Personaje mediático y polifacético donde los haya, Kiko Rivera es la gran revelación de la nueva película, la cuarta, de la saga Torrente. Santiago Segura ya le ofreció hace seis años hacer un cameo en la anterior aventura del policía más desagradable del cine español. No pudo ser entonces pero, como pacto de amiguetes (como ellos mismos se llaman entre sí), todo quedó pendiente para el futuro… que ya es presente. Entretanto, al hijo de Isabel Pantoja le ha dado tiempo de extender su fama de playboy, a curtirse como monologuista, a colaborar en algún programa de televisión e, incluso en los últimos meses, a sentar un poco la cabeza.
Alberto Mendo / SIGLO XXI
En “Torrente 4. Lethal crisis”, Kiko Rivera interpreta a Julito alias “Rin Rin”, el nuevo ayudante del protagonista. El personaje, con muchos matices (como descubrirán quienes vayan al cine), lleva “un poco lo mejor y lo peor” del propio Kiko, como él describe, aunque llevado a la exageración como todo lo que envuelve al “torrentismo”. Consciente de que la crítica va a estar al acecho, el ahora actor asegura que probar el mundo de la interpretación “ha sido como un sueño convertido en realidad” gracias a Santiago Segura. Y a los que desconfían de su talento, les asegura que no le ha resultado “tan difícil”.
La de actor es la última faceta que has podido añadir a tu currículum. ¿Con ganas de repetir o hasta aquí ha llegado tu carrera interpretativa?
Tengo muchísimas ganas de repetir, muchas. Y no sólo con Torrente, aunque ojalá Santiago Segura cuente conmigo en la siguiente película de la saga… Sin embargo, estoy abierto a cualquier propuesta, y no sólo de comedia. Me apetece acción, drama… Creo que podré con lo que me echen. Me ha picado el gusanillo éste de ser actor y creo que repetiré. Voy a tirar para adelante con esta faceta. ¡Para lo que haga falta, aquí está Kiko!
¿Qué crees que pensará la gente cuando te vea en la piel de Rin Rin, que es el apodo de tu personaje?
Pues tengo mucha curiosidad. Por eso animo a todos a que vayan a ver la película. A mí me vendrán muy bien esas críticas, ya sean buenas o malas. El personaje lleva un poco lo mejor y lo peor de mí, pero todo muy exagerado. Es un zoquete, alguien inocente que parece incluso un poco tonto pero que tiene su punto de listo porque intenta engañar a Torrente… y lo consigue.
Centrémonos en el rodaje. ¿Cómo ha sido rodar con Santiago Segura?
Ha sido un rodaje muy bonito. De Santiago sólo puedo decir cosas buenas. Al fin y al cabo, es él quien me ha dado esta gran oportunidad. Él ha hecho posible que todo me haya resultado más fácil y muy familiar, aunque también es estricto cuando tiene que serlo. En serio, me he sentido cómodo. Pese a que ha sido mi primera experiencia como actor, no me ha resultado muy difícil, aunque la gente no lo crea.
Vamos, que te sentiste como en casa…
La verdad es que tampoco tuve que prepararme mucho mi papel. No es que hiciera escenas muy difíciles. Quizá me costó un poco darle un toque diferente a mi acento, ya que enfatizo las “zetas”, el “ceceo”. Sin embargo, el amiguete (Santiago) me guió mucho. Me hizo varias pruebas: un poquito más cateto, un poco más friki… Ha sido él realmente el que ha construido el personaje y yo le he dado mis matices aportando un poco de mí mismo. A la gente le sorprendería descubrir cómo es realmente Santiago Segura, que en nada tiene que ver con su personaje en la cinta.
¿Cuál es la escena que más te ha costado rodar?
Vaya, difícil elegir…La que me resultó más complicada es una en la que estaba en el ático de un edificio muy alto y agarrado a la barandilla por fuera. En la escena tenía que dejarme caer después al vacío. Ahí pasé realmente miedo. ¡Vaya vértigo con sólo mirar hacia abajo! Como se me vaya el pie o algo me caigo y me desparramo, pensaba. Por supuesto, tenía la cuerda de seguridad pero si fallaba…
¿Por qué no te has sumado a la saga hasta la cuarta parte?
Yo soy fan de Torrente desde que salió. Tras ver la primera película ya decía que me gustaba e, incluso, que me apetecía participar en esa experiencia. Finalmente, Santiago me llamó para “Torrente 3. El Protector”. Entonces la propuesta que me hizo fue para hacer un cameo. No se hizo, por una serie de circunstancias; entre las extraoficiales, la resaca y el afterhours (risas). Era otra época. Hay que tener en cuenta que de eso hace seis años. En cualquier caso, como amiguete mío, quedó todo pendiente para otra ocasión.
… que ha resultado ser la película estrenada este viernes. ¿Cómo te llegó la nueva y definitiva propuesta?
Me volvió a llamar para “Torrente 4”. Ahí ya me ofreció un papel coprotagonista y terminó de convencerme. Me dije que o lo hacía o perdía la oportunidad. Y bueno… ahí estoy. Creo que lo he hecho lo mejor que he podido. Para mí ha sido como un sueño convertido en realidad.
Santiago Segura ha mantenido la película en el más absoluto secretismo, tanto el argumento como los cameos. ¿Qué puedes revelar a la gente antes de que acuda en masa a descubrirla?
No puedo adelantar nada porque, si lo hago, Santiago me coge de las orejas… y ya las tengo suficientemente chiquititas como para que me las quite. Todo lo que rodea a la película es “top secret”, aunque ya os encargaréis los periodistas y críticos de irlo desvelando.
Entonces, ¿cómo animarías a los espectadores para que elijan esta película cuando vayan al cine? Sobre todo si aún no están convencidos o piensan que va a ser lo mismo de siempre…
Simplemente, que la vean y que disfruten porque se van a reír y mucho. Es una película de humor, que es lo más necesario en estos tiempos. Santiago Segura tiene el truco cogido a la saga y nadie se va a arrepentir. Ya sabemos cómo son estas películas: tienen su punto de guarreo que a todos nos gusta, incluso a los que no lo reconocen.
Precisamente, ¿crees que Torrente es un espécimen aparte o que se ve a menudo por calle? ¿Tienes tú alguna cualidad “torrentiana”?
Creo que Santiago ha creado un registro: el “torrentismo”, que dice él. Pienso que Torrente es una mezcla de todos los españoles pero llevada a la exageración. Es guarro, racista, putero… y, sin embargo, tiene su legión de seguidores y admiradores.
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