PRIMERA ETAPA, 1974-1979, O DEL DISCO HOMÓNIMO HASTA DYNASTY.
Kiss. Una de las banda más amadas y odiadas de la historia del rock. Una mezcla entre comics de acción y guitarras eléctricas, un puñado de grandes canciones, uno de los mejores directos jamás vistos y uno de los productos más descaradamente comerciales que nunca hayan pisado la tierra.
Si señores, aunque cueste creerlo, detrás de toda esa pintura y de toda la parafernalia hay una gran banda, una banda que de no haber sido por sus alter-egos seguro que actualmente sería mucho más respetada por la “prensa seria”, pero no sería tan mítica para sus amantes.
Paul Stanley era chico estrella, Peter Criss el gato, Gene Simmons el demonio y Ace Frehley el hombre del espacio. Ellos eran los miembros originales de Kiss, los protagonistas de la historia y los artífices de esta inmensa creación.
En 1971 se conocieron Paul y Gene, que tuvieron varias experiencias musicales antes de fichar a sus otros dos compañeros. Los dos eran judíos y eran la parte seria del grupo. Eran los que más componían, los que más mandaban y los que se llevaban la mayor parte del protagonismo (también eran los que más cantaban). Primero encontraron a Peter para tocar la batería y después escogieron a Ace, tras una prueba, para que tocara la guitarra solista.
Con la formación completa tomaron la decisión de maquillarse y disfrazarse en directo para hacer unos conciertos mucho más impactantes, querían que Kiss fuera algo más que una banda. Después de algunas pruebas en vivo, se acabaron estableciendo los cuatro personajes que hoy conocemos.
Antes incluso de tener ninguna grabación, el grupo ya era bastante conocido por sus extravagantes shows y por su potencia sobre el escenario.
En 1974 el sello discográfico Casablanca los cazó y les dio la oportunidad de grabar. Sacaron un disco homónimo que reúne diez clásicos como Strutter, Deuce, Firehouse o Black Diamond, que sin duda pasarían a la historia y que en la actualidad aún siguen sonando sin parar; para un servidor, este podría estar entre sus tres mejores discos sin ninguna duda.
En aquellos tiempos los grupos no trabajaban como ahora, en el momento en el que un disco salía a la venta el grupo daba una gira para presentarlo, y antes de que llegara a pasar un año, perfectamente podrían sacar otro Lp a la venta. A finales de 1974 salía a la calle Hotter Than Hell, su segundo trabajo. Es un disco de temas más tarareables y festeros, como Got To Choose o Let Me Go Rock’N Roll.
Sin apenas descanso entre grabaciones y conciertos publicaron Dressed To Kill (1975), que por falta de tiempo se componía por las mañanas y por las tardes se grababa en el estudio. Se ve que tanta prisa les puso las pilas, pues lo más destacable de este disco fue su primer gran éxito en ventas Rock And Roll All Night, que a partir de aquel día paso a ser la última canción de todos sus espectáculos, donde unos cañones de confeti cubrían al público de trocitos de papel de colores que sellaban las noches de una forma vibrante. En la grabación también aparecen grandes cortes del calibre de She o Room Service.
Hasta ese momento Kiss había sacado una buena colección de temas rockeros, pero no se llegaba a dar esa verdadera comunión con el público que hace que tus discos vendan millones de ejemplares. El grupo llenaba en directo, pero las ventas no eran las merecidas. Después de pasar un tiempo pensando llegaron a la conclusión de que si lo que triunfaba de Kiss eran sus directos tendrían que grabar uno, así que se pusieron manos a la obra y durante la gira de Dressed To Kill se emplearon a fondo para crear lo que sería Alive!, un disco doble grabado en vivo que recopilaba la mayor parte de los temas de sus tres primeros vinilos y que les lanzó a la verdadera fama.
Alive! (1975) rompió con todas las expectativas y se encaramó con descaro a los primeros puestos de las listas estadounidenses de ventas. A lo largo de todos estos años ha llegado a vender más de nueve millones de copias en todo el mundo, que se dice pronto.
Este fue el punto de inflexión de sus carreras, tras la publicación de Alive!, Kiss fue un torrente imparable de ventas y de llenos históricos en las giras.
En 1976 acabaron de conquistar a sus fans con Destroyer, del que se dice que es su mejor álbum, y que, aparte de memorables trallazos como Detroit Rock City o God Of Thunder, contiene Beth, una balada cantada por Peter Criss que fue el primer sencillo en arrasar sin paliativos en las listas de éxitos.
No daban tiempo para asimilar tanto material incandescente, a finales del mismo año aparecía Rock And Roll Over, que seguía la estela de su predecesor en cuanto a estilo y sonido. No era tan redondo como el anterior, pero también tenía sus joyas, escúchense I Want You, Hard Luck Woman o Calling Dr.Love.
El merchandising de la banda llegaba a cotas inimaginables, se hacían muñecos, comics, tazas de café, corbatas, calzoncillos, espuma de afeitar, amplificadores, equipos de audio, material escolar, linternas, cereales, chocolatinas, películas de cine, gafas de sol, toallas, pelotas de plástico, gorras, caretas, disfraces y todo lo que se pueda imaginar con la marca Kiss y su logotipo o sus cuatro rostros estampados. Era el universo de Kiss, y Kiss Army (el club de fans oficial más famoso de la época), era su ejercito personal.
Love Gun vio la luz en 1977. Sus diez canciones son otros diez temazos desbordantes desde el principio hasta el final. Los mejores sin duda son el mismo Love Gun, Shock Me y I Stole Your Love. Para cerrar esta segunda hornada de tres discos se volvió a publicar otro doble en directo, Alive II, que centraba su repertorio en las tres últimas obras del grupo.
Cuesta abajo y sin frenos iban los cuatro miembros de la bestia imparable y cada uno, individualmente, pensaba que el éxito de la banda se debía a su trabajo.
Para relajar las tensiones que se empezaban a crear y para cerrar un contrato con Casablanca pensaron en una jugada maestra, publicar cuatro discos a la vez, cada uno creado por un miembro de Kiss, pero bajo el sello común del grupo y agradeciéndoselo mutuamente. Los cuatro Lp’s salieron a la venta el mismo día y todos coincidieron en que el mejor era el de Ace Frehley, los otros tres eran un poco flojos.
Eso paso en 1978, cuando entre ellos ya no había tan buen ambiente, parece ser que la parte “sería”, Paul y Gene, se llevaba bastante mal con la parte más callejera, Peter y Ace.
El último disco de esta primera etapa fue Dynasty, que para muchos fue una decepción porque se dejaba influenciar por la moda disco del momento, pero para muchos otros fue de lo mejor que han sacado nunca.
Dynasty (1979) les abrió la puerta definitivamente a muchos países de Europa donde aún no habían conseguido triunfar, entre otros España. El arrollador éxito de sus dos mejores temas, I Was Made For Lovin’ You y Sure Know Something, les hizo ganarse el respeto del viejo continente.
Aquí, para nuestra desgracia, acabó la mejor fase de Kiss. Siendo realistas se les acabó la estrella. Desde 1979 hasta la actualidad, donde aún se puede ver al maestro Simmons escupiendo fuego en vivo, Kiss sacó buenos discos y canciones, pero ya no fueron las obras maestras que les encumbraron. Durante este segundo periodo Ace y Peter dejaron el grupo un buen puñado de años, incluso la banda se quitó el maquillaje a lo largo de una década. Las ventas siguieron y siguen siendo copiosas, pero realmente, lo que conquistó nuestros corazones y nos hizo estremecer fueron sus primeros seis años, su imborrable legado de los setenta.
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