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Donde las dan, las toman | |||
| Miguel Rivilla (Alcorcón) | |||
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Sabido es que a pesar del triunfo de CIU, y la desaparición del tripartito en las últimas elecciones catalanas, el ambiente antiespañol no sólo no ha desaparecido, sino que sigue vigente, propiciado por elementos catalanistas, irreductibles a todo acercamiento a España y a lo que este nombre significa. Frente a tal postura independentista y obsoleta, he aquí la decisión tomada por un amable comunicante español que me escribe lo siguiente: “Uno de mis propósitos de año nuevo es dejar de consumir por completo productos de empresas con sede social en Cataluña. Hasta ahora he venido consumiendo productos de empresas extranjeras con sede en Cataluña si el producto era bueno, y también en algunos casos por desconocer que la empresa en cuestión tuviera su sede en Cataluña. Acabo de enterarme por ejemplo de que la sede española de Ferrero está en El Prat de Llobregat; a partir de ahora pondré más atención a la procedencia de los productos.Me gustan las galletas Artiach (sede en Barcelona), los yogures Danone (sede en Barcelona) y los bombones Ferrero Rocher (con sede en El Prat de Llobregat), productos que he consumido hasta ahora por su calidad y por ser los fabricantes extranjeros (Ferrero es italiano, Danone francés y Artiach americano). Danone también tiene fábricas fuera de Cataluña (por ejemplo en Madrid y en Valencia), pero como su sede social está en Barcelona, con el nuevo Estatut el 100% del IVA recaudado por la venta de sus productos se queda en Cataluña, algo que no estoy dispuesto a aceptar. No sabía tampoco que el 60% del capital de Danone España pertenece a empresarios catalanes; razón de más para renunciar a esa marca. Cuando esas empresas cambien su sede social a fuera de Cataluña (como ya hicieron Samsung, Braun, , SSL International, Panrico etc,) volveré a consumir sus productos. No es algo en contra de esas empresas, sino en contra de que tengan su sede social o sus fábricas en Cataluña. Los catalanistas son muy libres de despreciar e insultar a España todo lo que quieran, que para algo nos dio el Señor el libre albedrío, y yo soy muy libre de no consumir sus productos. Con mi dinero no se ultraja a España. Feliz 2011 sin productos catalanes ni antiespañoles”. Hasta aquí la carta del comunicante. Sin comentarios y que cada uno obre libremente. |
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