Las protestas en Valencia llevan camino de perpetuarse. Mientras cada día más gente apoya a los que se manifiesta, la Generalitat sigue llamando al diálogo al tiempo que critica la presencia de violentos y justifica las cargas policiales de días pasados a ataques a los cuerpos de seguridad.
La protesta de ayer comenó poco después de las 17.30 horas en la calle
Xàtiva, frente al IES LLuís Vives, y que los presentes consiguieron
cortar al tráfico. Desde allí, los manifestantes se desplazaron hasta
la plaza del Ayuntamiento, donde realizaron una sentada mientras
coreaban proclamas como 'si se hacen los suecos, nos haremos los
griegos' o con una particular versión del himno de Valencia que decía
'València, és la terra més corrupta de tota la nostra nació' ('Valencia,
es la tierra más corrupta de toda nuestra nación').
Posteriormente, la protesta se dirigió hasta las puertas del
edificio en el que reside Francisco Camps, donde hicieron una nueva
parada momentánea para dedicarle de nuevo una canción: 'De la casa de
Camps todo el mundo salía con unos trajecitos de más'.
A continuación, los manifestantes prosiguieron su camino por la
calle de la Paz y se dirigieron a la casa de Rita Barberá. Allí, cuestionaron nuevamente la actuación de la Policía Nacional ante los dos
agentes que custodiaban la entrada al edificio.
La marcha continuó hasta la sede de la Delegación del
Gobierno, donde los estudiantes pidieron nuevamente la dimisión de la delegada,
Paula Sánchez de León, y regresaron a las inmediaciones del IES LLuís
Vives, para dirigirse después hasta la Jefatura Superior de Policía, en
la Gran Vía Fernando el Católico, donde profirieron consignas como
'dónde están vuestras placas' a la decena de agentes que custodiaban el
edificio.
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