Sábado 5 de marzo a las diez de la noche; noche de Carnaval. La gente camina disfrazada por la calle, feliz, el Barça ha vuelto a ganar. Mientras tanto en el Auditori Atrium de Viladecans (Barcelona) comienza el show de Jorge Drexler, que hace acto de presencia con total naturalidad, como uno más de los 1.000 asistentes que ocuparon su butaca.
Durante más de dos horas hizo un repaso a su último trabajo ‘Amar la trama’, cuyas canciones se mezclaron con otras más antiguas, pero siempre tan presentes como ‘Todo se transforma’, ‘Polvo de estrellas’ o ‘ Mi guitarra y vos’, canción que deleitó a un público ya entregado que se animó a cantar junto a él
No obstante, antes de llegar a ese momento, durante la canción ‘Se va, se va, se fue’ ocurrió la anécdota de la noche: mientras Jorge trataba de dar la señal para terminar la canción, se le estropeó el pedal. Fue uno de los mejores momentos del concierto, porque mientras se lo arreglaban, él comenzó a improvisar una letra que rimaba con lo que estaba ocurriendo, sin dejar de tocar. Como no podía ser de otro modo, el público no dejo de aplaudir su gracia y ocurrencias.
El tiempo transcurría y Jorge explicaba que estaba de paso, que los días buenos son raros pero que la tristeza también tiene un final. En mitad del concierto se quedó sólo en el escenario, guitarra en mano, y se ofreció a escuchar las peticiones del público. Así surgió ‘730 días’ y ‘Milonga de los ojos dorados’, y durante unos minutos la sensación de estar entre amigos, en el salón de casa.
El cantautor uruguayo estuvo acompañado por Borja Barrueta (batería y Lap Steel), Sebastián Merlín (percusión, marimba y guitarra acústica), Matías Cella (bajo, ukelele y programaciones), Carlos Campón (serrucho, Theremin, Lap Steel y programaciones), y la Banda de El Prat de Llobregat, que estuvo espectacular, formada por: Roc Alberó (trompeta), Fabrizio Scarafile (saxo) y Santiago Cañada (trombón).
El concierto terminó con los bises ‘Que el soneto nos tome por sorpresa’, canción que aseguró no tocar casi nunca en directo, ‘Soledad’, una de las canciones que más se celebró al escuchar los primeros acordes, ‘La trama y el desenlace’ y ‘Sea’, con las que se llevó unos aplausos más que merecidos, porque cuando Jorge se pregunta qué es lo que han visto en él, la respuesta la tiene en otra canción: ser lo que es, lo que siempre ha sido.
Y es que Jorge Drexler es para muchas personas un arquitecto de palabras. Cuando uno escucha la suavidad de su música en los discos queda contrariado con el guitarreo del directo, más eléctrico, pero la profundidad de sus letras sigue intacta, con esa magia de la sencillez más encantadora.
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