemos en el Sínodo de Macón (siglo VI), donde se discutió sobre si las mujeres meritorias tenían que convertirse primero en hombres antes de la resurrección de los muertos, para poder entrar así en el paraíso; ante dicha increíble cuestión, un brillante obispo declaró: “las hembras no son seres humanos”.

Si la Iglesia católica aún no se ha retractado de esto, ¿cómo es posible que tantas mujeres sigan perteneciendo a dicha institución, incluso quieran ser sacerdotisas?, -la respuesta es: por ignorancia. ¿Estaría usted como mujer dispuesta a convertirse en hombre, para ir a un Cielo en el que sólo haya hombres o mujeres convertidas en hombres?

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