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Estos desplazamientos se producen en un momento en que las tensiones están disparándose entre ambos países y poco después de que Irán haya amenazado con cerrar el estrecho de Ormuz en caso de que las sanciones de Washington y la Unión Europea afecten negativamente a sus exportaciones de petróleo.
El Ejército estadounidense ya ha afirmado que no permitirá el bloqueo del estrecho. Pese a todo, el Pentágono ha desmentido que exista una relación directa entre estos cruces de declaraciones y la ubicación de nuevos portaaviones en el mar Arábigo.
"No quiero que nadie se lleve la impresión de que estamos enviando allí dos buques porque estamos preocupados por lo que ha pasado hoy en Irán. No es el caso", ha dicho el portavoz del Pentágono, John Kirby. Kirby ha hecho referencia así al atentado con bomba que este miércoles ha acabado con la vida de un científico nuclear en Teherán, del que la República Islámica ha acusado a Israel.
Fuentes del Ejército estadounidense han dicho que el USS Carl Vinson llegó el lunes al mar Arábigo para reemplazar el USS John C. Stennis, al que Irán advirtió de que no volviera al golfo Pérsico tras salir de él en diciembre. El Stennis debía regresar al puerto estadounidense de San Diego, pero el Pentágono no ha especificado la fecha en la que esto ocurrirá.
Otro grupo de barcos, liderados por el portaaviones USS Abraham Lincoln, finalizó su visita a Tailandia el martes y está ahora en el océano Índico de camino a la región. Así, se incorporará al Vinson en el área de operaciones del Comando Central (CENTCOM).
"No es inusual tener dos portaaviones en el teatro del CENTCOM al mismo tiempo", ha señalado una fuente militar. Otra fuente ha recalcado que esta situación se ha dado al menos dos veces en los últimos 18 meses.
"Operamos de manera rutinaria con nuestros barcos --todos nuestros barcos, todos nuestros tipos de barcos-- dentro del golfo Pérsico, y esto va a continuar siendo así", ha apostillado Kirby.Los hogares de todos los continentes desperdiciaron más de mil millones de comidas al día en 2022, mientras que 783 millones de personas se vieron afectadas por el hambre, según se expone en un nuevo informe el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Del total de alimentos desperdiciados en 2022, un 60 % se produjo en los hogares, el 28 % en los servicios de alimentación y el 12 % en los comercios minoristas.
Las tensiones relacionadas con el agua exacerban los conflictos a escala mundial y, para preservar la paz, los Estados deben fortalecer la cooperación y los acuerdos transfronterizos, según se señala en un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Los gobiernos de América Latina y el Caribe acordaron sostener la lucha contra el hambre y mejorar la gestión agrícola con base en cuatro guías de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al cierre de la 38 conferencia regional de la entidad en esta capital guyanesa.
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