Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Política

El trompo

Atar para andar, para andar desatar
Carmen Muñoz
jueves, 22 de junio de 2017, 00:00 h (CET)
El idioma español es tan rico que tenemos palabras para definir extraordinariamente claro todo aquello que queremos expresar, solo hace falta conocimiento de vocabulario y expresión, para ello contamos con la disciplina gramática y lengua, llamémosle así genéricamente ya que ha pasado por varias denominaciones, que de forma concienzuda nos lo enseña estupendamente.

Los políticos actuales parece ser que desconocen tal asignatura, unos por exceso de palabras incoherentes, pueden pasarse dos horas hablando y no decir ni un solo concepto claro, otros por decir una cosa y la contraria dentro del mismo discurso, los de mas allá utilizan parábolas, no como lo hacía Jesucristo para hacerse entender sino para lo totalmente opuesto y los de mas acá con pleonasmos y equívocos quieren hacer colorear lo blanco en negro.

Los representantes de partidos políticos que se han radicalizado en el sentir separatista de su región al resto de España, no hacen más que marear la perdiz para ver si de alguna manera tiene cabida en el resto de los ciudadanos su ególatra idea, porque aun comprendiendo que es un desatino lo que propugnan, es tal el grado de soberbia y vanagloria que ostentan, que no pueden permitir el no conseguir sus propuestas para llevarlas a cabo.

El término Nación tiene dos acepciones: la política y la cultural. La primera en el ámbito jurídico-político, es un sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado. La segunda es un concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, pudiéndose definir también como una comunidad de características culturales comunes dotada de un sentido ético-político. El Estado es la forma de organización política dotada de poder soberano e independiente que integra la población de un territorio, reconocido como tal en el orden internacional.

La abeja reina se deja querer y los zánganos que pululan a su alrededor dependiendo de su habilidad se mantienen voto arriba voto abajo o mueren, mientras que las obreras trabajan y trabajan hasta la extenuación sin visos de solucionar los problemas que les acucian. Nuestros políticos son una mezcla entre abejas y trompos (juego tradicional al que se hace bailar enrollando una cuerda a un trompo o peonza) porque bailan al son que mejor les va personalmente. Pavos reales que se pavonean si escrúpulos a costa de un sufrido pueblo.

Si hablaran sinceramente, sin engaños ni medias verdades, diciendo los pros y los contras, pensando en el bien de todos no en los votos ni en el suyo propio ni de su partido, se evitarían muchos problemas y conflictos como el catalán, por ejemplo.

No se puede desmembrar un estado porque al iluminado de turno se le antoje, ni empeñarse en desbancar al que gobierna para ocupar el sillón la oposición solo con la pírrica explicación de que todo lo hace mal.

El idioma español es riquísimo para poder expresar abiertamente, sin tapujos ni falsedades todo lo que se desee, lo que hace falta es querer hacerlo.

Noticias relacionadas

De las distintas burocracias públicas, ya sean de mayor o menor nivel en la escala de mando sobre la ciudadanía, alguien podría decir que se encuentran en la línea del progreso de moda. Baste añadir que cumplen con este propósito, porque disponen de una página web para atender mejor a la gente.

¿Hemos perdido o estamos en trance de perder competencias memorísticas? Mala noticia en ese caso, pues la memoria actúa como argamasa de nuestro yo y como fundamento de los procesos cognitivos. Ya hace casi seis décadas que Frances Amelia Yates, historiadora británica, publicó un libro titulado “El arte de la memoria”, en el que desgranaba las distintas técnicas de memorización o recuerdo utilizadas a lo largo del tiempo.

Surge el comentario de hoy desde las actitudes adoptadas en relación con las actividades diarias, con especial referencia a la velocidad y precipitación de las acciones; causantes de tantos agobios como imprecisiones y olvidos, sin tiempo para el mínimo remanso reflexivo. Todo ello se refleja en el lenguaje, suele ser muy expresivo en esos trances, con el uso de muletillas reiterativas, por la amputación progresiva de frases y palabras, en un balbuceo constante.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto