Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Análisis internacional

La esvástica que aún flamea entre las 2 Américas

Isaac Bigio
Isaac Bigio
viernes, 25 de febrero de 2011, 07:45 h (CET)
Los kunas de Panamá, autores de los vocablos ‘chicha’ y ‘Abya Yala’ (nombre nativo de toda América), hace 86 años fundaron la primera república amerindia y también el único territorio del mundo que sigue enarbolando su propia esvástica.

Ocho años antes que Hitler llegara en 1933 al poder en Alemania, la esvástica se convirtió por primera vez en el símbolo de una república. Esta no fue una germánica y ninguno de sus habitantes eran arios o, si quiera, blancos.

La república de Tula que la enarbolaba y que se creó a fines de febrero de 1925, no estaba en el viejo mundo sino exactamente en el medio del nuevo mundo. Todos sus habitantes eran de piel cobriza y se encuentran entre los de menor estatura del planeta, lo opuesto a la raza ideal de los nazis.

Ésta se dio en la costa caribeña de Panamá que limita con Colombia, justo a 22 años de que ambos países se separaran y que Panamá se convirtiera en la más joven de las 20 repúblicas independientes latinoamericanas.

‘Tula’ o ‘dule’ es como los indios kunas denominan a su idioma, un miembro de la familia de lenguas chibchas, el mismo que se extiende desde América Central hasta el interior de Colombia y que integraba al idioma muisca de los creadores de las delicadas joyas del Museo del Oro de Bogotá.

Antes de la llegada de los europeos, los kunas se dedicaban a la pesca y al cultivo autosuficiente en una región que va entre lo que hoy son las ciudades de Colón y Medellín (las segundas más importantes de Panamá y Colombia, respectivamente). Ellos estuvieron asentados en la costa que se extiende entre lo que hoy es Cartagena hasta el canal de Panamá y en varios valles oeste-colombianos importantes como los del Cauca o Atrato, aunque la cuna de los kunas parece haber sido el cerro Tacarcuna, en la serranía de Darién (frontera Panamá-Colombia).

Los kunas fueron empujados a vivir esencialmente en las pequeñas 300 a 400 islas paradisiacas del golfo de San Blas en lo que hoy es el tropical y poco poblado territorio caribeño insular entre Panamá y Colombia (la única parte del continente donde no hay una carretera que una a dos países contiguos).

Los kunas mantuvieron sus comunidades en una zona que fue disputada por españoles, franceses, piratas, escoceses, ingleses y estadounidenses. Es más, en sus territorios se decidió la creación del Reino Unido en 1707, pues Escocia se vio obligada a unirse tras Inglaterra después que su intento de crear su gran colonia americana en esas tierras fracasase allí pocos años antes.

La separación de Panamá resquebrajó a la antigua gran comarca kuna creada en 1870 (Tula Nega o Dule Nega), por lo que los kunas no apoyaron la secesión. Además, Panamá, cuando recién nacía a la vida como una nueva república, chocó con los kunas al cohibirles en desplazarse hacia sus tierras en Colombia o cuando les querían imponer que dejaran de usar sus indumentarias (como sus trajes, textiles 'molas' o los anillos de oro en las narices de sus mujeres).

Este conflicto condujo a que los kunas se convirtieran en los primeros amerindios en crear su propia república en el último siglo. Su bandera pareciera unir la de dos Estados que les oprimieron: es de franjas horizontales rojo-amarillo-rojo (como la de los conquistadores) y con una esvástica invertida al medio. No obstante, la franja amarilla del centro es más ancha que las dos laterales y que la de la bandera española y la esvástica kuna, la cual se creó siglos antes que la de Hitler, rota en una dirección inversa a la nazi.
Instigadores estadounidenses o colombianos fueron acusados de estar tras la revuelta, la misma que tenía asidero en resentimientos étnicos. Al final, bajo la mediación de Washington, se logró un acuerdo según el cual los kunas liderados por Nele Kantule (1868-1944) aceptaban al Estado panameño a cambio de que éste les diese el autogobierno.

Hoy Panamá consta de 12 divisiones internas (9 provincias y 3 comarcas indígenas autónomas, las cuales -que se ven con rayas amarillas en el mapa de arriba- suman un quinto del área nacional).

El país kuna es hoy una comarca regida por una asamblea de líderes (sailas) quienes han evitado que sus zonas sean deforestadas o privatizadas. La propiedad se mantiene colectiva. Las mujeres tienen mucho poder y las familias son matrilineales. Importantes ingresos han arribado mediante la captación del eco-turismo. Además hay dos corregimientos kunas de reciente creación fuera del litoral: Madugandí y Wargandí. En Colombia, hay 2 pequeños resguardos indígenas kunas en los departamentos del Chocó y Antioquia.

Los 50 a 70 mil kunas en su lengua designan a su territorio como ‘Yala’, por lo que su comarca es designada oficialmente como ‘Kuna Yala’. Ellos, a su vez, son los únicos amerindios en haberle dado un nombre nativo a las Américas (Abya Yala o ‘territorio continental’), el mismo que hoy es la manera mediante la cual los indigenistas, incluyendo Evo Morales, quisieran designar a todo el continente. En 1999 uno de ellos fue la cabeza del parlamento nacional.

Los kunas mantienen elementos culturales de los indios de Norte y Sur América. Confeccionan tejidos multi-coloridos (molas) como los mesoamericanos y zampoñas musicales como los andinos. La chicha que se bebe en ambos subcontinentes, se llama así, según el diccionario de la Real Academia, debido a su vocablo ‘chichab’ (maíz).

Su esvástica flamea en el istmo que conecta a las 2 Américas, aunque para los kunas ésta no representa al holocausto nazi sino al pulpo-dios creador del mundo.

Noticias relacionadas

Últimamente, no sé por qué, cada vez mantengo más conversaciones con la gente que me rodea sobre la IA, sus beneficios o lo lejos que está llegando y la amenaza fantasma que sobrevuela las inquietudes de muchos. Nunca me he sentido amenazada por la IA, conozco sus peligros y lo rápido que está avanzando todo, pero también comprendo que nos está facilitando la vida a muchos, y que, ya que está ahí, debemos aprovechar los servicios que nos da.

La concreción en muchos políticos es como el bidé en España, se tiene pero se usa poco. Las técnicas de discurso que usan actualmente muchas formaciones políticas permiten hablar horas sin decir nada, dando vueltas sobre conceptos vacíos, que cada uno puede definir con lo que quiere o lo que le interesa.

Hoy quiero invitarlos a reflexionar en torno a la reciente decisión del gobierno de Javier Milei de imponer algunas restricciones en la atención gratuita por parte del sistema de salud argentino para ciudadanos extranjeros. Dichos anuncios han generado un vigoroso debate, dividiendo las aguas entre posturas conservadoras y progresistas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto