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Este domingo los ciudadan@s francés@s viven un calvario: neoliberalismo feroz o extrema derecha

Temblarás y crujirás de los dientes

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Si fuera francés, estaría hecho un lío: hay que impedir que el FN gane las elecciones y también Macron me parece una amenaza para los Derechos Humanos que hemos heredado de generaciones que los conquistaron con sudor y sangre.

En una democracia sana no debería votar por el miedo y, en segundo lugar, como indicaba en el artículo “La France”, publicado recientemente en este medio, el voto a Macron cimentará sólidamente el FN, que captará los votos de las víctimas de los recortes.

Creo que me abstendría por coherencia democrática; para no repetir la práctica del pacto de Múnich, que servía como excusa a unos para aislar a los dos bandos, y a la extrema derecha para preparar su armamento para la II Guerra Mundial. Aquello sí que fue violación de la democracia; viven aún algunas de las víctimas, en Guernica, por ejemplo.

Por otra parte, Macron no necesita más apoyo; el discurso del miedo es suficientemente impactante como para asegurarle la victoria. Todas las últimas encuestas permitidas antes de las elecciones auguran su triunfo: Ifop, 63%; Elabe, 62%, Harris Interactive, 62%; Ipsos, 61,5%.

La única alternativa es liberarse del discurso del miedo. No votaría a Macron y después intentaría que la abstención sirva para algo más que para disminuir los votos de Macron; había al inicio de la campaña, un proyecto de presentar una candidatura abstencionista, que reclamaba una constituyente; lástima que no funcionara, pero nunca es tarde para hacer jugar un papel a la abstención.

Temblarás y crujirás de los dientes

Este domingo los ciudadan@s francés@s viven un calvario: neoliberalismo feroz o extrema derecha
Carlos Ortiz de Zárate
domingo, 7 de mayo de 2017, 13:43 h (CET)
Si fuera francés, estaría hecho un lío: hay que impedir que el FN gane las elecciones y también Macron me parece una amenaza para los Derechos Humanos que hemos heredado de generaciones que los conquistaron con sudor y sangre.

En una democracia sana no debería votar por el miedo y, en segundo lugar, como indicaba en el artículo “La France”, publicado recientemente en este medio, el voto a Macron cimentará sólidamente el FN, que captará los votos de las víctimas de los recortes.

Creo que me abstendría por coherencia democrática; para no repetir la práctica del pacto de Múnich, que servía como excusa a unos para aislar a los dos bandos, y a la extrema derecha para preparar su armamento para la II Guerra Mundial. Aquello sí que fue violación de la democracia; viven aún algunas de las víctimas, en Guernica, por ejemplo.

Por otra parte, Macron no necesita más apoyo; el discurso del miedo es suficientemente impactante como para asegurarle la victoria. Todas las últimas encuestas permitidas antes de las elecciones auguran su triunfo: Ifop, 63%; Elabe, 62%, Harris Interactive, 62%; Ipsos, 61,5%.

La única alternativa es liberarse del discurso del miedo. No votaría a Macron y después intentaría que la abstención sirva para algo más que para disminuir los votos de Macron; había al inicio de la campaña, un proyecto de presentar una candidatura abstencionista, que reclamaba una constituyente; lástima que no funcionara, pero nunca es tarde para hacer jugar un papel a la abstención.

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