La trampa nocturna que nos presenta Singapur tiene unas características muy bien definidas: grip nulo debido a lo frio y urbano de su asfalto, curvas seguidas de noventa grados donde los frenos sufrirán –ya que no hay demasiada recta para ventilar los discos– y una anchura de pista considerable para ser un trazado urbano.
Pablo García / SIGLO XXI
Marina Bay Street Circuit (© Formula One Administration Limited) |
La pista consta de 5,073 km, al que los pilotos darán un total de 61 vueltas. 9 curvas a derechas y 14 a izquierdas.
Enlazadas y bajo grip
Comenzamos nuestra vuelta en la corta recta de meta a unos 280 km/h. Rápidamente llegamos a la primera sucesión de chicanes enlazadas, la
curva 1 a izquierdas se toma en cuarta y se abre para abordar sin problemas la
curva 2 a derechas, que desemboca en la cerrada
curva 3, nuevamente a izquierda y acelerando con tacto para no trompear, ya que vamos en segunda. A partir de aquí un corto tramo recto en el que aceleramos progresivamente debido a la falta de grip de todo el trazado y que nos obliga a ser extremadamente finos con el pie derecho. Después de la rápida
curva 4, se nos presenta la
curva 5, un codo a izquierdas de tercera y que se cierra. Hay que atacarlo por el interior, buscando a la salida el arcén–piano exterior. A partir de aquí tenemos una
recta larga con una pequeña curvatura (6) que desarrolla la velocidad punta de nuestro monoplaza.
¡Ojo a los rebufos!
Llegamos a la
curva 7 con la máxima velocidad y frenamos fortísimo para encarar el codo a izquierdas, donde hay que tener cuidado con la tracción por ir en segunda y anticiparnos para
otro codo (8), esta vez a derechas y en tercera a unos 120 km/h. Después de una cortísima recta tenemos otro codo
(9), a izquierdas pero mucho más rápido que los anteriores. Después de esta sucesión interminable de curvas, tenemos por fin algo de recta para refrigerar frenos y buscar algún rebufo, pero con cuidado, porque la recta nos lleva hacia la famosa
triple chicane (10, 11, 12) que se traza lo más recto posible y en tercera. Hay que tratar de no atacar excesivamente los pianos, ya que son demasiado altos y pueden dañar nuestro monoplaza. A partir de aquí,
curva cerradísima a izquierdas (13), en la parte más bonita del circuito, atravesando el puente y traccionando con cuidado por el desnivel que sufre la curva y que nos puede hacer trompear.
Último sector, nuevamente recta corta que podemos utilizar para intentar coger algún rebufo si hemos salido suficientemente fuerte de atrás. Podemos prepararnos un adelantamiento en (14) que vuelve a ser un
codo de derechas con poco grip y subviraje. Nueva recta corta y leve curva (15) que desemboca en (16) con cuidado, acelerando y buscando el vértice de (17), que vuelve a ser critica con el grip y tristemente conocida por el “
crashgate” de Piquet. Nueva enlazada (18 y 19) que pasa bajo las gradas y donde conectamos con la siguiente (20 y 21) en una sucesión de curvas interminables y físicamente muy agotadoras para los pilotos. Solo nos queda la parte más aerodinámica del circuito, saliendo de 21 cogemos el piano exterior y trazamos 22 y 23 con radio constante como si fuera un solo vértice con cuidado de no dar demasiado gas y salirnos por el exterior.
Set-Up parecido a Mónaco
Para Singapur necesitamos un monoplaza neutro, para no visitar las escapatorias e irnos rectos en los muchos puntos críticos del trazado. Ablandaremos las suspensiones y subiremos el chasis para poder abordar los pianos sin compromisos. En el apartado aerodinámico no hay dudas: montaremos el paquete aerodinámico con más carga que podamos. Aunque lo realmente esencial en el circuito es el agarre mecánico, necesitamos tracción y aceleración, así como estabilidad en frenada y erradicar la clara tendencia al subviraje que muestran los coches en esta pista.
Trampa de asfalto para los pilotos, lujo para los aficionados
Las dos ediciones pasadas del Gran Premio no decepcionaron. Fueron tan movidas como se presuponía y, aunque no es un trazado para recordar, su ambientación única y sobre todo la situación del Mundial, con cinco posibles aspirantes al título luchando por no descolgarse, hacen de Marina Bay una cita ineludible en el calendario de cualquier aficionado a la F1.