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Partiendo de esta situación, Carles Bosch tiene todos los ingredientes necesarios para hablarnos de un gran tema universal dentro de un documental: el amor. El ansia de libertad y los sentimientos son los protagonistas de esas canciones y, en definitiva, de toda la película.
Es fácil caer en la morbosidad cuando hablamos de sentimientos; las fronteras son muy estrechas. De hecho, el documental recuerda a un reportaje televisivo, incluso a un reality show de encuentros y de lágrimas, pero parece que, en el fondo no ese busca el sensacionalismo. El director es claro: quiere hablar de cómo se vive el amor dentro de una cárcel.
El problema es que, al escoger a ocho prisioneros para que cuenten sus historias, es difícil conocerlos profundamente y llegar a empatizar con ellos. Caen bien, nos hacen gracia. Son ingenuos, son como adolescentes que conocen el amor por primera vez y viven en una burbuja. Sin embargo, ocho historias en casi dos horas, no ayuda a que el espectador se emocione.
Así pues, “Septiembres” es un documental que puede pasar desapercibido porque no va más allá de ser un puzzle de historias de amor entre prisioneros. Una pena; tiene buenos personajes y tiene una buena premisa de la que partir: ¿cuánto esperarías por amor?
La directora Justine Triet se hizo con la Palma de Oro en Cannes, así como con el Óscar al Mejor Guion Original, dos Globos de Oro y un BAFTA, entre muchos otros reconocimientos, gracias a este thriller judicial escrito a cuatro manos junto a Arthur Harari.
Adolfo Aristarain está en todas las películas que ha escrito y dirigido: en La parte del león, Tiempo de revancha, Un lugar en el mundo, La ley de la frontera, Martín (Hache), Lugares comunes y Roma -por el momento, su último trabajo-. Y no solo en un personaje, sino en todos los que reflejan su preocupación por encontrar un lugar en el mundo. Él ha encontrado el suyo en Buenos Aires, donde recibió la noticia de que la Academia de Cine le había concedido la Medalla de Oro 2024.
En la España de posguerra, y con un ambiente opresivo de curas ultra franquistas que obligan a sus alumnos a entonar la cara al sol como si les fuera la vida en ello, Ricardo, un buen padre de familia, intelectual de izquierdas, se verá obligado a vivir escondido en su propia casa haciéndose pasar por muerto. Mientras, su mujer Elena será acosada por un joven diácono que atraviesa una fuerte crisis vital.
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